Mi nombre es Abril Suárez, tengo 14 años, y mis papás murieron cuando tenía 10, por lo que, al ser menor de edad debo vivir en un orfanato, pero todo cambia cuando cuatro personitas entran en mi vida, dándole a esta un giro de 180 grados.
Empezado:...
Luego de ese lindo momento que pasamos con los chicos, nos quedamos charlando un rato, y yo les contaba cosas sobre mí, y ellos alguna que otra sobre ellos. Descubrí que son mucho más graciosos de lo que se ve en cámara.
Después de un rato así nos dio hambre, y los chicos querían comer pizzas, pero cuando estaban por llamar al delivery yo les dije que no, que yo las hacía. Ellos intentaron ayudarme, pero les tengo que decir una cosa: Looking Up + cocina = desastre seguro.
Sip, ahora mismo estamos limpiando lo que quedó de la guerra de harina de los chicos.
Cuando terminamos los eché de la cocina y me puse a hacer la pizza yo sola, creo que voy a terminar más rápido así.
Cuando la saqué del horno tenía tremenda pinta:
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(Tengo hambre😂(actualización del futuro: yo también... Karen del pasado, te odio😂) )
Pasé la pizza a una tabla de madera, la corté y la llevé al comedor donde los chicos ya habían puesto la mesa -por suerte sin romper nada-, mirando "Los 100" en Netflix (amo esa serie😍)
Cuando me ven entrar con la pizza se acomodan, y antes de que me dejen siquiera apoyarla en la mesa ya estaban todos con un pedazo en la boca, ni que hiciera años de la última vez que comieron, yo río y me sirvo un pedazo, la verdad es que me había quedado muy rica, ya que en el orfanato nos daban clases de cómo ser unas "señoritas", y mantener la casa, y la cocina se me daba muy bien, además de que amo cocinar.
Cuando terminamos de comer, los hice juntar la mesa a ellos, por la guerra de harina, mientras yo me iba a dar un baño, pero otra vez ¡MUY MALA IDEA! Evidentemente no sirven para tener una casa solos. En los 10 minutos que habré tardado ellos habían roto dos vasos, las servilletas que habíamos usado como platos -porque era pizza, no iba a usar platos para eso- estaban tiradas en el piso, y estaban jugando a tirarse detergente, son peores que los nenes chicos.
Otra vez, los obligué a ordenar todo, pero esta vez yo estaba al lado de ellos para que no hagan ninguna boludez más.
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Como este capítulo me quedó un poco corto, capaz que mañana cuando me levante suba otro,
