Mi nombre es Abril Suárez, tengo 14 años, y mis papás murieron cuando tenía 10, por lo que, al ser menor de edad debo vivir en un orfanato, pero todo cambia cuando cuatro personitas entran en mi vida, dándole a esta un giro de 180 grados.
Empezado:...
Estaba durmiendo cómodamente en mi cama, cuando siento que alguien me llama, por lo que lentamente abro los ojos, intentando acostumbrarme a la luz que entraba por la ventana del cuarto que compartía con otras siete chicas.
Una vez que pude ver bien quien me llamaba, noté que era la Hermana Beatriz (si, mi orfanato era católico), con una sonrisa intentando despertarme. De todas las hermanas de acá, ella era la que mejor me caía, porque no era tan mala onda como las otras.
—Abby, despertate, ya son casi las 10, te tenés que acomodar que vinieron unas personas que quieren adoptar, y todas tienen que ir a recibirlos —dice, y yo me levanto de mala gana, era de gusto, a mi nadie me quería ya, todos preferían a las nenas más chiquitas, o a las otras chicas, que eran mas "civilizadas" según las hermanas, aunque lo decían con cariño. Me visto con lo de siempre, no iba a aparentar ser algo que no soy, así que agarro una remera larga gris con una carita, unos pantalones boyfriend que no son los más lindos, pero el resto estaban sucios, así que no me quedaba otra que usar esos, y mis zapatillas grises:
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Si, era un orfanato muy bueno, por lo que teníamos muchas comodidades, como por ejemplo una sala de computación, a la que yo iba muy seguido a mirar YouTube, más precisamente a Looking Up, una biblioteca ENORME, la cual era otro de mis lugares favoritos, y cuando no estaba en YouTube, estaba ahí recorriendo mundos de fantasía, misterio, descubriendo historias horribles y hermosas. Pero en fin, volviendo al punto. Ya estaba lista, así que bajé mientras me iba haciendo una trenza medio desordenada -no me culpen, ¿alguna vez intentaron hacerse una trenza bajando una escalera a las apuradas? Simplemente imposible- Pero bueno, cuando llegué ya estaban todas ahí, y luego de como cinco minutos vino la hermana Esperanza, a decirnos que ya habían llegado, y que nos portemos bien, y todo lo que nos dicen siempre. Entonces se fue, y nosotras nos pusimos en orden para recibirlos, yo no tenía nada de ánimo, puesto que no me interesaba ver cómo venía una pareja y se llevaba a una nenita chiquita, o a una de las "chetitas" de mis compañeras.
Estaba sumida en mis pensamientos, cuando veo a la hermana entrar —Chicas, les presento al señor Zurita— dice, y acto seguido deja pasar a un chico de unos ¿20?, y... ¡¡¡OH, POR DIOS!!! ¡¡¡ES ALEJO!!!
— ¿Alejo? ¡Ay no me lo puedo creer! ¿Te puedo dar un abrazo? En serio, te admiro muchísimo.
—Si, claro, vení —dice, y abre los brazos, yo no espero ni un segundo y corro hacia él dándole un abrazo muy fuerte.
—¿Sos looker, no?— me pregunta, mientras las otras chicas me miran raro, no saben por qué reaccioné así, ah, claro, me olvidaba que ellas solo piensan en cómo se ven, nunca van a la sala de computación por miedo a romperse una uña con el teclado, y teléfono no podemos tener, así que no hay forma de que los conozcan.
—Obvio, me sé casi todos sus temas, los amo muchísimo, pero ¿por qué estás acá? O sea, me refiero a que por qué querés adoptar, va, o eso nos dijeron.
—Es que con los chicos nos estamos mudando a una casa todos juntos, y como sobraba una habitación, que encima estaba decorada como para una chica decidimos darle una mejor vida a alguien, y cuidarla como una hermana.
—Ahh —dije, medio triste, porque seguro que elige a una de las chiquitas, que son más bonitas — si querés yo te puedo ayudar a elegir, por cierto, me llamo Abril.
—Gracias Abril, pero creo que ya se a quien vamos a adoptar.
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Yyyyyyyy bueno, acá está el primer capítulo de la novela, espero que les guste, y si es así voten y comenten, eso me ayuda muchísimo a saber si les gusta lo que hago.
