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Ya pasaron tres semanas desde la visita de Kevin y Marto, y ya tenemos reservados los pasajes a Miami, el resto todavía nada.

Hoy hacemos una de las ya habituales pijamadas semanales con los chicos. De hecho están por llegar. Esta vez toca en mi casa, pero ya hemos hecho en la de Alex, Allison y Joaquín. Cuando es en mi casa se nos agregan cuatro más de colados, ya sabrán quienes, pero si no, son cuatro boludos que cantan hermoso, pero hoy hay un plus: está Kevin. Otra vez hay una araña "gigante" en su casa, la perdió de vista y no quiere dormir solo por miedo a que lo coma.

De repente siento que se hunde un poco la cama donde estoy sentada.

-¡Boo! -gritan en mi oído.

-¡Nahuel! ¡Dejá de asustarme así! ¡Y no te rías! -Le digo, al ver que reía. Le pego en el hombro para que deje de reirse, pero no funciona, ya que comienza a reír aún más fuerte.

-Bueno, ya está. Ahora vamos abajo que llegaron todos -dice una vez logra calmarse.

-¡Por fin! ¡Hace siglos que estamos acá esperándolos! -dice Alex dramáticamente, lo normal.

-¿Qué estaban haciendo que tardaron tanto? -pregunta Allison haciendo una cara pervertida.

-Nada niña, nada -dice él.

-Chicooos ya está la comidaaaaa- grita Ale desde la cocina. Esperen. Gritó desde la cocina.

-¿Soy yo o ese grito vino de la cocina? -pregunto alarmada. Ya todos conocemos los talentos de mis hermanos para la cocina. Todos asienten con miedo.

-Oh no -digo, y salimos todos corriendo hacia el lugar donde vino el grito. Cuando llegamos, Ale y Kev estaban con tres cajas de pizzas de la rotisería de la esquina. Todas nuestras caras fueron de alivio puro.

-¿Por qué esas caras? -Pregunta el enano.

-Porque vamos a comer comida comestible -respondo yo, y reímos, menos Ale, que me miraba ofendido.

-¡Pero si mis comidas son riquísimas! Mi mejor plato es el arroz, se cocinar seis tipos: crudo, pasado, pegado, quemado, salado y desabrido -dice orgulloso a mis amigos. Nosotros, que ya estábamos riendo, explotamos en carcajadas. Yo de hecho tenía lágrimas en los ojos.

-Che déjenme de hacer bullying y mejor vamos a comer que sino me llevo esto y no comen -nos amenaza. Kevin, como buen actor, se arrodilla en el piso empieza a rogar.

-No Ale por favor, por lo que más quieras, perdón, no me río más, ¡pero dame la comidaa!

-Dale dramático, vamos -digo, palmeandole la espalda, mientras pasaba hacia el comedor, donde ya se encontraba el resto de los Looking.

-¡Siii! ¡Comidaa!- grita Rama como un nene chiquito.

La cena pasó divertida, y después nos pusimos todos en ronda a jugar verdad o reto.

-¡Yo empiezo! - digo -Ale, ¿verdad o reto?

-Ehh... verdad.

-¿Hay alguna chica que te interese? - digo sabiendo que se habla con una tal Vanina. El otro día me metí en su celular y vi su conversación llena de corazones y cosas cursis, pero quería que lo admita él.

-Eehh... N-¿No? -dice nervioso.

-¿Y entonces quién es Vanina y por qué se mandan corazones y se dicen cosas cursi?

-Ehh... ¡siguiente! Me toca a mí.

-Está bien, pero después no te salvas del interrogatorio- lo amenazo.

Adoptada por Looking UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora