Cae la tarde y con ella llegan los recuerdos de ti y tu brutalidad, de tu enojo y tus golpes. Del sollozo que no deja de emanar mi espíritu lastimado por tu estupidez. Cae la tarde y con ella llega la noche, mi refugio. La cómplice de mi desdicha y lamentos, la que me consuela y me aconseja que deje de sufrir por ti. Por quién no vale la pena, por quién derramar una lágrima o escribir una letra es una bofetada con una espátula ardiendo.
Sé que no debo pensar en ti, pero es algo imposible cuando todo esta tan recién y más cuando te he visto esta tarde cuando fui a llevar las cosas que habías dejado en mi casa. Más cuando todo me temblaba con solo verte, más cuando me dieron tantas ganas de partir tu cara en mil pedazos, de sacar todo lo que has causado en mi pero no, no soy como tú. No soy un imbécil que necesita de golpes para solucionar o tener la razón no soy quién quieres crear, aún sigo siendo yo, aquel chico noble y de buenos sentimientos, aquel quien apostó todo apenas te vio en la puerta de su conjunto residencial...aquel que aquella tarde de febrero no dejaba de sentir mariposas en su estómago al escucharte hablar, al sentir tus labios, al sentir tu cuerpo ardiendo. Aún sigo siendo yo.
Es difícil dejar de pensarte cuando en mi cama esta estampado el olor de tu cuerpo, cuando en mi sala están plasmadas las fotografías que en días anteriores nos tomamos. Es difícil dar un paso y que no estén los estúpidos recuerdos de ti en cada esquina, en cada calle de esta ciudad, es complicado caminar en la noche y verte, aunque sé que no eres tú, que solo es mi mente jugando conmigo para darme una lección de valentía, para que sea fuerte y no vivas más en mí. Pero se le olvida que también me lástima como lo has hecho tú. Mi estúpida mente es traidora es una doble moral. Pero que puedo decir sí también soy yo, si soy yo quien debe controlarla si soy yo quien debe dejar de pensar te, y mandarte a la mierda que es donde debes estar. Si soy yo... quién debe dejar de quererte...quién debe dejarte extinguir y apagar la llama que a un queda en mi cabeza.
ESTÁS LEYENDO
SKYLAR
PoetryNo es verano, tampoco es invierno tan solo es un cielo nublado, plagado de matices tormentosos que revolotean, entre el rocío cálido de un día donde no es verano, pero tampoco invierno. Portada by: danni_te