Capítulo 3

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  • Dedicado a Gustavo Alexis Sanchez Valencia
                                    

Ya era de día, el día de ayer, fue increíble. Por suerte, estaba de vacaciones, me quedaba 1 semana de vacaciones, perfectamente podía conocerlo ahí. Pero... ¿quién me apuraba? Nadie. Me levanté de la cama, me vestí rápidamente, bajé a desayunar. Había una nota que decía "Fui a la casa de Cathy " ahora el problema era... ¿dónde diablos vive Cathy y quién es? Decidí llamar a mi mamá.

- ¿Alo, mamá?

- Si hija, ¿qué pasa? te dejé cereales con leche.

- Si si si, que bueno. ¿Quién es Cathy?

- La señora que estuvo ayer en la casa... po...

- ¡JURALO! y... ¿dónde vive? -completamente emocionada.

- Vive en Pasadena ¿por qué?

- Mmm... Nada, quiero hacer ejercicio, ¿puedo ir para allá?

- Claro que...  -no alcanzó a responder.

- Gracias, ¡te veo!

Estaba completamente feliz, hoy sería otro día en que lo vería a él, a James, así que desayuné lo más rápido que pude y tomé mi bicicleta y partí en rumbo a la casa de James. Había recordado un capítulo de Phineas & Ferb, donde a Candace la atacaba el perro de la pequeña hermana de Jeremy, espero que eso no me pase a mí.

- Supondré que es aquí - dije en voz baja.

Era una casa hermosa, todavía no entraba, decidí entrar por el patio trasero. Me bajé de la bicicleta e iba a dejarla en una esquina del patio. Entré, el patio tenía una piscina y una cancha de basquetball, simplemente hermoso. De pronto, una pelota llegó a mis pies, me agaché a recogerla y cuando me levanté, tenía al frente de mis ojos a James.

- Hola - me dijo él.

- Hola - le sonreí.

- Y... ¿qué haces acá?

- Vine por mi madre, creo que está acá. - era obvio que estaba ahí.

- Ah, sí, esta acá.

Se subió la polera para secarse la cara, ya que estaba jugando basquetball, se le veía el pectoral y casi, casi morí. En mi mente, babeaba y decía "OMG". Quedé completamente como una idiota mirando.

- Y... ¿qué te pasa?

-sacudí mi cabeza- Nada, nada... es que, dormí poco. -miré a un lado-

- Haha, haré como que realmente entendí eso. -se tocó el pectoral-

En mi mente: "creído, pero hermoso".

- Y... juegas basketball?

- Em... no, soy nula para los deportes, pero puedo intentar.

- Intenta -sonrió.

Tomé el balón, la lancé y... ¿qué creen? no le atiné. Lo mejor de todo eso es que él, cariñosamente me enseñó a jugar, tomaba de mis brazos, me enseñaba todo perfectamente, yo...moría.

- Y así es como se lanza.

- Uhú! ahora lo único que me falta es jugar en la NBA.

- Hahaha.

Vi su perfecta sonrisa, al llegar a mi casa sabía que tenía que escribir esto en mi cuaderno, otra cosa más de por qué él es... para mí.

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