white • scorpius malfoy

ii

—¡No es eso, Rosebud! Ya lo sé... Sí. ¡Pero le gusta mi hermana!

Scorpius escuchaba la conversación que estaban teniendo sus amigos al otro lado de la puerta del aula en desuso sin decidirse a llamar. Quería hablar con Albus. Si bien le gustaba Andrea, nunca se acercaría a ella. Primero porque ella no le correspondía y no quería molestarla, y segundo por respeto a su mejor amigo. Pero no sabía como decírselo, nunca había sido bueno con las palabras.

Así que, se dió la vuelta y volvió a su habitación para leer un rato.

Iba distraído por el camino y, como si de un cuento de hadas se tratase, se chocó con alguien y tiró los libros que llevaba en la mano.

Cuando levantó la vista y se dio cuenta que tenía delante a Andrea Potter se le aceleró el pulso.

—Siento... Yo... Este... Libros... Chocar...— fue lo primero que logró murmurar. Cerró los ojos al minuto, esperando las carcajadas por parte de ella ¡qué estúpido era "el hijo del Señor Tenebroso"! ¡No sabía ni hablar! Pero cuando los abrió, pensando que ella ya se había ido sin decir nada, se encontró que la chica estaba sentada en el suelo, en frente de él, mirándole con una sonrisa.

—¿Estás bien?— preguntó ella, ladeando un poco la cabeza.

—Sí. Estoy bien.— dijo él. Bien fastidiado, bien cansado, bien machacado, pero bien al fin y al cabo. Suspiró.— Perdona por los libros, espera que te echo una mano.

Entre los dos recogieron los libros que había en el suelo.

—Gracias, Scorpius.— dijo ella con una sonrisa.

Él se giró, dispuesto a irse a cualquier lugar que no fuese ese, pero su voz lo detuvo.

—¡Oye Scorpius!— le llamó la chica. Él se giró para mirarla.— ¿Quieres venir conmigo a Hogsmeade este fin de semana?

Y ante esa pregunta, él hizo lo que cualquier persona haría: salió corriendo.