Bermuda Triangle [ZiGa] #Wattpad10 #JustWriteIt

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Zico

Crush le grito como nunca antes lo había hecho, como si hubiera cometido la peor atrocidad del mundo. Dean no pudo interceder por él ni un poco y en el fondo Jiho agradeció que fuera así, no quería que el chico se metiera en problemas por un error que era suyo y solo suyo. No supo cuando el mayor dejo de reclamarle, tampoco supo cuando sus compañeros se fueron del lugar dejándolo en soledad.

Suspiro y paso las manos por su rostro cansado, alboroto su cabello y se levanto del viejo sofá, comenzó a dar vueltas por la habitación tratando de buscar cualquier cosa que llamara su atención, cualquier cosa que desviara sus pensamientos de Yoongi, lo que fuera para sacar esa mirada profunda de su mente. Pero no hubo nada que lo ayudara con aquello, los oscuros ojos del chico seguían grabados a fuego en su cabeza, sintió un escalofrió recorrer su cuerpo y se asustó. Se asustó lo suficiente como para entrar en un pequeño ataque nervioso, algo entre el pánico y la ira que lo hizo quitarse el saco del traje que aun portaba y lanzarlo lo más lejos que pudo, jalar la corbata que oprimía su cuello y tirarla al suelo para después pisarla, subir descuidadamente las mangas de la camisa blanca hasta desgarrar la tela un poco por la fuerza con que lo hacía.

Fue hasta la sala de armas, tomo la primera que se le cruzo y se paró frente al blanco de prácticas, levanto la pistola y apunto al frente, pero no jalo del gatillo. Se quedó ahí, conteniendo la respiración tratando de estar lo más quieto posible, apuntando, sintiendo como la adrenalina subía por su cuerpo y agradeciendo que con eso la imagen de Yoongi se esfumara y era remplazada por el sentimiento de peligro y la alerta constante de su cuerpo. Se quedó así un poco más hasta que sus manos dejaron de mantenerse firmes y comenzaron a temblar, hasta que sus pulmones exigieron aire y volvió a respirar acelerado, hasta que el subidón de adrenalina dio paso al cansancio nuevamente y su cuerpo le rogaba porque cerrara los ojos, hasta ese momento disparo el arma y sonrió con satisfacción al comprobar que había dado en el blanco, como siempre.

Hasta entonces arrojo el arma lejos de él y guio su cuerpo de vuelta al sofá, cerrando los ojos con pesadez y maldiciéndose internamente porque la última imagen que vio antes de caer inconsciente fueron los ojos de Yoongi.

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Paso los siguientes dos días en su apartamento, generalmente recostado en el sofá mirando el techo o sentado en el bordillo de la ventana contemplando la vida pasar en la calle frente a su edificio. Apenas y comió en esos días, solo recuerda haber tomado un poco de café, se dijo a si mismo que aquello le serviría para poner en orden sus pensamientos, reordenar sus prioridades y examinar a consciencia porque había hecho lo que había hecho.

Al final no había fallado en la misión, desde su punto de vista lo había hecho bastante bien, lidiando con los inconvenientes y resolviendo las dificultades al momento, había hecho todo como se hubiera esperado de él, su desempeño no era el problema, el problema era Yoongi.

Se había arriesgado sobre manera por él, quedarse ahí con él había sido como jugar con fuego, un fuego incontrolable que el solo no hubiera podido extinguir, pero que aun así hubiera intentado apaciguar. Ese era justo el dilema en su mente, que a pesar de lo que le había dicho a Crush en el fondo sabía que, de haber dependido de su criterio, se hubiera quedado con Yoongi en aquel salón.

¿Por qué? Era algo que aún no lograba comprender y realmente no quería averiguarlo, le daba miedo lo que pudiera encontrar tras esa respuesta, lo admitía y por eso prefería no indagar en ello. Era mejor dejar el tema de lado, olvidarlo y volver a concentrarse en lo que era importante. Sí, eso debía hacer.

Sonaba sencillo cada vez que se lo decía, pero no era convincente, por eso paso dos días de su vida dándole vueltas a la misma idea, pensando una y otra vez hasta llegar a la misma solución. Y aun así, cuando el lunes por la mañana su alarma sonó un escalofrió recorrió su cuerpo, tuvo que pasar un buen rato bajo el agua de la regadera hasta que su mente se despejo lo suficiente como para aceptar que debía ir a la universidad y enfrentar lo que fuera que la vida le pusiera en frente, después de todo él era Woo Jiho, y una tontería de estas no iba a dejarlo fuera del juego.