Capítulo 8.-

989 36 0
                                    

Después de ese pequeño percance que tuve en la clase de biología, me fui hacia matemáticas, donde el profesor era todo lo contrario al anterior.

Este profesor era el hermano gemelo del director, igual de gordote y con el mismo bigote, solo que este se dormía entre palabra y palabra.

Así que seguí el ejemplo del profesor y me dormí también. Ya veis. Una clase muy interesante.

Ahora mismo estoy de camino buscando la clase de literatura. La verdad, me gusta esa clase. Espero que el profesor no se duerma.

Pero como no tengo ni idea de dónde está él aula, y no quiero volver a llegar tarde, voy a buscar a una persona lo más normal posible para preguntarle dónde está.

Cuando levanté mi cabeza del horario, vi a una chica rubia, el color muy parecido al mío, que parecía súper dulce y lo más importante: estaba maquillada lo justo y su ropa tapaba piel.

Me acerqué a ella y puse mi mejor sonrisa.

- Ehh hola...- le dije captando su atención. Al levantar la vista, me di cuenta de que tenía unos ojos azules súper bonitos.- Soy nueva... y esto es enorme... y bueno.... ¿me podrías decir dónde está él aula de literatura?- dios mío, parezco tonta.

La chica únicamente se río, pero sin burlarse de mí.

- Claro que sí- me contestó con una sonrisa.- ¿Al aula de literatura?

- Según mi horario, sí- le conteste sonriendo de la misma manera.

- Pues justo a mí también me toca literatura. Vamos juntas entonces.- me dijo empujándome juguetonamente el hombro.

Esta chica me cae bien.

- Por cierto.- le dije- Soy Kansas Cox.

- Abby O'Grady.- dijo mientras se ponía a andar y yo con ella.- Así que nueva ¿eh?

- Sí, eso parece.- le contesté encogiéndome de hombros.

- Y... ¿Puedo saber porque te has cambiado?- me preguntó amablemente.

- Claro- me reí por su educación- Mis padres han sido trasladados por el trabajo desde Dakota del Norte. Así que a mis hermanos y a mí nos ha tocado cambiar de vida.- explique quitándole importancia.

Ella se paró de golpe dejando de andar.

- No jodas. ¿Tus hermanos son esos tíos buenorros que han llegado nuevos?- dijo con los ojos abiertos.

Rodé los ojos, pero esta vez divertida.

- Cuando vives con ellos y ves sus guardadas, no te parece que estén tan "buenorros"- dije con burla la última palabra.

Y es verdad. Cuando estás en casa y Kyle llega corriendo para tirarse un pedo en tu cara, lo ultimo que piensas es que está bueno.

- Joder amiga.- dijo Abby.

- Ey Abby, cierra la boca que se te cae la baba.- dije riéndome.

Rápidamente se puso a andar y volvimos a retomar el camino hacia la sala.

- Todas las chicas hablan de ellos, Kansas. Sobretodo de Kyle, porque... ¿Cuantos años tienen los gemelos?- me preguntó.

- Quince para dieciséis.

- Parecen más mayores, la verdad- dijo como para ella misma- pero siguen estando buenísimos.- concluyó con una sonrisa pícara.

No pude evitar una carcajada.

- Cuando quieras te los presento.- le dije con una sonrisa en mi rostro.

- ¿En serio?- me pregunto- ¡Ayyyy! Gracias.

Nuestro Touchdown Donde viven las historias. Descúbrelo ahora