Capítulo 3

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-Sungmin, ¿estás listo para ir al ensayo? -Kyuhyun terminó su café y observó cómo el objeto de su fascinación terminaba despacio su tostada.

-Tengo que traer mi violín.

-Te lo traeré yo. Son casi las nueve y no quiero que llegues tarde. -La casa estaba vacía excepto por ellos dos. Todo el mundo estaba afuera, trabajando. Kyuhyun recogió el violín del despacho y volvió con el maletín a la cocina-. ¿Crees que podrás ir tú solo hasta el coche?

-Creo que sí.

-Entonces te seguiré. -Kyuhyun se mantuvo detrás y dejó que Sungmin anduviera el camino desde la puerta de atrás hasta el patio, asombrado de que el joven fuera capaz de ir en línea recta hasta el coche. No lo había movido desde que llegaron a casa el día anterior, pero la habilidad de Sungmin para navegar a tientas era impresionante-. Eres increíble, ¿lo sabías? -comentó Kyuhyun mientras observaba cómo Sungmin abría la puerta del pasajero y se metía en el coche.

-La verdad es que no lo soy. Tengo bastante práctica navegando en la oscuridad -respondió mientras Kyuhyun le alcanzaba su violín y cerraba la puerta, antes de sentarse tras el volante-. Tengo ensayo hasta las once, y después vamos a comer antes de trabajar con algunos estudiantes de música del pueblo. -El rostro de Sungmin se iluminó de emoción-. Adoro esta parte. Adoro trabajar con los niños. En Incheon, trabajé con una niña de seis años que también era ciega. Lo estaba pasando muy mal, y fui capaz de ayudarla. Cuando terminamos, su madre me abrazó me dijo que no había visto a su hija sonreír así desde hacía meses. -Kyuhyun miró a Sungmin mientras se metía en el camino que les llevaría al auditorio-. ¿Está bien si te llamo cuando hayamos terminado?

-Claro. -Le dio su número y él lo programó en su teléfono con increíble destreza-. Cuando volvamos, he pensado llevarte al granero, para presentarte a los caballos.

-Cuando era un niño, antes de ponerme enfermo, siempre quise un poni, mi madre no me permitió tenerlo, pero conseguí cabalgar uno en un carnaval.

- ¿Te gustaría salir a cabalgar? -Kyuhyun no estaba seguro de cómo se sentiría Sungmin al hacerlo, pero seguro que podía conseguirle un caballo y llevarle alrededor del corral.

- ¿Podría? -su rostro era todo un poema de fascinación.

-Claro. -Iba a decir algo más cuando vio que las puertas del auditorio se abrían y que Zhoumi se dirigía con pasos rápidos hacia el coche, abriendo la puerta de inmediato.

-Deja que te ayude a entrar. -Zhoumi prácticamente levantó a Sungmin de su asiento y le guió lejos del coche como si fuera algún tipo de inválido. Kyuhyun se dio cuenta de que se había enfadado por el modo en que Zhoumi lo trataba. Sungmin no era un desvalido y podía perfectamente encontrar el camino hacia el interior. Quizá necesitaba un poco de guía, pero no necesitaba ser tratado como si fuera inútil. ¿Por qué lo permitía? La puerta del coche se cerró y Zhoumi le miró. Comenzó a llevar a Sungmin hacia la puerta antes de dejarle ir y volver al coche y dar unos golpecillos en el cristal de la ventanilla.

Kyuhyun la bajó y Zhoumi miró el interior del coche mientras hablaba.

-Llevaremos a Sungmin a casa esta tarde.

Kyuhyun miró por encima de su hombro, hacia Sungmin.

-¿Me llamarás cuando estés listo? -El joven sonrió en su dirección y sacó el teléfono, asintiendo. Zhoumi vio el gesto y fulminó a Kyuhyun con la mirada, pero no dijo nada más.

En vez de eso, se giró y se acercó a Sungmin, urgiéndole para que entrara. ¿Y yo qué te he hecho? Entonces se dio cuenta de que había vuelto a ocurrir, se había olvidado hasta de que había visto la expresión en el rostro de Zhoumi, y sus dedos volaron hacia su propia cara, trazando las cicatrices rosadas frunciendo el entrecejo en dirección al edificio mientras la puerta principal se cerraba.

Amar significa . . . . Sin limites (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora