Necesidad

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Strange se sentía algo incomodo con la situación, primero porque estaba con un extraño en un lugar desconocido, que tenía curiosidad o bien quizás necesidad de saber más respecto al hombre al cual había llevado a su hogar. Y segundo, porque no estaba acostumbrado a estar en el lugar de paciente, sin lugar a dudas no era uno bueno.

—Es una forma extraña la suya de hacer turismo, Doctor Strange, solo, sin equipaje, sin identificación, ¿De dónde es?, ¿Inglaterra?, —Preguntó Bruce retirando la gasa que tenía este en su frente, para desinfectar su herida y cambiar la misma por una nueva posteriormente.

Stephen arrugo la nariz cuando sintió el ardor del alcohol haciendo efecto sobre la herida que tenía sobre su ceja izquierda. Bruce parecía una buena persona, aunque también era muy perspicaz, pero ese no era motivo suficiente para tenerle una extrema desconfianza. Sin embargo, cuidaría lo que le confiaba, tanto por su seguridad como por la de él.

—Soy de New York, pero recientemente he estado visitando frecuentemente Londres, tengo una residencia allí, —Explicó Strange— Mi padre era Inglés; respecto a mis pertenencias... Las mismas se extraviaron durante el viaje.

—No escuché que hubiese llegado ningún ferry a la ciudad, es una capa bastante particular la que tiene allí, —Dijo ahora bajando su mano hasta su barbilla, tomándola con la misma, para luego acercar un pedazo de gasa con desinfectante a su labio inferior partido.— ¿Qué es lo que esta buscando aquí realmente Doctor?

Stephen notó que estaba siendo sometido a un interrogatorio, y la forma en que su interrogador le miraba le hizo sentir estupor; como si estuviese siendo llevado lentamente a una trampa por ese sujeto.

—No estoy en busca de nada específico, —Dijo Stephen apartando la mano de Banner de su rostro— Lo siento es que no lo esta haciendo del todo bien; y en realidad, escuche sobre una leyenda local, sobre una criatura gigante esmeralda, estoy aquí para capturarlo en pantalla; sobre mi capa, la conseguí en Nepal, no le parecería tan particular si viera las cosas que venden allí.

—Realmente desconozco el tipo de tecnología que manejen en Nepal, pero, ¿No dijo usted que era Doctor?, ¿También es fotógrafo?, ¿Qué buscaba allí al Yeti?

—Veo a donde quiere llegar, pero no tengo porque darle ninguna justificación, le agradezco que me haya atendido, pero no sé lo pedí. Sufrí un accidente automovilístico, me lesione las manos, las mismas quedaron atrapadas en el tablero del mismo, y desde entonces no hago ejerció de la medicina, ahora me dedico a hacer turismo y sacar fotos, ¿Es eso lo que quiere oír?

Bruce cambio su semblante a uno más suave después de oí el relato de Strange, él conocía mejor que nadie lo que era atravesar una tragedia personal y tener que reponerse a pesar de sentirse en el suelo. Lo que significaba un cambio tan radical en una persona de la noche a la mañana.

Miro casi instintivamente las manos de Strange, las mismas estaban cubiertas con unos guantes amarillos, quizás por el frío en esa región, o quizás para cubrir las marcas y cicatrices que le habían dejado seguramente el accidente.

—Lo lamento, y me disculpó por como lo traté, esa leyenda, de esa criatura, no es buena para este pueblo, tiene tan solo unos setecientos habitantes, viven de la pesca y el turismo; esa bestia, solo atrae la atención de las personas equivocadas y hace que el turismo real disminuya, —Explicó Bruce arreglando sus gafas que empezaban a deslizarse por el puente de su nariz— ¿Quiere un poco de té?, ¿Café?, realmente no tengo más que ofrecerle.

Stephen pensó que su desconfianza hacia él se debía a la preocupación que Bruce sentía por la población de ese lugar, por lo que se relajó al escuchar como le ofrecía algo caliente para beber hospitalariamente. El modo de vivir de Banner era muy austero, le recordaba a su habitación en el santuario, pero él nunca había vivido de aquella manera mientras era cirujano, su vida había estado plagada de lujos vanos y ostentación, de vanidad y avaricia.

—Té esta bien... imagino que la población es muy saludable, —Comentó siguiéndole con la vista, él mismo se había dirigido hacía una pequeña cocina abierta, a la derecha de la habitación.

—Por el contrario, sería agradable un poco de ayuda de ves en cuando, —Habló Bruce un poco más fuerte, con el ruido de la caldera llenándose de agua de fondo.— Si esta haciendo turismo, le recomendaría visitar el muelle, el puerto, el lago, hay bellezas mucho más impresionantes allí que las que podrá encontrar en ese bosque.

—Quizás lo haga después, pero realmente necesito ir allí.

—Como usted quiera, solo le aseguro que no va a encontrar nada allí. He estado allí millones de veces, y jamás he visto nada que vaya más halla de lo ordinario.

—Me vio a mí, —Replicó Stephen.

—¿Y usted se considera extraordinario?, —Preguntó Banner acercándose de nuevo a la cama.

—Modestamente, sí, así lo hago, —Sonrió en respuesta.

—Dudo de su modestia, Doctor Strange.

—Stephen... Si conoce tan bien ese lugar, ¿Me acompañaría como mi guía?

Preguntó Stephen, la idea solo había llegado instantáneamente a su mente, su maestro le había dado las instrucciones para hallarlo solo por su cuenta. Sin embargo aquello había salido de sus labios, como si mantenerse más tiempo cerca de Bruce... Fuera natural, como si fuera necesario.

La bestia en el bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora