1. Belleza

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Todos la naturalizamos de esa manera. La belleza de las cosas depende de como las veas. Se dice que la belleza es algo tangible.

¿Y si no podés ver?¿La belleza deja de existir?

Increíblemente, con los ojos cerrados, logré encontrar belleza en cosas, momentos y lugares que jamás había imaginado.

Entonces, ¿Por qué seguimos diciendo cosas como "esto se ve hermoso", o "mirá que lindo es esto"?

Tal vez no lo pueda ver, pero sé lo hermoso que es.

Me levanto, 6:00 AM, lo sé solamente porque siento el olor del desayuno que llega desde la cocina, los barullos matutinos de luna, y a mi madrina diciendo que las mañanas de esta casa le dan jaqueca

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Me levanto, 6:00 AM, lo sé solamente porque siento el olor del desayuno que llega desde la cocina, los barullos matutinos de luna, y a mi madrina diciendo que las mañanas de esta casa le dan jaqueca.

Hoy me voy a quedar en casa. Hace ya una semana que me estoy quedando acá, encerrada. No me siento lista para salir al mundo todavía. Al menos no en el Blake.

Me aferro a la barandilla de la escalera. Nadie me detiene, ni me ofrece ayuda. Con mis pies descalzos, escalón por escalón, voy bajando. Y en cuanto mis pies tocan el frío suelo, recupero algo de confianza.

Sé el camino a la cocina. Lo recorrí cientas de veces. Esta vez no tiene por qué ser diferente. Sé que llegué, porque escucho todo ese ruido familiar. Escucho como se siente tener una familia real, y casi que sonrío.

—¡Señorita Ámbar!¡Usted debería estar en su cuarto!—Me regaña Mónica, más no la escucho, me siento cuidadosamente en una silla.

—Tenía hambre, Mónica. Además, no me voy a quedar toda la vida en mi cuarto.

—¿Cómo se siente?—Me pregunta, sé que su cara es de lástima, y yo no quiero dar lástima, así que miento.

—Normal, como siempre.

—¿Segura?

Asiento.

Mi abuelo entra a la cocina, lo sé por su peculiar olor.

—Ambarcita, querida, ¿No deberías estar en tu cuarto?

Negué.

—Me cansé de que me traten como si estuviera enferma. Estoy bien. Estoy perfectamente. Que les quede claro. Y dejen de tenerme lástima.

—Ámbar, no seas mala onda, solo queremos ayudarte.—Dice Luna

YA ES TARDE para ayudarme, ¿Okey? Quiero desayunar en paz.

—Ámbar, ya lo hablamos, yo no qui...

—¡Estoy harta de escuchar lo mismo!¡De todos!

Se queda callada, al fin. No podría soportar escuchar el mismo discurso lleno de mentiras otra vez. Que no era la intención, que están arrepentidos, etcétera. Lo hecho, hecho está, aunque a veces deseemos volver el tiempo atrás.

Paso toda la mañana en la mansión, aburrida. Me estoy cansado de estar acá sin hacer nada. Son las dos de la tarde, lo sé porque luna vino a buscar sus patines para irse al Roller hace unos minutos.

Me aburro tanto, que voy a buscar a mi abuelo.

—¿Qué pasa en esa cabecita?

—Me aburro mucho estando acá.

—¿En serio? Que loco, este lugar es un chusmerío, las paredes escuchan todo. Solo conozco otro lugar que debe ser así de interesante.

—¿Donde?

—¿Me dejas llevarte?

—Obvio, ¿Pero a donde?

—¿No confias en tu abuelo?

—No, si, obvio que confío, pero quiero saber a do...

—Sh. Te vas a enterar cuando lleguemos.

—¿¡Cuando lleguemos a donde!?

El solo se ríe. Subimos al auto, tino nos lleva.

No voy a mentir, pero estoy ansiosa por saber a dónde estamos yendo. O quizá las ansias se deben a que por fin salí de la mansión.

Siento que el auto estaciona, y no puedo hacer otra cosa que emocionarme más. Mi abuelo me lleva dentro de ese lugar.

El ruido, el aroma... Puedo identificar este lugar como si fuera mi hogar, porque, al fin y al cabo, quiera o no, el Jam & Roller es mi hogar, inevitablemente. Me estoy intentando sentar, cuando alguien se me acerca.

Su olor es algo inexplicable. A pesar de que jamás le haya prestado suficiente atención, estoy segura de que es uno de mis aromas preferidos. Me hace sentir confianza, me hace sentir que puedo abrir mi corazón sin miedo a ser lastimada.

Pero vuelvo a la realidad, y así estoy... Sabiendo que hay cosas imposibles en la vida.

—¿Necesitas ayuda?

—No, gracias, puedo sola.—Digo cortante y me siento.

—Ámbar, quería hablarte sobre lo que hicieron los chicos...

—Si venís a defenderlos, ahorrate las palabras.

—... Entiendo... Me alegra que estés mejor.

—¿Mejor? Estaba mejor antes de que todo esto pasara. Ahora, dejá de tenerme lástima y dedicate a odiarme, como todos.

—¿Crees que soy como los demás?¿Acaso yo te dejé caer? No soy como ellos, y no estoy para nada de acuerdo.

—Me parece que acá estoy de más.—Dijo mi abuelo y se fué.

—Quizá esté ciega, pero no necesito ver la cara de alguien para saber que me tiene lástima.

—No te tengo lástima, deja de decir eso. Me importas, porque eres mi amiga, ¿Recuerdas? Me lo dijiste el día en que nos conocimos.

—Dije que los amigos de mis amigos son mis amigos, y Lunita nunca fue mi amiga.

—¿Entonces por qué te decepcionó tanto lo que hizo?

Me quedo sin palabras. Para dejarme sin palabras, Simón es definitivamente el mejor. ¿Será porque me entiende?

Ahora que me doy cuenta, quizá soy yo la que no entiende a nadie...

Tal vez, por más irónico que suene, esto sea una oportunidad, para ver más allá de las apariencias, lo que es cada una de las personas a las que en algún momento prejuzgué.

Tal vez nunca lo hice, por miedo a encariñarme con la gente, porque sé que ningún lazo es para siempre.

O tal vez... Tal vez solo estoy divagando, jamás le daría una oportunidad a la gente que me dejó caer...

Pero aún hay alguien que intentó evitar que cayera a toda costa. Aún hay alguien que vale la pena en este mundo tan injusto y falso. Aún hay algo en lo que confiar, algo por lo que apostar, algo que me puede salvar de mi frío universo lleno de desengaños y de sueños rotos.

Apenas puedo creer, que después de todo, aún tengo un amigo.

Eyes Closed ||COMPLETA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora