La orejita de Kyoya se movió por reflejó al sentir una suave caricia en esta. El pequeño neko estaba tomando una siesta luego de una pequeña merienda cuando Dino llegó a visitarlo a la clínica ya entrada la tarde.
Ya habían pasado poco más de 2 semanas desde que Kyoya estaba internado en la clínica de Kyoko y todos los días Dino se escapaba de la escuela a la hora de la comida para ir a verlo, comer con él y ver cómo se dormía antes de volver a clase. Luego de sus clases Dino volvía, algunas veces acompañado o solo, y pasaba toda la tarde con Kyoya. Kyoya detestaba que Dino se fuera pues en ese pasillo lleno de camas sólo había otro neko que estaba por tener un bebé y sólo emitía pequeños gemidos de dolor cada tanto que asustaban al pequeño. Haru tampoco era una gran compañía para Kyoya pues debía ocuparse de toda la clínica con los otros nekos que trabajan allí y sólo decía una cosa aunque por raro que pareciera Kyoko le entendía y Kyoya también...un poco.
Por lo demás, Kyoya sólo recibía las visitas de Kyoko para examinarlo y algunas veces veía a otro doctor pero estos sólo lo saludaban una vez antes de desaparecer. Por esa razón el pequeño se aburría a montones cuando Dino no estaba.
Aquel día no era diferente a los demás a excepción de que era el último día de Kyoya en la clínica. Dino estaba tratando de despertar a su hermoso neko pero al verlo hecho una bolita abrazado a su cola y su dedito en la boca le pareció un crimen despertar a ese angelito. Por esa razón empezó a matar el tiempo molestando las orejitas de Kyoya para ver cómo estas se movían por puro reflejo. Podría parecer tonto pero Dino sentía que podría pasar horas mirando a Kyoya dormir sin aburrirse. Le parecía hipnotizante el color melocotón que sus suaves mejillas tomaban o el delicado color que los párpados tomaban con la sombra del pelo que le caía largo y liso en la cara.
Dino sonrió feliz al mirar cada detalle de la cara de Kyoya y con cuidado le apartó el pelo de los ojos cuando se escuchó un llanto cerca que hizo que Kyoya se despertara.
El llanto procedía del bebé recién nacido del otro neko que estaba con Kyoya en esa ala de la clínica. La criaturita tenía poco menos de 2 día de nacido y aunque Kyoya se llevó un susto de muerte al oír a su compañero gritar de dolor a la hora del parto, cuando el bebé nació Kyoko le permitió a Kyoya acercarse para conocer al infante. Para Kyoya era la primera vez en su vida que veía a alguien más pequeño que él, lo cual hizo que el pequeño neko sonriera de ternura al ver al bebé dormir en los brazos de su madre.
Kyoya se restregó los ojos adormilado antes de bostezar y pasarse las manos por sus orejitas para acabar de despertarse y darse cuenta que Dino lo estaba mirando con una sonrisa.
-Dino- Sonrió Kyoya antes de lanzarse a los brazos del rubio quien lo recibió con besos por toda la cara.
-Hola, pequeño dormilón. Listo para ir a casa?- Preguntó Dino emocionado pues le partía el corazón que su pequeño neko pasara todas las noches allí solito.
-Ya me puedo ir?- Preguntó Kyoya moviendo la cola tan rápido que creaba una corriente de aire.
-Así es Kyo, así que vamos a cambiarte de ropa- Dijo Dino sacando una bolsa de su mochila pues en cuanto Kyoko lo llamó diciéndole que ya Kyoya podía irse, Dino había ido a comprarle algo apropiado para que su neko se pusiera.
Kyoya miró curioso la ropa que Dino empezaba a extender en la camilla pues toda era más pequeña de la que Kyoya usaba normalmente.
-Ya es hora de que empieces a usar cosas que sean de tu tamaño- Sonrió Dino al ver los ojos de Kyoya en la ropa que le había traído.
Kyoya se sentó en la orilla de la camilla mientras Dino cerraba la cortina alrededor de la camilla antes poder quitarle la bata de hospital que el pequeño estaba usando y así empezar a vestirlo. Toda la ropa que Dino había elegido para Kyoya era de la misma tienda donde Yamamoto y Xanxus compraban las prendas para sus nekos pues todas las prendas estaban especialmente diseñadas a las necesidades de los nekos. Los ojos de Kyoya no dejaban de mirarse por todas partes mientras Dino lo vestía pues se sentía muy cómodo con todo lo que el rubio le estaba poniendo.
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Caja de Cartón [D18 Shota]
RomanceQuien dice que la felicidad no puede venir en una caja de cartón? Eso era algo que Dino Cavallone debió haber imaginado cuando abrió la caja de cartón que contenía su felicidad (Bienvenidos a mi primera fic yaoi de wattpad :D estoy tan emocionada...