Cuando Baby está solito hace tonterías

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Chanyeol sabía de sobra que era muy dificil para alguien como él pasar desapercibido.

Estaba acostumbrado a llamar la atención.

Estaría mintiendo si dijese que no disfrutaba de esa atención.

Era divertido para él.

Sobre todo cuando parecía que se lo trataban de comer con la mirada.

Y eso era justamente lo que las dependientas descaradas de aquella tienda estaban haciendo.

Llevaba apróximadamente veinte minutos en aquel establecimiento, y podía jurar que lo habían estado mirando sin descanso desde que entró.

Para aquellas dependientas era algo inevitable observar con interés al joven que caminaba lentamente por la sección de Audio y Sonido.

Alto como un modelo. 

Sus proporciones eran increibles.  

Lo primero que llamaba la atención era su imponente estatura, luego sus orejas, algo puntiagudas y después su pelo, que era de una mezcla de colores pastel.

Vestido completamente de negro, cada pieza de ropa que traía puesta parecía costar un ojo de la cara.

Su presencia era tan intimidante pero al mismo tiempo tan atrayente.

Ambas dependientas cuchicheaban para ver quien iría a hablar con él.

Al decidirse, una de ellas fue, practicamente corriendo, hacia él.

Al acercarse a él, comprobó lo obvio.

Se veía mucho mejor de cerca.

Cubriendo sus ojos tras lentes oscuros y con una piel tan blanca que hacía tan buen contraste con su ropa oscura.

—¿Ya...Ya encontró lo que buscaba, Señor?—

—Claro que sí—pronunció cada palabra con una voz más profunda de lo que cualquiera esperaría de alguien con su apariencia—Quiero este...este...y estos. Uno de cada—Con sus dedos fue señalando la vitrina.

Las llaves temblaban en la mano de la dependienta que trataba de abrir la vitrina como podía.

Chanyeol no pudo evitar sonreir.

—¿E-estos de aquí?—

—Sí. Los Studio, los EP, los Solo y los Pro—se acercó un poco más a la chica—No tienen los de la colección de Alexander Wang ¿o sí?—

—E-esos no llegan hasta la semana que viene—tomó las cuatro cajas de la vitrina con manos temblorosas.

—Es una lastima...—suspiró—Pero con estos está bien—

—S-sí. ¿Llevará estos cuatro entonces?—estaba a punto de cerrar la vitrina cuando el otro llamó su atención.

—Uno de cada—

—¿Di-disculpe?—

—Voy a querer esos cuatro modelos—señaló las manos de la chica—En cada uno de sus colores—

¿Más azúcar, Baby? [ChanSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora