Capítulo 1 - Primer día

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La alarma de mi teléfono suena exactamente a las seis y media de la mañana. Es cierto que hasta las nueve no tengo mi entrevista y el puesto es prácticamente mío, pero a pesar de haber dormido menos de cinco horas decido levantarme pronto para ir mentalizada de todo.
Me he quedado a dormir en casa de Lauren, en su casa de Atlanta, bueno, más bien de las afueras, en la que vive durante los meses de rodaje. Ahora mismo está a punto de comenzar a emitirse la séptima temporada y el rodaje de la octava empezará en enero. Por el momento los actores tienen que probar planos, maquillaje, vestuario, ensayar diálogos y practicar alguna escena de bajo riesgo de las que no requieren un doble. Por ello, de lunes a jueves los actores deben estar entre AMC y plató, y hoy es jueves, así que Lauren podrá acompañarme.
Al sonar mi alarma me levanto de un salto, sabiendo que mi amiga duerme en la habitación de al lado. Como es más lógico, ella no se levanta hasta dentro de una hora. Enciendo la luz y decido que lo mejor es escoger la ropa primero. Tengo una entrevista y debo parecer formal pero desenfadada, quiero dar exactamente la impresión que provoque en la gente que me ve en el día a día, quiero ser yo y solo yo. Me decanto por una falda de tubo azul marino, unos zapatos altos del mismo color, una camisa blanca básica y una americana a juego con la falda. Dejo la ropa sobre la cama, me quito el pijama rápidamente y, rodeada con una toalla, camino hacia la ducha.
Tras quince minutos de agua abrasándome la piel, tal y como a mí me gusta, me vuelvo a rodear con la toalla. Miro la hora y veo que aún me da tiempo a darme crema hidratante, algo que nunca hago pero que me hace sentir segura y bien conmigo misma, como que hago lo que se supone que debo hacer. Después de embadurnarme por completo salgo a por la ropa, helada debido a los cinco grados que hay afuera, y me visto lentamente. Me miro al espejo y apenas me reconozco, parece que tenga quince años más, pero quiero ir formal y sobria.
Me siento frente al tocador de la habitación que me ha prestado Lauren y procedo a peinarme con un moño tirante. Domar toda mi melena castaña es complicado, y al hacerme el moño parece que sea rubia, ya que mis puntas son mucho más claras. Tras varios retoques de laca y horquillas considero que está listo. Con el maquillaje también soy bastante sosa. Un poco de corrector, lo justo de rimel, polvos y un pintalabios nude muy discreto. Vuelvo a mirarme al espejo y me reafirmo en que parece que tenga cuarenta años.
Para cuando acabo de arreglarme, Lauren acaba de levantarse, y entra en mi habitación sin llamar, frotándose los ojos. Me mira de arriba abajo y reprime una risita.
-¿Qué pasa?- digo, insegura.
-Amber, sé que lo haces con toda tu buena intención y que piensas que vas a un sitio serio y lleno de meapilas bordes, como en Vogue. En AMC no van todos de traje y caminando como si les hubiesen metido un palo por el culo, de hecho acostúmbrate a verlos a todos prácticamente de chándal, a mí la primera. Entiendo que por ser hoy la entrevista quieras ir más arreglada, pero de verdad que te vas a sentir mejor un poco menos seria.
-Es que no sabía cómo sentirme segura.
-Así vas a sentirte fuera de lugar, y vas muy guapa, pero no eres tú. Se trata de ser tú misma y gustarles por eso, créeme. Vamos a elegirte otra ropa.
Abrimos mi maleta de par en par y Lauren comienza a revolver. Saca unos pantalones negros de vestir pero bastante fluidos y cómodos y me quita la americana.
-Cambia la falda por estos pantalones y mete la camisa por dentro.
-Pero entonces la americana no combina- me quejo.
-Sí que combina, he hecho miles de veces esa combinación de colores. En cualquier caso, en cuanto empiecen a entrevistarte te la quitas, vas a estar más cómoda. Venga, cámbiate.
Le hago caso y mira a mis pies.
-Los zapatos los apruebo, pero ese moño de mi abuela va a desaparecer en cero coma. Siéntate.
Me pone frente al tocador de nuevo y me suelta el pelo. Tras darme varios tirones al cepillarlo, enchufa el rizador y me hace varios tirabuzones flojos por toda la melena. Me gira hacia ella y me pone un poco de colorete, de iluminador, de raya negra difuminada en el párpado superior y más rimel. Coge un pintalabios de un tono rosa nude pero mucho más subido y me lo aplica también. Me gira de nuevo para que me mire y sonrío al instante: esa sí que soy yo.
-¿Ves? Esa es la sonrisa que quiero ver. Confiada. Hoy me arreglaré un poco más por ti.
-Perfecto. Muchísimas gracias, Lau- digo, abrazándola.
Bajamos a desayunar, aunque yo tengo el estómago completamente cerrado. Hago un esfuerzo por comer un poco porque si no desayuno no tengo fuerzas en todo el día y soy muy propensa a marearme.
-¿Cuándo empezáis a rodar en serio?
-A mediados de enero, justo después de las vacaciones de navidad. Estos tres meses simplemente probamos planos, maquillaje, algunas escenas de riesgo, nos aprendemos el guión, etcétera. El primer capítulo de la temporada siete se emite este domingo, no sé si lo sabías.
-Sí, sí que lo sé, sigo bastante la serie. Entre tú y yo, ¿A quién mata Negan?- sonrío, acercándome un poco más a ella.
-No te lo voy a decir, Amber Rose, que ni se te pase por la cabeza- se ríe y yo pongo morritos.- No, no me vas a convencer.
-No eres buena gente, te lo aseguro. ¿Hoy qué tenéis que hacer?
-Hoy nos toca hacer alguna prueba de vestuario y luego estaremos por las oficinas firmando no sé qué contratos con AMC. Las oficinas están a unos diez kilómetros de plató, por cierto, y ambas en mitad de la nada. Todos los del equipo y el reparto vivimos en estas urbanizaciones, no están precisamente cerca de allí, a una media hora en coche, pero a cambio es un sitio súper tranquilo y estamos prácticamente solo nosotros. Hay un dúplex justo aquí al lado, entre el mío y el de Alanna...
-¿Alanna, Tara?- digo, emocionada.
-Sí, Tara, la misma- ríe. Aunque también lo dejará libre dentro de poco por baja maternal.
-Entiendo. ¿Quién más vive por aquí?
-Justo en este bloque vivimos Alanna, Christian, Andrew y Chandler. Y yo, claro. Ya verás qué bien te llevas con todos.
-Con Andrew y Chandler ya he coincidido, pero no creo que se acuerden de mí.
-Seguro que sí, y si no, les refrescamos la memoria- me sonríe y recogemos el desayuno.- Te llevo yo en coche, tranquila.
-Pero tú tienes que ir primero a plató, ¿No?
-No te preocupes por eso, no es ninguna molestia.
-¿Seguro?
-Segurísimo, cielo- dice, mirando el reloj.- Son las ocho y cuarto, si queremos llegar tenemos que salir ya.
-¿Ya? ¿Qué me llevo?
-Pues abrigo, bolso y lo que quieras.
-¿Cámara?- digo, histérica.
-No, tía, tranquila.
-No puedo.
-Puedes.
Meto en mi bolso tabaco, el móvil, otro currículum por si acaso, la cartera, libreta y bolígrafo y varias cosas innecesarias como chicles. También cojo algunos pequeños libros de fotografías que he hecho estos años
-¿Estás ya?- me pregunta mi amiga. Ella se ha puesto unos vaqueros simples y un suéter gris y su pelo corto cae alborotado por ambos lados de su cara.
-Estoy.
Salimos de casa y el frío azota mi cara, por lo que acelero el paso hasta el coche de Lauren. Una vez dentro pone la radio y suena uno de mis grupos favoritos, The Fray. En el trayecto de escasa media hora consigo relajarme, o por lo menos consigo que el nudo de la garganta se afloje un poco.
Cuando llegamos, Lauren baja conmigo y veo delante de mí un gran edificio con el logo de AMC.
-¿Te han dicho dónde tienes que ir?
-Sí, Nicotero me llamó ayer y me dijo que cuarta planta, despacho 12.
-La entrevista durará una media hora, y nosotros en las oficinas estaremos sobre las diez y media u once.
-¿Y qué hago yo una hora y media sola?- me altero.
-No te preocupes, el ambiente es cómodo y seguro que hay alguien que te dé conversación. Quizás la entrevista se alarga.
-Venga, Lauren, que vas a llegar tarde- suspiro y me da un abrazo.
-Mucha suerte, mi amor. Te veo en un rato.
Nos separamos y me sonríe y, tras verla alejarse, entro al edificio, exhalando durante unos buenos segundos. Lo primero que hago es ir a recepción, donde hay una chica con moño y gafas sonriéndome.
-Buenos días- me dice.
-Buenos días. Greg Nicotero y Frank Darabont me han citado en quince minutos para entrevista.
-¿Te dijeron dónde?
-Sí, planta cuarta, sala 12, si no recuerdo mal.
-Entonces, tú debes ser...- dice, pasando hojas- Amber Rose Stone.
-La misma- le sonrío.
-Perfecto, te recomiendo ir ya y esperar arriba, no sea que por una vez en su vida les dé por llegar pronto- ríe y yo le devuelvo el gesto.
-Genial, muchas gracias.
-¡Buena suerte!
Subo andando los escalones de dos en dos y llego casi exhausta a la planta cuarta.
Miro a un lado y a otro del pasillo y veo que las salas con números pares están a la izquierda de los ascensores y las escaleras. Tras encontrar la número 12 me siento en un sillón frente a la misma. Parece que los minutos no pasen y me digo una y otra vez que si no quiero parecer una loca debo dejar de jugar con mi pelo. De pronto se abre la puerta situada a dos metros de mí y yo me levanto de un salto. Reconozco a quien sale por ella, es Greg Nicotero, director de The Walking Dead.
-¿Es usted Amber Rose Stone?
-Sí, soy yo.
-Pase, por favor- me sonríe y me deja pasar antes que él.- Tome asiento.
Me siento en una de las sillas disponibles, más tiesa que un tronco, y con las manos sobre mi bolso, el cual hace casi de escudo entre ellos y yo, aunque las dos personas que tengo delante parecen muy afables.
-Buenos días, señorita Stone. ¿El viaje de ayer fue bien?- es Nicotero quien me habla.
-Sí, fue muy bien. No me gustan mucho los aviones, con sinceridad, pero fue un viaje muy tranquilo.
-Nos dijiste que no nos preocupásemos, perdone, ¿Le importa que la tutee?
-No, por favor, hágalo.
-Lo mismo digo, señorita Stone. Como iba diciendo, nos dijiste que no nos preocupásemos por el alojamiento. Si no es mucha indiscreción, ¿Cómo has llegado hasta aquí?
-De hecho me he quedado en casa de Lauren Cohan, da la casualidad de que somos amigas desde niñas y fue ella quien me habló de que teníais una vacante de fotógrafo. Me ha traído ella esta mañana.
-Vaya, esto sí que es una sorpresa. Pues no teníamos ni idea, la verdad- dice Darabont.
-Ya, eso me ha dicho.
-Bueno, si no te importa, vayamos al grano. Como podrás imaginar ya hemos tomado una decisión y te queremos con nosotros en el equipo, al menos en esta octava temporada, pero tenemos que ultimar detalles con respecto a tu currículum, por ello vamos a hacerte varias preguntas.
Estamos casi una hora hablando acerca de mi experiencia profesional y académica. Les cuento que estudié Historia del Arte pero que luego decidí cursar un grado de fotografía porque era lo que siempre me había gustado. Les hablo acerca de mi experiencia en Vogue y les enseño algunos de mis trabajos allí, frente a los que quedan asombrados. Les muestro también un título de un cursillo que realicé acerca de cómo manejar cámaras de vídeo en una película, y eso parece gustarles mucho.
-No hacía falta que nos convencieras, ya te queríamos con nosotros, pero todo esto es simplemente espectacular. Eres todo lo que necesitamos.
-Eres joven, inteligente, con experiencia y un currículum increíble. No podríamos encontrar a nadie mejor, así que te queremos aquí a partir de la semana que viene. No sé si te lo habrá dicho Lauren, pero vivimos todos en una misma comunidad, casi como si fuese la segunda Alexandria- ríe Nicotero.- Hay un apartamento libre al lado de Lauren, supongo que será donde quieras estar.
-Sí, sí que preferiría estar cerca de ella, pero si no no hay problema.
-No te preocupes. Estarás aquí desde el jueves veintisiete hasta el día veinte de diciembre. Trabajamos únicamente de lunes a jueves, además de convenciones y entrevistas. Cuando hagamos el tour obviamente tendrás que venir con nosotros. Como fotógrafa posiblemente solo tengas que trabajar una o dos veces por semana, pero como ayudante de cámara será prácticamente a diario. Por supuesto, de jueves a domingo puedes volver a ¿Cold Spring?
-Exacto, Cold Spring.
-Las vacaciones son las mismas que las de cualquier trabajador además de treinta días a tu disposición. El contrato es de exactamente un año, esperamos renovarte, de hecho lo hagamos seguramente, pero para eso falta todavía mucho.
Firmo el contrato y, cuando me quiero dar cuenta, ya son más de las diez y media, se me ha pasado muy deprisa.
-Bueno, Amber, podemos dar por concluida la entrevista. El jueves que viene te queremos aquí a la misma hora, pero podrás alojarte en tu futuro apartamento a partir del lunes, ¿te parece?
-Me parece perfecto, sinceramente. No tengo palabras, muchísimas gracias, esto es la mayor oportunidad que podría haber recibido.
-Gracias a ti, Amber, estaremos encantados de poder contar contigo. Te vemos el jueves que viene.
Estoy saliendo por la puerta cuando Darabont vuelve a llamar mi atención.
-Perdona, Amber, necesito que te hagas una fotocopia de todo esto antes de irte- me entrega un dossier de, por lo menos, cincuenta páginas y me sonríe.- Sé que es mucho, pero son los términos y condiciones que acabas de firmar, aunque te parezca mentira. Te lo hemos dado sintetizado en cinco hojas, pero te recomiendo leerte todo para que lo comprendas mejor. De hecho, hasta el próximo jueves no vas a firmar el contrato definitivo, necesito que seas consciente de todo.
-Perfecto, ¿dónde está la fotocopiadora?
-Afuera hay varias, pero te recomiendo ir a la de la planta baja, es mucho más rápida.
-Genial, muchísimas gracias. En cuanto lo tenga vuelvo y os doy el original. ¡Hasta ahora!
Aprieto los documentos bien fuerte contra mi pecho, cuando me doy cuenta de que he dejado mi bolso en el despacho. No me importa, no le va a pasar nada allí. Miro el teléfono y justo tengo un mensaje de Lauren de hace veinte minutos de que están todos de camino a las oficinas, y el solo plantearme verlos a todos hace que se me suba el corazón a la garganta. Salgo casi a la carrera y dando saltos de felicidad, el trabajo de mis sueños justo al alcance de mis dedos, con ganas de chillar y de llorar. Retengo las ganas de llamar a mi madre, a mi padre, a mis hermanos, a mis mejores amigos y a Lauren, intento serenarme y concienciarme de que ahora no es el momento, que primero debo fotocopiar la tonelada de folios que llevo entre manos. Bajo las escaleras a la carrera sin parar de sonreír, tercero, segundo, primero... y por fin estoy en la planta calle.
Le pregunto a una mujer muy amable dónde están las famosas fotocopiadoras y camino rápidamente hacia allá. Tan rápidamente que ni miro por dónde voy, estoy demasiado emocionada con todo lo que veo a mi alrededor, tanto que, cuando veo al hombre con el que me voy a chocar, ya no puedo hacer nada.
Es todo tan estúpido que, una vez ocurre y a pesar de todo, no puedo dejar de reírme. Antes de poder evitarlo o siquiera de poder verlo, me doy de bruces contra un hombre, o más bien con su pecho, porque posiblemente abulte el doble que yo. De hecho es su tamaño el que hace que me caiga literalmente de culo al suelo y los papeles se me desperdiguen alrededor.
Levanto la vista y lo veo. Veo a un hombre que desde abajo me parece un gigante, moreno, con gafas de pasta y barba entrecana. Me mira alarmado y preocupado, y lo primero que hace es tenderme la mano.
-Mierda, lo siento muchísimo, ¿Estás bien?
Acepto su enorme mano y me levanta sin hacer yo ningún esfuerzo, como si fuese una pluma, y es solo una vez arriba cuando me doy cuenta de que me he chocado contra nada más y nada menos que Jeffrey Dean Morgan, intérprete de Negan en la serie para la que ahora trabajo. En dos segundos escasos confirmo mis sospechas respecto a su estatura, ya que me saca más de una cabeza, y a lo ancho su espalda es el doble que la mía. El corazón me va a mil y lo único que me sale es agacharme de nuevo a por mis papeles.
-No, no, faltaría más...- Jeffrey me roza el brazo en señal de que no me agache y en mi lugar lo hace él, comenzando a recogerlos.
-Tranquilo, de verdad, ha sido torpeza mía- me pongo a su altura y los ponemos más o menos en orden, aunque alguno esté más arrugado.
-"Contrato de empleo"... ¿Entras a trabajar a AMC?
-Sí, bueno, soy la nueva fotógrafa oficial, o eso parece- me recojo un mechón de pelo tras la oreja, algo nerviosa.
-¿En serio? Vaya, pues bienvenida- termina de recoger las hojas y se levanta, ofreciéndome de nuevo su mano. Al final las ha recogido casi todas él.
-Muchas gracias. Soy Amber.
-Amber, ¿Qué más?
-Amber Rose Stone.
-Por saber el nombre de mi compañera- me sonríe, y me doy cuenta de que su sonrisa es también preciosa en persona. Toma él la iniciativa y, rozándome el hombro, me da dos besos. Es casi un poco incómodo porque tiene que agacharse bastante- Jeffrey Dean Morgan.
-Sí, algo me suenas, pero no como si fueses el idiota que va a cargarse a uno de mis personajes favoritos.
-Vaya, así que sigues la serie- ríe.
-Sí, me gusta bastante. Negan no- río de vuelta, algo más relajada.
-No te culpo, y eso que aún no sabes lo que va a hacer.
-Ni quiero saberlo, no hasta el domingo.
-Así que empiezas a trabajar para Nicotero y Darabont.
-Sí, eso creo- sonrío.- Perdona, es que aún no me lo creo.
-Te entiendo, pero si te han fichado debes ser buena. Fotógrafa me has dicho, ¿no?
-Y ayudante de cámara, estaré en prácticamente todos los rodajes.
-Entonces no me engañes, tú estás aquí para enterarte de los spoilers antes que nadie- bromea.
-Ay, no- río.- Bueno, un poquito, me has pillado.
-Ya sabía yo. Oye, igual deberíamos ordenar esto.
-Sí, bueno, se supone que tengo que fotocopiarlo.
En menos de cinco minutos conseguimos organizarlo todo. Él me mira y me sonríe, y yo siento cómo se me sube el color de las mejillas.
-Pues ya está. De verdad, siento haberte tirado al suelo.
-Te he dicho que no pasa nada, que he sido yo la que no iba mirando, estaba emocionada con todo esto y bueno...
-Yo tampoco lo hacía, realmente- ríe por lo bajo.- Espero no haberte hecho daño ni haberte hecho perder mucho tiempo.
-Bueno, caerse de culo nunca es agradable, pero sobreviviré. Respecto al tiempo, tengo que fotocopiarme todo esto y leérmelo de arriba abajo antes del lunes. Ni que estuviese entrando en la mafia.
-A la mafia se entra de formas menos protocolarias, créeme- se ríe y vuelvo a sentir mis mejillas coloradas, casi me hace sentir algo inferior.- Esas fotocopiadoras son más rápidas, te las recomiendo más que las de los despachos.
-Sí, eso me han dicho. Muchas gracias, aún así.
-Nos veremos por aquí, supongo- sonríe, mirándome desde arriba pero sin hacerme sentir inferior en absoluto. Me siento cómoda con él.
-Sí, nos veremos. Un placer, Jeffrey.
-El placer es mío, ¿Amber?, ¿Rose?, ¿Amber Rose?- hace gestos graciosos con las manos, como indeciso, haciéndome reír.
-Amber, por favor.
-Amber. Perfecto. Nos vemos, Amber- se despide con la mano y va hacia los ascensores.
Voy a las fotocopiadoras mientras me tiemblan las rodillas, sin creerme todavía lo que acaba de pasar. A pesar de ser el villano, su personaje me parece realmente interesante, además de que he visto otras películas en las que él ha participado y es un actorazo. Todos los de The Walking Dead lo son, para qué engañarnos. Lo que pasa es que me esperaba que en persona fuese un borde y un desagradable, y ha resultado ser todo lo contrario, por lo menos  de primeras. Mientras hago las fotocopias no puedo dejar de pensar en lo mismo, en que he conocido a uno de los protagonistas de la serie en la que ahora participo, y en que conoceré a todos los demás en un futuro bastante próximo. No soy capaz de asimilarlo por lo que, tras conseguir los documentos por duplicado, subo las escaleras de nuevo de manera casi automática.
Una vez arriba llamo a la puerta del despacho en el que he estado hace un rato, pero con mucha más seguridad de lo que lo hice antes. Cuando oigo la voz de Nicotero indicándome que puedo pasar, abro con decisión y entro sonriente, no sé por qué.
-¿Había mucha gente por delante de ti?- pregunta Darabont.
-Sí, bastante, pero además me he encontrado con Lauren- miento- y me ha presentado a un compañero.
-¿A quién?- se interesa Nicotero.
-A Jeffrey.
-Bueno, pues ya conoces a lo peorcito que tenemos- bromea, sé que tienen muy buena relación.- Te acompaño en el sentimiento, menudo sinvergüenza.
-Aunque aún le queda conocer a Reedus y a Andrew, otros que tal- apostilla Frank.
-Vaya trío. Si cuando vas a hacerles fotos ves que no se comportan, les das una colleja, no te cortes. La primera sesión oficial, por cierto, va a ser el jueves que viene, justo tu primer día. Ya sabes que los días que no tengas sesión estarás ayudando con las cámaras.
-Sí, me ha quedado claro.
-El jueves a las siete de la mañana te reunirás con nosotros y los demás cámaras para hablar de esta temporada, ¿De acuerdo? El rodaje comienza en enero pero hay que hacer muchas pruebas, probar muchos ángulos, seguir de manera fiel al cómic muchas veces... Es un proceso complejo, aunque no lo parezca.
-Seguro que lo es. Como ya sabéis, no tengo ninguna experiencia en una serie de televisión, pero me parece que ser cámara es muy complicado.
-No es fácil, pero que no te agobie. Por si no nos volvemos a ver, el lunes podrás disponer del apartamento, le dejaré a Lauren las llaves después. De la mudanza también podemos encargarnos nosotros, aunque ya está amueblado y no es una estancia permanente, ya lo sabes. En cualquier caso, si necesitas transportar algo, no tienes más que decirlo.
-Ya veré, pero no lo creo, sinceramente, me adapto rápido y, como has dicho, es temporal. Gracias de todos modos, estáis siendo muy atentos.
-Nos gusta cuidar a los trabajadores, eso es todo. Nos vemos el lunes, Amber. Léete el contrato y tráelo firmado, también.
-¡Hasta el lunes, muchas gracias por todo!- salgo sonriente, con mi bolso ya entre las manos, y lo primero que hago es dar saltitos de alegría ahogando chillidos de felicidad.
Lo siguiente es llamar a mis padres. En su momento no podían creerse la noticia, pero ahora que es oficial aún menos. Les apena un poco que vaya a estar hasta mayo que acaba el rodaje fuera de Nueva York, pero les he prometido que iré a visitarles siempre que pueda y que no tienen que preocuparse por eso.
Tras la charla con mis padres y mis amigas, toca llamar a Lauren.
-Amber, cielo, ¿Dónde estás?
-Acabo de terminar todo lo de la entrevista, soy oficialmente vuestra fotógrafa.
-Me alegro muchísimo, de verdad. Escucha, nos ha invitado Danai a comer a su casa, vive un par de manzanas más allá que mi apartamento, dice que le encantaría conocerte.
-¿En serio? No quiero ser molestia, sois todos actores y os conocéis desde hace mucho y...
-Lo primero es que también va algún maquillador, aunque vamos a ser poca gente, no vas a sentirte fuera de lugar. Ven, por favor.
-Está bien...
-Iremos sobre las dos, si te parece ahora volvemos a casa y te cambias si quieres o lo que sea, eso va en ti.
-¿Quiénes vamos a estar?
-Pues los de siempre, Danai, Andrew, Jeffrey, Norman, Christian, Chandler, tú y yo. Sonequa, Melissa y Alanna no pueden venir.
Al oír el nombre de Jeffrey me da un vuelco el corazón.
-¿Voy a conocerlos a todos ya hoy?
-Sí, eso parece, aunque según ha contado Jeffrey, ya habéis tenido un encuentro- ríe por lo bajo. No me puedo creer que ya lo haya contado.
-Sí, digamos que nos hemos... chocado, y ha provocado que llegue un poco tarde al despacho.
-¿Te ha caído bien? Tú a él sí, por lo poco que nos ha contado.
-Sí, la verdad es que sí. Pensaba que iba a ser imbécil- ambas reímos y cambia de tema.
-Te espero abajo en quince minutos, en la puerta principal. Un abrazo.
Colgamos y suspiro, más bien exhalo más hondo de lo que he hecho en mucho tiempo. Sonrío automáticamente por todo lo que estoy viviendo en menos de cuarenta y ocho horas y bajo las escaleras a la carrera, como quien sale corriendo a por su futuro, uno que parece brillar más que nunca.

Safe Inside (Jeffrey Dean Morgan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora