Al amanecer.

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Nos quedamos dormidos. A la mitad de la noche desperté y sentí sus manos grandes y suaves sobre mi cintura, es una sensación increíble; de protección, amor... en fin, sensaciones inexplicables.
Nunca pensé que uno de mis tantos sueños, se había hecho realidad. Dormir con el hombre que amo, no tiene precio.
Me quedé despierta y pensé en el después. "¿Qué pasará mañana cuando estemos en nuestros lugares; él de maestro y yo, pues su alumna? ¿cómo voy a "disimular" que no siento nada por Josué? ¿cómo haré de cuenta que no sucedió nada entre nosotros?" Esas preguntas se paseaban por mi mente. Es casi imposible "disimular" esas cosas, fue la noche más importante y especial para mí. -Trataré de resolverlo al amanecer. Pensé.
    *****
-Buenos días Perla. Me dice con una gran sonrisa para proceder con un tierno beso.
-Bueenos días. Le respondí.
-Tienes que alistarte, y yo también, ¡TENEMOS QUE IR A LA ESCUELA!
-¡Ay sí! Exclamó haciendo una mueca de asombro, después de ver que eran las 7:17am.
-¡Nos cogió la hora! ve a bañarte y date prisa.
-¿Y si nos bañamos juntos? Me dice de una manera muy pícara y tentadora.
-Ay no, no puedo bañarme ahora contigo, sabes lo que pasará después si estamos juntos en el baño... además estamos tarde, así que ándale.

                    *****
-Buenos días chicos. Se escucha desde la puerta.
Ahí llegó él, con una sonrisa como nunca, su ropa hermosa y elegante, como siempre, (aunque ya le había visto la ropa, pero...) un brillo en los ojos inexplicable y una felicidad inmensa. Que bien me sentía al saber que yo habia producido todo eso en Josué.
-Hoy Josué vino muy contento, ¿no crees? Me dice Paulina un poco extrañada.
-Tengo cosas que contarte, hace mucho que no platicamos cosas íntimas.
-¡Ujúm! ¿qué tipo de cosas?
-Ya te contaré. Ve a mi casa, por favor, veeeee. Le dije de manera casi suplicante.
-Ah, está bien, pero solo porque me estás rogando.
¿Qué se piensa ésta estúpida? Bueno, la verdad es que sí necesito platicar esto con una de mis mejores amigas. Pero Paulina de vez en cuando se hacía la muy muy. Esa idota, pero así la amo. Nunca me ha abandonado.
- No seas ridícula, pues no te ruego nunca más. Después haberle dicho esto, solté una gran carcajada, tan alta que...
-¿Está muy buena la conversación? Preguntó Josué con una risilla.
-¡Bastante buena! Exclamó Paulina.

*******

4:00pm hora de ir a casa. Me pasé el camino completo platicando con Paulina. Fuimos a su casa a buscar ropa y a pedir permiso a sus padres, esa noche se quedaría a dormir conmigo. Mis papás no estaban en casa y podríamos hablar y hacer lo que quisiéramos.
           

Pasión prohibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora