Día 4

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Hoy desperté al lado de mi madre, ya que anoche me pidió que durmiera con ella.

Todo está tan tranquilo, la observó dormir, no lo digo porque sea mi madre, pero mi madre es muy hermosa. La gente dice que me parezco mucho a ella, pero la verdad no encuentro el parecido, ella es mucho más bonita.

Decido levantarme de la cama e ir a la cocina por un vaso de agua, hoy me he despertado con bastante sed. Agarró un vaso de vidrio y abro la nevera, me sirvo el agua y veo a mi madre bastante despeinada, y muy alborotada, cuando estaba durmiendo no se veía de tal manera, me asusto y se me cae el vaso de agua, obviamente se rompe y mi madre desesperada empieza a gritar, la intento calmar, pero no hay manera, le gritó que pare, y finalmente se tranquiliza, me siento aliviada hasta que ella se lanza al suelo y empieza a llorar de la nada.

Madre... !Madre! ¿que pasa? ¿por que lloras? -le preguntó asustada.

Tu padre, lo extraño demasiado. -dice entre sollozos.

Se me rompe el corazón escuchar eso, y comienzo a llorar con ella ahí también.

Yo también lo extraño mucho, madre, pero tenemos que seguir, él algún día tiene que volver, y no nos podemos quedar aquí rogando que vuelva, y sin hacer nada para mantenernos, si el quiere volver, algún día lo hará. -le digo secándome las lágrimas.

La ayudo a levantar con delicadeza y le digo: "todo estará bien" ella me sonríe, aún tiene los ojos lagrimosos, es horrible verla así, pero por fin la vi... no se, de una forma más humana, siempre la veía como un robot que no tenía sentimientos, y eso asusta bastante.

Me voy a bañar, hija, prepara el desayuno. -me dice sutilmente.

!Claro, madre! Ya mismo lo haré. -le digo.

Decido hacer unas arepas con harina de maíz que encontré, yo la verdad no cocino mucho que digamos, pero lo intento, no queda perfecto, pero si muy bueno.

Jajajaja, oh, cariño ¡estas arepas ni siquiera están redondas! -me dice mi madre sonriendo.

Lo sé, madre, tú sabes que yo no soy muy buena en la cocina, pero pruebalas ¡saben muy bien! -le digo entusiasmada.

¡Oh, vaya! Si que saben muy bien, están muy ricas, hija ¡felicidades! -me dice contenta mientras me abraza.

Amo sentir los abrazos de mi madre, me hacen sentir bien, ya que como nunca me abraza, es algo que siento tan especial, cuando por fin lo hace, me hacen sentir viva, otra vez.

Dedicado a mi amigo vecino, Aarón David.

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2018 ⏰

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