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Una cama chillaba. Bajo un cuerpo enorme estaba el suyo, más pequeño, pálido y flacucho. La espalda del más grande estaba siendo rasguñada con fuerza por sus manos. Gritaba con cada estocada dada como si fuera a quedarse sin aire. Se colgó del cuello de aquel varón de cabellos rubios, pidiéndole juntar sus labios con ansias. El otro levantó un poco sus caderas para poder inclinarse sin perder la comodidad y así besarle con una necesidad igual a la suya.

Bestias. Animales. Estaba volviéndose loco. Su cuerpo reaccionaba a los espasmos de placer con fuertes escalofríos. No podía mantener sus labios junto a los ajenos porque la energía del cuerpo contrario superaba con creces sus expectativas. Le iba a romper de seguir así.

Una de sus manos se coló entre ambos cuerpos, intentando auto-complacerse, porque el dolor en su intimidad era realmente fuerte. El más alto no le dejó hacer nada, atrapando su mano y apresándola contra la cama. Finalmente entrelazó los dedos con los suyos.

Se iba a correr. De seguir así Yoongi se iba a correr sin siquiera poder tocarse. Le hervía la piel del placer de solo pensarlo. El mayor solo estaba centrado en llenar el cuello del azabache de marcas y chupetones. No podía resistirse.

Ese tipo de cariños en su cuello eran lo más parecido al infierno que conocía. No recordaba la última vez que le habían follado. Pero definitivamente esa vez era la mejor vez de todas. Toda su esencia había quedado mezclada entre el sudor de ambos cuerpos.

Fue por eso que Yoongi se despertó. Se sentó en la cama de golpe, mientras soltaba un gemido tardío por lo bajo, con su cuerpo temblando y sudando a raudales.

Observó la plena oscuridad en su habitación y decidió encender la lámpara junto a su mesita de luz. La luz tenue le dejó ver que bajo sus sábanas todo estaba sucio de su esperma. Suspiró de la vergüenza, enrojecido hasta las muelas por lo que le había ocurrido.

-Esto es un nuevo nivel de mojar la cama.- Se burló de sí mismo pero sin gracia, levantándose para ir al baño a limpiarse.

No recordaba hace cuánto tiempo había tenido tanto deseo sexual no resuelto por alguien. El rubio le provocaba muchas cosas, entre ellas ese profundo odio, pero experimentar tanto deseo porque se lo follen era algo completamente nuevo.

Se sintió asqueroso y depravado, pero tampoco no le extrañaba. Era el ser mas imperfecto del mundo, el peor, no le cabían dudas. Tras regresar a su cuarto y cambiar las sábanas con total desgano, revisó la hora en su teléfono. Abrió sus redes sociales para tontear un momento, esperando a ver si el maldito sueño regresaba, pero no parecía dar pie con bola.

En la foto de perfil de su amigo Jungkook estaban él con su novio, mientras ambos posaban como modelos de soft-porn para la cámara; mientras su novio mostraba el cuello, Jungkook se lo mordía. Negó con la cabeza, aun no entendía como ese idiota con problemas con la ira se había puesto a salir con la puta de la escuela. O le gustaba sufrir, o era verdad que ese tal "Taehyung" era una persona distinta a lo que había escuchado.

Poco más abajo del chat de su amigo estaba el chat que tenía con Seokjin. Se preguntó por un momento qué cosas estaría soñando el contrario, pues eran nada más y nada menos que las cinco de la madrugada. Aunque, se sorprendió enormemente al ver que el otro estaba en linea.

Sus manos se movieron demasiado rápido y no pudo evitar mandarle un mensaje. Iba a borrarlo antes de que se envíe, pero desistió, si el platinado no quería contestarle no tenía porqué hacerlo. Eso no evitaba que empezara a morderse las uñas mientras esperaba.

-¿Y tú qué haces despierto a estas horas? Cuidado con subir el volumen del porno.-

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PROZAC [ YOONJIN ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora