Capítulo cinco

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                     NaruSaku_StevTasha



Florencia entró a la casa luego de haber logrado convencer a Franco que ya no volviera a cometer una locura, cuando lo iso lo primero que vio la dejó helada. Delfina y Máximo estaban besándose, sin saberlo sintió deseos de desaparecer de ese lugar y salió corriendo rumbo a las escaleras hacía su cuarto.

Máx se separó de la morena preguntando.- ¿Oiste eso?

- Sí, no sé habla sido seguro la Cardo que subió las escaleras.- Respondió quitándole importancia.- Ahora ¿En que estábamos?

Pregunto acercándose nuevamente al Conde.

- ¿Quién es la Cardo? Delfina no, ¿Ésta bien lo que estamos haciendo?

- ¿Y por que no? somos adultos y ninguno de los dos tenemos algún compromiso. ¿Qué tendría de malo?

- No sé, lo decía por la muerte de tú esposo. No sé a lo mejor es algo apresurado.- Opinó

- Federico fue el gran amor de mí vida, pero justo por eso. Porque necesito olvidar todo él dolor que me causó perderlo, es que yo necesito hacer esto.- Dijo fingiendo cada palabra.- Por favor Máx, vos me gustas mucho. ¿Acaso yo no te gustó?

- No, claro que sí Delfina. Sos una mujer muy hermosa.- Respondió.- ¿Y sabes que? tenes razón. Somos adultos y sólo nos estamos besando no tiene nada de malo

- Exactamente es lo que digo.- Respondió volviendolo a besar, mientras Máx le correspondía algo confundido
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Flor entró a su habitación cerrando la puerta de golpe, no entendía porque se sentía enojada y decepcionada. Pero no podía creer lo sin vergüenza que podía ser la bruja de su hermanastra, ella era la esposa legítima de su Freezer a diferencia de ella que sólo le pertenecía de corazón y alma. No podía creer que no respetará ni siquiera la casa de Federico, se sentó en la cama pensando y teniendo en su mente la imagen de la bruja con el Don mínimo comiéndose a besos.

- ¿Por que siento que estoy dejando que eso me afecte? ¿Qué me está pasando?.- Se pregunto en voz alta arrugando la frente.- No, no seguro es un friquiti de vergüenza ajena que me da con ésa bruja. Mejor me voy a dormir para que pronto llegue un nuevo día

Dijo comenzando a debestirse para ponerse su pijama, luego de dar vueltas y vueltas en la cama sin poder dormirse se levantó poniéndose sus pantuflas de forma de patas de dinosaurios de color rojo.- No entiendo porque no puedo dormir, será mejor que baje a tomarme un vaso de leche. 

Bajó las escaleras a oscuras y se dirigió a la cocina pero antes de hacerlo se frenó ante la puerta del escritorio que solía ser de Federico, se llevó una mano al pecho sintiendo nuevamente el mismo vacío que sentía cada vez que los recuerdos la invadian. Hubiera dado lo que fuera porque en ésos momentos todo hubiera sido sólo una mala pesadilla durante todos esos meses y que saliera de esa puerta con su pijama azul y su hermoso cabello rubio desordenado preguntándole que hacía despierta a ésas horas de la noche. Movió la cabeza en negación mientras los ojos se le cristalizaron y salió corriendo de ahí hacía la cocina.

Cuándo iba entrando chocó contra alguien que iba saliendo de ella.- Perdón no te vi.- Dijo una voz que reconoció al instante.- ¿Que pasa Flor?

- Nada, disculpeme usted a mí que me agarró un friquiti horrible de angustia y....- Comenzó a explicarse mientras miraba hacía el camino donde estaba él escritorio. Ya no podía seguir así ¿Hasta cuando no iba tener un minuto de paz?

En ausencia de ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora