10 pm
Si bien habían quedado en encontrarse en la casa del árbol para discutir sobre lo ocurrido en el gimnasio, más que una conversación, parecía un velorio. Yésika, en una de las esquinas de aquel lugar, se encontraba sentada sobre un enorme almohadón mientras se miraba las uñas. El de cabellos azules, en la esquina exactamente opuesta, se sentaba también sobre un gran almohadón, cruzado de brazos y con mirada fija y seria sobre su compañera. Por último se encontraba Gache, que actuaba de mediador sentado en el centro de la habitación sobre una pequeña e incómoda sillita de madera.No obstante, lo cierto era que el canoso no había tenido siquiera la oportunidad de actuar. Y como nadie decía nada, el de pelo blanco decidió revisar su teléfono, impaciente:
—Perfecto, ya han pasado 20 minutos y ni siquiera hemos empezado ¿Van a hablar o me voy a mi casa a hacer algo más interesante?
Ambos miraron a su amigo con seriedad. Luego cruzaron miradas entre ellos, y aunque inmediatamente dirigieron su mirada hacia otro lado, Yeik decidió dar el primer paso.
—¿Acaso te parece gracioso?
—No —respondió Gache—. En realidad, me parece un embole.
—No te hablaba a ti, Gache.
—Oh ¿Hablabas de mí? —dijo Yésika con un tono desafiante—. Qué cosas... no sabía que estabas tan interesado en mí.
—¡Te dije que Rai no tenía buenas intenciones contigo! —levantó la voz Yeik—. ¿Por qué diablos fuiste a pelear con él?
—Para comprobar si lo que me decías era cierto ¿Y sabes algo? Realmente no encuentro sus "malvadas" intenciones conmigo. Rai ha peleado limpiamente hoy y fue todo un caballero.
Yeik no sabía exactamente qué decir. Cuando trató de buscar apoyo en la mirada de su amigo, este le respondió encogiéndose de hombros.
—¿Qué tiene Rai? No entiendo lo malo en ese chico —dijo Yésika, buscando una explicación.
—Ya te lo dije, Yess —contestó el de pelo azul, molesto—. Rai no pretende hacerte nada bueno.
—¿Ah, sí? Si estás tan seguro ¡Dime! ¿Qué fue lo que te dijo, eh? ¿Qué tanto te molestó de él?
Yeik enmudeció nuevamente ante la misma situación del pasado, que le hacía recordar a aquellas palabras que no podía pronunciar.
—¿Qué? ¿Vas a hacerlo de nuevo? "Perdón, pero no puedo decírtelo"—dijo Yésika, ridiculizando a su compañero— ¿Desde cuándo es que no puedes decirme algo?
—Yésika, tú no lo entiendes.
—¡Claro que sí lo entiendo, Yeik! Entiendo perfectamente que me estás mintiendo y que tratas de ocultarme algo ¡Es por eso que no me lo dices!
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La verdad secreta (#CarrotAwards2018) (#TesorosOcultos) #LA2018
AventuraYeik Lix, un joven alegre y vivaz, comparte una gran afición por un deporte de combate junto a sus dos inseparables amigos, Yésika Warlk y Gache Íñigo. Sin embargo, su lealtad se pondrá a prueba con la llegada de dos nuevos alumnos a su academia; Ra...