Capítulo 4: Nueva casa

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Woo Bin cerró la puerta de golpe, su sala era del tamaño de mi cuarto, las luces parecían encenderse cuando sentían la presencia de alguien eran automáticas. 

Bienvenida-sentí sus manos en mis hombros, agaché la cabeza y me giré. 

Creo que fui muy confiada, yo aún tengo dinero para dormir una noche aunque sea en cualquier hotel-buscaba en mi chaqueta el pago del día de hoy pero no lo encontraba. 

Tomó mis manos y me miraba con esos ojitos que tenían cierta picardía en su mirada. 

Srta. Beth para que no se sienta comprometida, hagamos un trato, usted limpia la casa y de esa manera me esta pagando, ¿te parece? -preguntó sacándose el saco y lo acomodaba en el mueble. 

Está bien-extendí la mano tratando de hacer un trato. 

Hecho-contestó Beth

Hecho-contestó

.

La habitación estaba pintada de un color rosa como si ya estuviera destinada a una chica pero personalmente nunca me gustó el rosa ni sus derivados, prefiero un magenta que resalta mi rostro. 

Mierda-maldecí 

No me había acordado que en el cuarto había dejado mi ropa y otras cosas como mi diario y fotos de mi familia. Como ls extrañaba ojalá no hubiera terminado mi relación con ellos en malos términos. 

Mi celular sonó. Tenía que ser un mensaje, como siempre el banco notificándome de las deudas. 

B, ¿cómo estás? Soy Min Ho-el chico de información me había mandado un mensaje. Sonreí.

Line nos daba la opción de mandar una fotito y añadirle un efecto. Apliqué el de conejito. 

La puerta se abrió de repente y mi celular saltó, cayendo en el suelo. 

Lo siento-dijo Woo Bin entrecerrando la puerta.

No, está bien, yo también quería preguntar algo-salté de la cama hacia la puerta, la abrí. 

Dime-contestó Woo Bin

Primero tú-dije

Vale, te quería decir que mande a los chicos a recoger tu ropa del apartamento-sonrió

Eso mismo quería preguntar, gracias, muchas gracias Kim-mencioné

No sabía si preocuparme por su tipo de atención hacia mi o por saber donde vivía. 

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Sin tener abierto mis ojos sentía la luz queriendo penetrar mi cornea, luego escuché una voz femenina. 

Señorita-me senté y era una empleada- el señor Kim me ha dicho que usted nos ayudará en la casa, estoy muy emocionada por tener compañía, esta es la primera vez que el joven Woo Bin trae una chica a la casa-sonrío frotando mi cabeza con sus manos. 

¿Encerio? Nunca ha traído una chica-pregunté, ahora me sentía un poco curiosa acerca de la vida pasado de mi jefe. 

Si, todos saben que al joven Woo Bin jamás lo han visto con una chica-guiñó

Me llamo Beth-sonreí, aquella señora me había caído de maravilla.

Soy Dona, como el dulce, redondita y cariñosa-ambas soltamos unas carcajadas

Aquella señora me hacía acordar a mi madre, tanto tiempo sin familia rompe tu corazón. 

¿Y la familia de Kim Woo Bin?-pregunté

No tienen buena relación, él siguió sus sueños y sus padres le dieron la espalda-sus ojos parecían humedecerse-él es un poco distanciada debido a eso, no sabe expresar sus sentimientos aunque si los tenga-sonrió tratando de disimular su tristeza al contar la historia de Woo Bin.

Dona, bajemos para hacer el desayuno-junte mis manos tratando de animar a Dona.

En un sillón leyendo el periódico estaba Kim Woo Bin. 

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Batí unos huevos, tocino y tostadas con jugo de naranja, ya todo estaba listo. 

Kim-dije topando su hombro delicadamente. 

Oh-bajó el periódico y se levanto. 

Odiaba el silencio en un desayuno. 

Jefe, ¿Qué hará hoy?-pregunté tratando de romper el silencio. 

Dime Woo Bin-contestó esbozando una sonrisa-tengo que asistir a un ensayo de otro comercial y cerrar un trato con Marcus-llevó un gran bocado a su boca de tocino con tostada.

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Fue lo único rescatable del desayuno. 

Lave los platos y no pude decirle a Woo Bin que no tenía ropa para el día de hoy. 

Dona, necesito tu ayuda, es que no tengo ropa y necesito cambiarme-ella sonrío así que era un sí.

Me llevó hacia un cuarto pequeño, abrió la puerta, parecía ser su cuarto y abrió el closet.

Es lo único que puedo ofrecerte-mencionó

No importa-sonreí.

Las blusas eran un poco anchas, aunque sea podía seguir usando el jean que traje en mi mochila, necesitaba una camisa. Encontré una sudadera casi de mi tamaño. 

Esta-abrasé a Dona y corrí al cuarto para cambiarme. 

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Solamente tenía 2 dólares, y me alcanzaba con suerte para el bus. 






Golpe al corazón (Kim Woo Bin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora