4.-Apoyo familiar.

5 0 0
                                    

VÍCTOR.

El no dice nada, y eso me tranquiliza. Sabe exactamente que fue lo que paso y comprende que no es bueno preguntar.

–Vamos. Hay que entrar a la casa–me dice de una manera serena mientras se gira para abrir la puerta–.

Me levanto torpemente. El dolor aun no desaparece.

Cuando llegamos a su habitación lo único que hago es sentarme en su cama y mirar a la nada. Una vez mas Víctor Villaseñor se siente impotente ante los mismos idiotas. Quiero matarlos, desgarrar cada centímetro de sus cuerpos y verlos pedir piedad, quiero burlarme de ellos... Pero, yo no puedo...

–Richard– digo con lágrimas en los ojos mirando el piso–

–Te escucho –contesta volteando a verme–

–Tenemos que poner fin a esto. ¡Ya no puedo mas!–volteo a verlo y puedo notar en su rostro una sonrisa de preocupación e impaciencia. Sabia que lo que acababa de decir no era buena idea– ¿puedes ayudarme?.

–Claro que si Víctor pero, ¿Que planeas?.

–Nada, lo único que quiero es mostrar por primera vez quien manda aquí.

–Imposible... Ellos son mayores que nosotros. Pero igual te apoyaré, por siempre...

–Vale–mis sentimientos se encontraban revueltos y ya no supe que decir– ¿Porque llorabas hace un rato Richard?, ¿Ellos te hicieron algo también?.

–No, bueno si. Pero tranquilo lo único que hicieron fue golpearme e insultarme. También me dijeron que el próximo año te querían solo a ti, que me mantuviera alejado. Después de que te llevaran en el auto intente llamarte pero tu celular estaba apagado, comencé a preocuparme. Hasta que recibí una llamada de el cabecilla de ese grupo de degenerados, me mandaron el vídeo donde te estaban dañando. Me sentí inútil al no poder hacer nada, al final me dijo que te habían dejado grave y que ibas a morir. Tenia miedo. La noche comenzó a caer y no te aparecias, por eso lloraba. Víctor quiero ayudarte pero no se como. Mirame, soy un fracasado sin padres y mi hermana  me odia, ¿Como es que yo pueda ayudarte?–Dice mirándome con tristeza y al igual que yo, impotencia –.

–No eres un fracasado. Sólo somos pequeños ángeles caídos que perdieron su hogar, Richard estamos en busca de ese hogar–hago una pausa y siento las lágrimas recorrer mis mejillas, no es posible que mi padre no se interese en mi, a tales horas de la noche cualquier otro padre debería estar preocupado por su hijo, pero no. Mi padre es diferente. ¡Joder! Me siento sucio, me siento estúpido, me siento muy mal– necesito bañarme, me siento asqueroso.

–Esta bien, hay agua caliente. Y Víctor no te sientas así –se acerca a mi– exactamente es eso lo que ellos buscan, quieren verte derrotado. Pero yo se que eres fuerte y saldrás de esta y de muchas más –las lágrimas llegan con mas fuerza. Sus palabras, ¡sus malditas palabras! Suenan como las de Esmeralda–.

–Suenas como mi mamá Richard...–digo entre sollozos– eres genial, sabes como motivarme de una manera dolorosa pero genial –intento sonreír–.

–Siento mucho recordarte a ella de una manera triste–suspira–anda y ve a ducharte pequeño neko.

–Miau, los gatitos odiamos los baños–sonrio– pero haré un esfuerzo–digo levantandome sintiendo un fuerte dolor en el trasero. La ventaja de casi vivir con Richard es que era casi mi casa, por lo que tenia ropa y varias pertenencias mías.

El agua caliente relaja mi cuerpo. Al salir de el baño observo a Richard sentado en la cama de una manera pensativa, al notar mi presencia parpadea un par de veces y me mira.

El olvido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora