Mi Corazón es Tuyo [Talon x Kassadin] [League Of Legends]

Capítulo 5

En la oscuridad del bosque, un hombre de no más de un metro y ochenta centímetros, se disponía en subirse los pantalones después de haber tenido un momento apasionado con su compañero de misión. Draven observaba a Talon y cómo éste, se encontraba en el suelo a los pies de un árbol, con la cara hacia abajo y con su mano izquierda cubría su hombro en intento de hacer parar el sangrado de la herida que poseía; el joven ejecutor en su interior se sentía culpable por haberlo herido y que perdiera mucha sangre, pero al poder volver a cogerlo, lo recompensaba y valía la pena. 

No obstante, en toda esa acción ambos individuos habían perdido el objetivo verdadero de la misión y Draven lo sabía, así que se apresuró en arreglarse y en acercarse a Talon para, de alguna manera, hacer parar el sangrado. -Déjame ver esas heridas-, lo decía con frialdad, pero no obtuvo respuesta alguna por parte del muchacho. Mientras tanto, Talon se volvía a maldecir nuevamente y no podía creer que su ex amigo fuera tan fuerte, para herirlo de esa manera y volverlo a profanar, aunque estuviese mal herido y perdiendo mucho de ese líquido rojo llamada sangre. No obstante, el glorioso ejecutor volvió a insistir y como nuevamente  no obtuvo respuesta, se enojó y de un movimiento a otro lo agarró de los hombros, de esa forma poniendolo de pie, después con su mano derecha despejó el área afectada del hombro derecho y lo examinó, para luego con un trapo que anteriormente había rasgado de la capa de Talon, la cubrió a presión y evitó que continuara el sangrado desmesuradamente, de la misma forma lo hizo con la herida de la pierna. - Talon quédate aquí, mientras voy a terminar con nuestra parte.- solo el muchacho pudo asentir y de esa forma Draven se marchó.

Al cabo de media hora, Draven pudo él solo en detener el carruaje y esperó que su hermano, además de la pelirroja, llegarán al lugar y hacerse cargo de la situación, mientras él iría a buscar a Talon. Como tan pronto lo había previsto lo otros dos individuos habían llegado y Draven le tuvo que contar a Darius que él y Talon, antes de intersectar el carruaje, habían tenido una discusión y que posteriormente una riña, dejando a Talon muy mal herido y que tenía que ir a buscarlo, obviamente diciendo que se le había pasado la mano con sus hachas. Por una parte, al oír eso Darius se molestó, ya que de esa forma pudieron haber comprometido la misión, pero por otro lado, como su hermano supo arreglar el problema y cumplir con la misión, así que no le dio importancia en absoluto -Anda entonces, pero no te demores- y esa forma Draven fue a buscar a Talon.

Cuando ya había pasado diez minutos desde que el glorioso ejecutor fue a buscar al Talon, Darius y Katarina lo estaban esperando impacientes, ya que muy pronto debían partir a Noxus lo más antes posible; mientras tanto que esos dos individuos esperaban, Darius le comentaba a la pelirroja que muy pronto un grupo de soldados liderados por el mismo y también ella y su hermano, además de Talon, se irían a otra misión, pero esta vez de  reconocimiento cerca del desierto shurimano, en búsqueda de alguno u otro comerciante que le pudieran dar información precisa y concisa sobre Demacia, además de buscar alianza con algunos u otros estados aledañas a este. Pero cuando Draven y Talon aparecieron en el horizonte, Katarina se quedó atónita al ver a Talon que se encontraba en los brazos de Draven medio pálido y con manchones de sangre derramada por toda su vestimenta, luego cuando el glorioso ejecutor se acercó a los dos, la pelirroja lo recibió con odio  y no pudo evitar en  mirar con recelo a Draven, exigiendo a la vez una explicación al respecto, en donde éste se limitó en responder. Después los cuatros individuos, además de los rehenes Freldjordianos se dirigieron al gran estado de Noxus.

...

Era un día bonito y soleado, los pájaros cantaban animosamente y unos traviesos rayitos de sol hacían despertar a Talon de un largo y latoso sueño, ya habían transcurrido dos semanas desde aquella misión y se había recuperado el sesenta por ciento de su totalidad de sus heridas, pero no emocionalmente; desde que Draven lo había violado nuevamente, el muchacho sabía que nada iba a hacer como antes y que su hombría jamás volvería a hacer la misma, así que no podía hacer nada para remediarlo y casi todo el tiempo evitaba salir de la mansión con el afán de no toparse con Draven, pero ese día, cuando el general Du Couteau lo mandó a hacer una entrega de un paquete "x" a una de las prestigiosas familias de Noxus, para su mala suerte se tuvo que pillar con el susodicho e hizo todo lo posible en  evitar que se diera cuenta de su presencia, pero fue demasiado tarde.

El glorioso ejecutor al percatarse de la presencia de Talon, se dió la vuelta y lo vió, en donde con un movimiento lo agarró del brazo y lo llevó en unos callejones para que tuvieran una conversación más tranquila y fuera de las miradas de los ciudadanos que a esa hora, habían mucho más de lo habitual. - Sueltame,- gritaba Talón con todas sus fuerzas, pero Draven hacía oídos sordos ante su petición, luego el glorioso ejecutor a tener al muchacho fuera de las miradas de las personas se atrevió en acercarse y lo arrinconó contra la pared, de esa forma haciendo que el contrario se quedará quieto y con la mirada hacía abajo, por alguna manera Talon no tenía las fuerzas suficientes para contradecir a Draven y darle pelea, sino que solo se limitaba en moverse, después Draven con unas de sus manos comenzó a manosear el abdomen del muchacho y verlo sufrir era su nueva afinación, enseguida le comenzó a lamer el cuello, haciendo que Talon se moviera bruscamente hacia atrás con la esperanza de zafarse de ese acoso, pero no lo consiguió. Sin embargo, mientras Draven se aprovechaba nuevamente de Talon, un hombre perteneciente al ejército de Noxus miraba esa escena con repugnancia, pero desde la perspectiva en donde se encontraba solo pudo identificar a Talon y como éste tenía "sexo"con otro hombre. Al otro día se había esparcido el rumor que uno de los grandes asesinos de Noxus era un "maricón".