Mi Corazón es Tuyo [Talon x Kassadin] [League Of Legends]

Capítulo 24

Kassadin quedó perplejo cuando vio, después de mucho tiempo, a un amor que tanto le costó superar y con una mandíbula apretada, le dirigió la palabra - ¿Qué haces aquí Malzahar?- lo decía con tono firme y todos los presentes quedaron callados e incluso su chica noxiana. - Sólo vine a ver cómo te encontrabas - Malzahar lo decía tranquilo mientras observaba detalladamente el rostro pálido de su ex. -Estás mintiendo - lo decía con tono arrogante Kassadin, mientras que una de sus manos apretaba con ira la madera de su asiento - Ya veo que me descubriste, vine cuando sentí que te habías despertado y sólo quería asegurarme que no te encontrabas consumido por Icathia - lo decía con tono sarcástico y cuando iba a añadir otra palabra apareció una mujer de pelo morado - Amor, ¿Sabes dónde dejé mi bolso? - preguntaba de forma desinteresada, sin darse cuenta lo que estaba sucediendo a su alrededor, pero al sentir una atmósfera turbulenta decidió levantar la mirada y se dio cuenta lo que estaba sucediendo.

De igual manera la Ángel Caído Se sintió tensa y al observar a Kassadin se sorprendió que hubiera despertado de ese como tan largo, ¿Largo? se preguntaba para si misma, en decir verdad se esperaba que pasara mucho tiempo en estado vegetal por la gravedad de las heridas que poseía. - ¿Qué es esta sensación?- se preguntaba mientras observaba distante al hombre que alguna vez fue la pareja de su marido, ¿Celos? ¿Por qué debería tener celos? ¿Si ese hombre ya no era nada importante para su esposo? ¿si había pasado dos años desde que había conocido a Malzahar?. Miles de interrogantes seguían apareciendo ni más ni menos. al cabo de unos angustiosos minutos de silencio, la chica decidió quebrar ese silencio - Hola Kassadin, mi nombre es Morgana y me alegro que hubieras recuperado la conciencia - lo dijo con voz arrogante, para que no se notara lo nerviosa que se encontrara. En ese momento el caminante del vacío la miró, la analizó detalladamente y pudo notar un vientre característico de una mujer preñada - Ya veo, tu eres la mujer de Malzahar - lo decía con brusquedad en sus palabras - Gracias por las pociones - esta vez lo decía más sincero y con rostro más relajado, decidió retirarse de la habitación. Todos los presentes se limitaron en observar cómo un individuo de bajo peso corporal se paraba y desaparecía por el marco de la puerta.

Después que Kassadin se hubiera retirado del salón, todos los presentes quedaron estático y no entendían el porque había un aura tan intensa entre esos dos entes del vacío. - Es hora de irnos- un hombre de piel tostada rompía el silencio y con una postura muy seria, en ese momento su mujer lo observaba callada desde la distancia y con movimientos de inseguridad se tocaba su vientre. - ¿Qué fue todo eso?- se preguntaba Katarina al presenciar tal acontecimiento que la había dejado perpleja ante esas dos figuras. Cuando Malzahar se había retirado con la Ángel Caído, la pelirroja se acercó a Darius y con una mirada persuasiva habló - Darius, ¿hay cambios de planes? - en ese instante la mano de Noxus solo pudo asentir.

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Ya habían transcurrido varias horas desde que el caminante del vacío había visto a Malzahar y no podía creer que ese individuo se atreviera a parecer ante sus ojos, una rabia lo inundó como el agua a un vaso de cristal reluciente y con un dolor en el pecho se hacía evidente, realmente había quedado en shock al ver al de la piel tostada y un aura fuerte comenzó a cubrir todo su cuerpo. Mientras que Kassadin se encontraba en ese estado y a una distancia razonable, se limitaba a observar Talon atento a los gestos y movimientos que su amo realizaba, en su interior una inquietud comenzó a surgir y una inseguridad dominaba a su corazón - ¿Por qué Kassadin se encuentra en ese estado? ¿Qué es Malzahar para él?- varias preguntas comenzaban a surgir y en su mente en intento de buscar una respuesta era un caos.

En el otro extremo de la mansión un hombre de una sonrisa amplia y de varios tatuajes en su cuerpo se encontraba recostado sobre una cama mirando el techo, -Realmente me pase- decía mientras repasaba en su mente todas las malas acciones y decisiones que había hecho desde que conoció a Talon, cuando le arrebató su hombría y cuando se encontraba influenciado por sus emociones, casi asesinando a Kassadin. - ¿Debería disculparme?- se preguntaba mientras mordía una ramita, - ¿Me perdonará?- volvía a preguntarse mientras en su pecho comenzó a sentir una inquietud - ¡¡ERES UN GRAN IDIOTA, DRAAAVEN- de repente dio un grito y se llevó sus manos a la cabeza. El glorioso ejecutor, había tenido tantos meses para pensar en las cosas que había hecho, encerrado en su habitación sin poder salir y en silencio, se presentaba las condiciones perfectas para pensar, razonar e indagar en sus propios sentimientos. Realmente le dolía no ver más Talon y desde que su hermano Darius le había dado una gran paliza, casi llevándolo a la muerte, se dio cuenta en ese momento que se encontraba haciendo mal las cosas y debía solucionar todo, para encontrar la paz a sí mismo.

En el calabozo se encontraban el grupo de bandidos ni más ni menos sentados y con caras muy largas, al igual que el glorioso ejecutor se encontraban en ese lugar hace mucho tiempo y buscaban la hora o la oportunidad de salir, pero en uno de los integrantes, precisamente una apodada como Cassio se encontraba intranquila debido a que casi todos los días una bella pelirroja la iba a visitar y realmente se dio cuenta que esa vida de vándalos no era lo que ella quería. Sólo era cuestión de tiempo que su hermana la liberase y volvería a Noxus. Y en los otros miembros, tal como la rata se encontraba tranquilo, ya que sabía que su mayor enemigo se encontraba en estado vegetal y solo era cuestión del tiempo que ellos se escaparán y se aprovecharan de las circunstancias para asesinarlo, pero desconocían que ya había despertado.

En ese día una ligera lluvia comenzó a caer sobre el desierto, sobre el poblado y sobre la mansión. Todos se encontraban con incertidumbre en su interior por a b c motivos y solo podían observar desde la distancias a sus propios sentimientos y emociones.