Mi Corazón es Tuyo [Talon x Kassadin] [League Of Legends]

Capítulo 25

Ya habían trascurridos dos semanas desde que Kassadin había recuperado la conciencia y dos semanas desde que había visto el rostro de Malzahar y en esas semanas se encontraba distante de la única persona que debería estar pensando, pero no lo hacía.

Cuando los ciudadanos se enteraron de la gran noticia, varios decidieron dirigirse a la mansión con ramilletes de flores blanquecinas en sus manos para saludar a su gran querido gobernante. Ancianos, jóvenes e inclusos niños, se vestían lo más bonitos para ver a su gobernante. Sin embargo, como el caminante del vacío no podía recibir a sus ciudadanos, dadas las condiciones en las que se encontraba, decidió fijar una fecha para que todos los ciudadanos lo fueran a ver y ese día lo llamó, "Festival Kassadin", cuyo nombre nada creativo. Y ese día era ni más ni menos a dos semanas desde que había recuperado su consciencia, era las dos semanas necesarias para recuperar sus fuerzas y su peso, ya lo había planeado todo.

Al día anterior a la celebración, varios ciudadanos decoraban las calles, ya sea con numerosos globos de colores, guirnaldas y flores. Todos los ciudadanos se encontraban emocionados, ya que sería el primer festival que se iba a celebrar y el primero que lo fijarían como uno tradicional en nombre a su más querido salvador y gobernante. Desde una ventana una chica observaba desde la distancias, de cómo cada hombre, cada mujer y cada niño ayudaban en la decoración, realmente era impresionante la carisma, la alegría y la sonrisa que se dibujaban en sus rostros en realizar esa ínfima acción. Realmente desconocía esa sensación, esa expresión, debido que en Noxus los festivales eran distintos, ya que se hacían meramente políticos y cómo no todos los ciudadanos querían participar al principio, se castigaban y se ejecutaban hasta lograr que cambiarán de decisión. En el fondo sabia que esas celebraciones los ciudadanos las realizaban de pura obligación que de diversión. - Es extraño - susurraba sin darse cuenta que un hombre macizo se encontraba detrás de ella, - En cierta forma es extraño, debido a que no estamos acostumbrados al ver tal espíritu en la ciudadanía - se escuchó una voz lo cual hizo que ella se diera la vuelta - Darius - dijo y lo observó detalladamente el atuendo que llevaba puesto, era de cierta forma gracioso lo cual hizo que se le escaparan unas pequeñas carcajadas de sus labios carmesí - No te rías - decía el hombre, que influenciado de la risa de su compañera también comenzó a reír - ¿Qué es ese atuendo tan gracioso? Digo extraño - comenzó a hablar, mientras lo observaba detalladamente cada doblez, cada curva de la tela, cada diseño, cómo hacía resaltar los brazos musculosos y de que decir de un escote en forma de uve que dejaba la vista a algunos bellos del pecho. Sin mencionar cómo se veía las piernas. - Es un atuendo que lo hizo Hortensia para el Día de mañana - lo decía orgulloso y feliz, debido que una mujer se dedicó el tiempo en hacerle unas prendas - Y éste es el tuyo - hablaba con curiosidad en sus palabras mientras le entregaba unas prendas dobladas - ¿También hizo uno para mi ? - decía Katarina, quedando sorprendida y mirando atenta la prenda, - Esperame aquí - decía, mientras se dirigía al cuarto de baño para cambiarse.

Al transcurrir Siete minutos aproximadamente, una mujer salía del cuarto de baño vestida como árabe y realmente la hacía resaltar sus atributos, haciéndola ver bien sexy y bella a la vez, en ese momento la mano de Noxus se había quedado hipnotizado y apenas podía reaccionar, - ¿Darius, qué tal me veo? - dijo la pelirroja sin poder evitar de ruborizarse y de mirar hacía abajo, - ¿Por qué me encuentro nerviosa?- se comenzó a preguntar en su mente, realmente ella no entendía el porque de los nervios, del rubor en sus mejillas, ya que con la única persona que le pasó una vez era cuándo había conocido al Demaciano. En ese momento Darius no sabía que decir - Te ves Hermosa, Katarina - dijo mientras que un pequeño rubor apareció también por sus mejillas, el ambiente se puso incómodo entre esos dos y Darius decidió retirarse sin antes hablar - Mañana a las 9 en el Salón, que tengas una buena tarde - y se fue. En ese instante la pelirroja quedo desconsolada y extrañada a la vez. ¿Qué fue todo esto? se preguntó, pero no encontró respuesta.

A unas habitaciones mas lejanas, un hombre se encontraba en la tina de su baño mirando el techo con el recuerdo de un clarividente en su mente. - Señor Kassadin, el General Darius lo espera en su despacho- decía con voz preocupada Hortencia mientras esperaba detrás de la puerta, en ese instante el caminante del vacío dio un suspiro y se puso de pie dejando a la vista a un maltratado cuerpo con cicatrices videntes, en decir verdad, aunque hubiera pasado varios días igual faltaba mucho para su recuperación, - tendré que volver a entrenar- se decía en su mente mientras se secaba cada rincón con una toalla de Lino bien suavecita. Cuando ya se encontraba vestido, salió del cuarto de baño y vio a Hortensia que se encontraba sentada con bolsito entre sus manos, cuando ella levantó la mirada vio a su querido amo y de un salto se levantó, - Señor Kassadin- decía entusiasmada y con una de sus manos le entregaba aquel bolsito - Tome, mi señor, es un regalo de los sabio de este pueblo - comenzó a hablar mientras que el caminante del vacío la observaba y escuchaba atento a cada palabras que salía por su arrugados labios. - Espero que le guste- y luego de decir eso, la ama de llaves le dedicó una sonrisa antes de retirarse.

kassadin al abrir el bolsito, encontró un pendiente que contenía una gema muy hermosa de color azul marino, con detalles plateados en el contorno y de qué decir de la cadena - Qué hermoso- alcanzó a susurrar antes que una bella mujer pelirroja lo interrumpiera. - Señor Kassadin, ¿cómo se encuentra? - y con un gesto muy amable en su rostro lo observaba en espera de una respuesta, - Perfecto, Katarina- decía el gobernante mientras comenzaba su andar a su despacho. La pelirroja al ver que el caminante del vacío se dirigía a su despacho, decidió ella dirigirse al calabozo como de costumbre, necesitaba ver a su hermana para que la ayudará a saber cuál eran esos sentimientos que tenía hacia el general.

Mientras pasaban las horas, dos hombres se encontraban reunido en el despacho, discutiendo y planeando unas cosas.