Capítulo 04

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Delhy Lugo

M

e encuentro plácidamente acostada en mi suave cama. Es jueves, y quiero imaginar que todavía no es mediodía. Abro los ojos muy despacio al escuchar sus gritos, necesito comprobar qué hora es. Estiro mi brazo, agarro mi celular y leo con claridad diez y media de la mañana, por lo que me vuelvo a tapar con la cobija. «¡Qué mierda, Luz! ¡Deja de gritar!». Mi mejor amiga parece leerme la mente y valerle madre mi disconformidad, puesto que vuelve a chillar mi nombre como una loca desde la sala.

Anoche nos desvelamos demasiado. Desde que me dijo: "Nena, ¡descanso mañana!", fue como gritar: "¡Delhy, hoy toca dormirnos tarde!". Así que nos pusimos a ver una serie en Netflix sobre vampiros, que tanto nos encantan; tenemos un gran fanatismo obscuro por los sensuales chupasangres, que cuando encontramos alguna película o serie, tenemos que verla de principio a fin, sin despegarnos de la pantalla y cuando nos dimos cuenta, ya nos habíamos tomado una botella entera de vino tinto.

Después de ver una temporada completa, nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Por tanto, no entiendo por qué se encuentra en estos momentos con ese escándalo. Lo único que yo pido es dormir unas horitas más como la holgazana que soy.

Cuando pienso que se ha dado por vencida ante mi evidente falta de interés, siento mi sueño regresar y mi respiración empieza a hacerse más profunda, pero se ve interrumpida por alguien, que, por obvias razones, creo saber quién es, y que en este instante se encuentra tocando mi puerta.

—¡¡¡Delhyyyyyyy!!! —exaltada y eufórica pronuncia mi nombre. —¡Nenaaa, a que no sabes qué llegó para tiii! —Escucho cómo abre lentamente la puerta para comprobar si estoy despierta—. Delhyyy, ¿puedo entrar? —pregunta muy educada como si no fuera la persona que venía vociferando por todo el pasillo.

Si me estuviera viendo, se daría cuenta de que hasta mentalmente le ruedo los ojos, como si no supiera que debe de tener la cabeza dentro de mi cuarto, y ella apenas pidiendo permiso de entrar.

—No, no puedes. —gruño somnolienta—¿Te has vuelto loca, Luz? ¡Déjame dormir! —le reclamo.

La descarada suelta una leve carcajada y en unos segundos, siento hundirse el colchón a mi lado y mi cobertor siendo arrancado de mi cuerpo.

—¡Bebéee! Mira lo que tengo en mis manos. —Escucho algo que agita, llenándome de curiosidad y sin poder evitarlo abro los ojos para comprobar si es lo que creo que es.

Luz se encuentra sentada junto a mí, me tiende lo que ha provocado este arrebato en ella y ahí está la famosa invitación, impresa en un fino papel, color perla.

La abro con cuidado y puedo leer en letras doradas "Goddess Society". Esto me causa mucha curiosidad, hasta se puede decir que estoy entusiasmada, ya no falta nada para asistir a la dichosa gala. Paso mis dedos por su superficie y toda mi piel se eriza con anhelo cuando la toco. «Ha llegado el gran día».

—¡¡¡Delhy, eso quiere decir que nos vamos de compras!!! —Se levanta interrumpiéndome de un salto de la cama, y voltea a verme—. ¡Hoy no hay desayuno para ti! ¡Nos vamos en ayunas a buscar el vestido más despampanante que exista en toda Madrid!

Sale de la habitación como alma que lleva el diablo y la escucho azotar su puerta. Supongo que toca levantarme cuanto antes; salgo de la cobija y me quedo sentada. Vuelvo a leer la tarjeta, la fiesta se llevará a cabo el sábado. Solo tengo dos días para comprar un vestido, sé que lo encontraremos hoy, aunque tengamos que visitar todas las tiendas de los alrededores para hallar el correcto; mi amiga no se dará por vencida hasta lograrlo.

Qué Será de Nosotros Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora