Capítulo 11: El Invierno Esta Aquí.

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Jon

Una vez que el cuerpo estuvo hecho cenizas, el lord comandante corrió al lado de Kat; está estaba palida y sangre cubría todo su alrredor, tenía dos puñaladas en su pierna izquierda, que parecía bastante graves

- ¿Estás bien nieve?-preguntó comprovando que Kat tuviera pulso.

- Si, mi señor- contesté con un hilo de voz, la verdad es que apenas si soportaba el dolor que tenía en la mano y otras partes del cuerpo-. ¿está viva?

- A medias- cargó el cuerpo de la chica con cuidado y lo deposito en su cama-. trae al Maestre.

- Mi señor, yo...

- ¡Ahora!- parecía ocultar la verdadera desesperación que sentía. Katherine Nieve era como su hija, en su rostro duro y serio pude ver el miedo que sentía.

Me tambalee por todo el castillo negro hasta llegar a los aposentos del maestre. Sam, que aún estaba despierto en la biblioteca, me abrió la puerta con una sonrisa, pero al ver mis heridas y mi cara de desesperación todo atisbo de felicidad se borró.

- ¿Jon.. ?-preguntó desconcertado.

- Kat está muriendo- dije más desesperado de lo que quería-, necesita al maestre Aemon, urgente.

- S... Si-dijo tartamudeando. Desapareció detrás de la gran biblioteca mientras yo hundía las manos en la nieve que reconforto mis quemaduras, dolía a horrores.

Unos minutos después Sam apareció con el maestre tomado de su mano y un pequeño bolso con instrumentos para curar. Avanzamos a paso rápido al cuarto del Lord comandante, y cuando llegamos las heridas de Kat estaban cubiertas con pedazos de tela que hacían de torniquete.

El maestre palpó el rostro de la chica con el rostro fruncido, llevó su mano a la herida inspeccionando.

- Samwel, tú serás mis ojos y manos- el rostro de Sam se tornó blanco; el chico odiaba la sangre.

- Y... yo, no puedo hacerlo- tartamudeo temblando, el maestre parecía algo impaciente y alterado, pero trató de calmar a Sam lo mejor que pudo. Con mucho esfuerzo entró en razón y supo que si no ayudaba Kat terminaría muriendo. Cuando examinó la herida manchó sus manos de carmesí y con lo que pudieron trataron de parar el sangrado.

Me quedé en una esquina mirando como la sangre se deslizaba por todo el lugar, el fuego ya se había extinguido cuando el cadáver fue consumido por las llamas y solo quedaban cenizas.
Apretando mi herida sangrante en el hombro traté de mantener la calma y pero no podía dejar de pensar en lo ocurrido.

Othor, que estaba completamente muerto; atacó a Kat pero supuestamente su objetivo era el lord comandante.

Traté de olvidar por un segundo lo que acababa de pasar y me centre solo en Kat.

¿Qué pasaría si los dioses deciden llevársela? Nada volvería a ser igual en el castillo. ¿Acaso volverían a alejarme de un ser querido?

Quería eliminar esas ideas de mi cabeza, ella era prácticamente mi hermana; los votos nos unían en el muro, batallas e incluso la muerte.

Debíamos morir juntos, no así.

Su rostro estaba pálido, como los de un muerto y pensé como me sentiría si Arya estuviera en esa situación, odiaria que los dioses se la llevasen de mi lado.

Paso el tiempo y Sam cerró las heridas con ayuda del maestre. Al fin había pasado lo peor y su respiración calmada me reconforto.

El maestre Aemon acariciaba el pelo castaño de Kat mientras Sam vomitaba afuera.

Nieve |Juego De Tronos|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora