« Tabla de identificación »
-Penitenciaria de San Fernando: Día 01/ 04/2001.
-Caso: Él, ella.
-Etiqueta: Homicidio Agravado, Asesinato Masivo.
-Víctimas: 5.
-Recluso N°067: Mateo Alvarado, 22 (años).
-Nivel de seguridad: Máxima.
- ¿Se encuentra aquí? -preguntó el Padre Lucas. Encargado de la eucarística y la reconciliación dentro de la cárcel. La religión era lo más cercano a un hogar que tiene un prisionero.
-Sí, es él-contestó el guardia-. Lo aislamos a la celda A-1, que es la más alta categoría de seguridad en esta prisión-dijo orgulloso-. Sé que usted trabaja ya hace unos cuantos años con nosotros, debería conocer el procedimiento.
-Por supuesto-afirmó Lucas-. Una última pregunta-dijo mientras se acercaba a la gigantesca puerta de acero-. ¿Por qué el caso se llama Él, ella? -interpeló curioso.
-No tengo idea...-dijo-. Mi puesto actual solo me permite vigilarlo, además en esta cárcel una de las principales reglas es no revelar ninguna información personal de nadie, esa es la razón del porque nadie sabe el historial criminal de los detenidos.
-Ha que lastima, entiendo...
El guardia con pequeñas pero disimuladas miradas vigila su alrededor mientras se acercaba a pasos lentos hacia el padre. Al pensar y creer que son compañeros de trabajo, este deja de lado su imagen autoritaria sacando a la luz su verdadera personalidad y apariencia.
- ¿Usted qué piensa? -Se mostró burlón-. ¿Habrá una chica? -Lucas solo sonreía de las tonteras que estaba escuchando. Tal vez para hacerle creer que es gracioso, en realidad no quería oír ni tampoco ignorarlo. Bastante amable para no faltarle el respeto, pero hubiera sido mejor callar a ese idiota.
- ¿Qué tal si lo dejamos libre así nos la presente?-dijo en tono depravado-. Y luego nos podemos ir a por unos tragos jajája.
El Padre entiende que el guardia es una persona normal fuera de su traje, él también lo es fuera de su amito. Aunque desde que ingreso como sacerdote principal en la prisión ha dejado de usarlo. Su filosofía fue cambiando con el paso del tiempo. Creía que un simple pedazo de tela no lo llevaría al cielo ni le otorgaría la palabra ni la bendición de Dios. Siempre dijo que solo basta con arrepentirse ante él.
Aparte de eso, reconoce y tiene en cuenta los límites que debe de tener una persona en un ambito laboral. No se anda con juegos en un lugar tan serio como ese.
-jaa... Lo siento, yo paso-aclaró.
La cara de travieso del guardia cambió a seriedad en un segundo al escuchar la respuesta de Lucas. « ¿Realmente le estaba proponiendo de verdad? »
-Era broma hombre... No seas tan serio. -Se notaba en su disimulado tono la decepción. Luego volvió a dar unos pasos hacia atrás cogiendo el radio de su cintura-. ¡Abran la A-1! -ordenó. Y una bataola avisaba el abrir de la celda.
-Recuerde solo 5 minutos-dijo severamente.
-Lo sé-contestó el Padre. Al entrar una luz blanca le dio la bienvenida. Y en una esquina Mateo posaba atado en cuclillas.
Lucas lo vio y fue a sentarse a su lado.
- ¿Podemos hablar? -preguntó. Su tarea dentro de la institución siempre fue charlar con las personas, acompañarlas y aconsejarlas. Para los presos él es su psicólogo y amigo-. ¿Esa camisa de fuerza te hace daño? -preguntó otra vez.
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Él, ella
Short Story¿Acaso crees que nada puede sorprenderte? ¿Que todo es lo que esperabas? Tener una gran familia, unos cuantos amigos, un amor de verano y un buen lugar en tu ciudad para vivir. Tú nunca pensarías que algo tan bello como esto no formaría parte d...