Capitulo 1

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He tenido muchos sueños extraños últimamente, siento como si de repente todo se desmoronara sin razón y me arrastraran junto con ellos...

Ese pensamiento en serio me atemorizaba. Sospechaba que era demasiado pronto para suceder. Pero no podría saberlo...

Que yo sepa no ha habido nadie que haya sabido cuando va a morir... ¿no es así? 

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—¡Joan!— La tía Phoebe me gritaba sin compasión alguna mientras dormía plácidamente desconociendo que el sol estaba iluminado ya el mundo.

—¡¿si?!—Grite estando aun medio dormido.

Detestaba cuando me despertaban a gritos, y cuando digo despertaban me refería a mi queridísima tía y a su estruendosa alarma de todas las mañanas.   

—¡Estoy a punto de hacer el desayuno!—seguía insistiendo mi tía.

¡Diablos!¡No es cierto!. Salte de golpe de la cama y vi el reloj, eran las 6:30 am, la tía Phoebe me mataría, le desagradaba que alguien se sentara tarde a la mesa para comer, y eso la ponía de un pésimo humor.

—¡Ahora mismo me meto a la ducha!

—¡¿A la ducha?!,¡¿Sabes que hora es Joan?!, ¡si no estas abajo dentro de 15 minutos olvídate que vas a desayunar! 

Ya podía imaginarme la cara enrojecida de cólera de mi tía, y eso me causaba cierto terror interior. Me dirigí al cuarto de baño a toda prisa, y justo cuando iba a abrir la puerta, la perilla se giro al instante,  y del baño salio una Elizabeth con el cabello mojado y envuelta en una toalla de Rilakkuma. 

Que vergüenza, hasta la propia Elizabeth  se habia levantado una eternidad antes que yo.

Me bañe a toda prisa, me vesti y me dispuse a bajar para el desayuno. El tio Cameron y mi prima estaban ya sentados a la mesa, me senté y mi tía me dedico una sonrisa burlona la cual me divirtió.

 —Vaya vaya... No te creí capaz de alistarte a esa velocidad mi querido Joan, vamos progresando-—me dijo y me dio dos suaves palmadas en la espalda al instante que colocaba dos pancakes en mi plato.

—La miel de maple esta justo ahí— señalo el centro de la mesa—Sé perfectamente que a Lizzy y a ti no les gusta la miel de abeja, come rápido o verdaderamente vas a llegar tarde en tu segundo día de clases en esa secundaria nueva, ¿Cómo se llamaba querido?—se dirigió a mi tío.

 —Secundaria Privada Collestone.

—Ohh ya veo, ¿oíste Joan?, estás yendo a una secundaria de mucho prestigio, estamos seguros de que lo harás bien allí, así que sé un buen sobrino y complácenos con buenas calificaciones.  Y ademas recuerda que los estudiantes necesitan tener ciertas calificaciones para entrar en Collestone, pero Cameron y yo tuvimos que mover algunos hilos para que tú entraras, así que... 

—Esta bien tía, lo entiendo, haré mi mejor esfuerzo— respondí amablemente.

Comí deprisa, me despedí de todos y salí como el viento de mi casa. 

Me llamo Joan Hopkins. 15 años (algunas personas solía decirme que parecía mayor que eso, y otras veces, algunos decían que me miraba menor para mi edad. Que molesto).

Nos mudamos hace poco a California.

Vivo con mis tíos Cameron y Phoebe Williams (mi tío es de parte de mamá) y mi prima de 6 años, Elizabeth, una hiperactiva criatura que anda de aquí para allá y que ama el color rosa, los ositos de felpa, las muñecas y todo eso (muy cliché no?), pero imagino que casi todas las niñas de su edad son así, por eso mejor no reprocharle nada, porque cuando eso pasaba siempre era yo quien se metía en problemas.

La Primavera en la que te conociDonde viven las historias. Descúbrelo ahora