Capítulo 1. El Regreso

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-Han pasado dos años y medio desde la ultima vez que encontraron a ese zorro y la Rosa de Fuego- dijo la sombra que se dirigía hacia los ninjas presentes. Los akatsuki-¿Cuando planeas entregarmelos?
-Muy pronto- dijo Itachi.
-Si no eres capaz de atrapar al zorro, entonces asegúrate de traer a la Rosa... o mejor dicho... eliminala.
-¿Eliminarla?
-No me cuestiones. Esa chica que posee tal poder jamás será sucumbida a nuestros deseos. Por lo tanto... eliminarla será lo mejor. Mikiyo te acompañará en esta misión.
A lado de Itachi encontraba Mikiyo y una sonrisa se dibujó en su rostro.
-Así será, mi señor- dijo Mikiyo y desapareció.
Al terminar la platica, Itachi se retira, su serio rostro comenzó a reflejar preocupación y mirando la pulsera hecha con el cabello de Kiyomi suspira.
-Creo que debo adelantar mi movimiento.

La espera no se siente larga cuando uno se pone a trabajar. Naruto y Kiyomi se habían despedido hace dos años y medio, la aldea no cambió en lo absoluto pero muchos de sus amigos evolucionaron al mejorar sus habilidades. Lady Tsunade decidió ser maestra de Ino y Sakura. Usagi enseñó a Jun. Un nuevo maestro llamado Yamato se convirtió en maestro de Mamoru y Kakashi siguió enseñando a Kiyomi... de vez en cuando. En realidad, Kiyomi siempre estaba de viaje, sus compañeros no la acompañaban ya que desde aquella despedida, ella fue consultada por el consejo de Konoha. Nada podía ser peor que estar sentada sola, siendo observada por muchas personas, como si fuera una acusada.
-Sabemos, Kiyomi, que has sido notificada de tu origen.
-Así es.
-Lo que sabes- dijo uno de los ancianos- se te ha permitido tener noción de tu origen porque tenemos una tarea para ti. Tu padre, el cuarto hokage, fue el fundador de la alianza con la aldea de la arena.
-Lo sé. El tercer hokage me pidió llevar el pergamino.
-Y la segunda vez que lo llevaste lo quemaste- gruñó la anciana.
Kiyomi levantó las cejas.
-No estamos molestos. Es algo que tu padre hubiera hecho- continuó el viejo- por lo tanto, ahora que has cumplido catorce años, nos gustaría que seas la vigilante de esa aldea. La alianza debe continuar, es la voluntad de tu padre.
"O la conveniencia de ustedes" pensó Kiyomi. Asintió ante su petición. Antes de que ella saliera, la anciana la detuvo.
-Kiyomi... debes ser honesta a lo que te voy a preguntar. Has tenido algún contacto con los Uchiha?
-¿De qué habla?
-Sabemos que la Rosa de Fuego tiene un extraño vínculo con ese clan. Sabemos de tu sharingan y que Itachi esta detrás de ti y de tu hermano. Debes romper ese lazo... antes de que sea demasiado tarde.
Kiyomi no comprendía el "ser demasiado tarde" Pero volvió a asentir. Ella hacia mucho tiempo que no veía a Itachi y aunque no paró de soñar con Sasuke, él simplemente no le hablaba. Lo que si podía admitir es que se alegraba que estuviera bien, siempre y cuando no se convirtiera en el siguiente cuerpo de Orochimaru, Sasuke estaría a salvo.
Durante dos años estuvo visitando constantemente la aldea de la arena. Los aldeanos se acostumbraron a su presencia, los del consejo le hacían encargos. Era muy querida. Visitaba de vez en cuando a su amigo Soro y él le enseñaba algunas combinaciones de hierbas medicinales. Ahí es cuando conoció a la anciana Chiyo. Ella era maestra de Soro en cuanto curación, pero su especialidad eran las marionetas, como Kankuro. La abuela Chiyo la recordaba porque ella fue quien la curaba cuando estaba enferma o era herida accidentalmente por Gaara. Llegó a ser su maestra también. Kiyomi no la recordaba en lo absoluto, pero le agradaba saber que tuvo buenas relaciones en su pasado. Quien diría que ella logró utilizar las técnicas avanzadas de ninjutsu cuando sólo tenía cuatro años, o eso dijo la abuela.
Un día, cuando Kiyomi estuvo asistiendo a los del consejo en la aldea de la arena, una tormenta se aproximaba.
-Kiyomi- dijo uno de los ancianos- No creo que sea buena idea que vuelvas arena tu casa ahora. Las tormentas de arena son muy peligrosas.
-Pero señor, debo volver a mi aldea, mi maestro espera.
-Deberías quedarte, por seguridad.
En eso, Kankuro y Gaara entran a la sala del consejo.
- ¿Y porque no te quedas en la casa del nuevo joven kazekage?- dijo Soro.
Gaara sentía que su respiración se apagaba.
-Ah...-Kiyomi no parecía entender la reacción de Gaara- No quiero ser muy atrevida.
-Para nada- dijo Kankuro dándole una palmada en la espalda de Gaara- ¿Verdad hermano?
Gaara tomo un minuto de silencio y mirando de reojo a Kiyomi se volteó.
-No hay problema. Las tormentas de arena son peligrosas.
Y se retiró.
Cuando llegó a la casa de Gaara, Temari la recibió con mucho cariño.
-Me da gusto de que estés aquí Kiyomi. A ti te prefiero más que las otras.
-¿Otras?
-Ah.... No importa. Siéntete cómoda, después de todo esta fue una vez tu casa.
Fue una cena tranquila donde los hermanos platicaban, Gaara solo asentía o negaba. Era de pocas palabras. Después de la cena se despidieron y Temari hizo que Gaara acompañara a Kiyomi a su cuarto.
-No le va a decir nada- le dijo Kankuro a Temari.
-Siempre hay una oportunidad. Gaara debe decirle.
Cuando Kiyomi y Gaara llegaron a la habitación, el hizo lo posible por alejarse de ella. Kiyomi lo notó y quería saber el porqué la distancia.
-Espera Gaara- dijo tomando su mano- Um... Aun no te agradezco por habernos salvado a Lee y a mi.
-No hay problema-dijo Gaara- No debes agradecerme nada. Descansa.
Gaara se retiró pero antes de que Kiyomi cerrara la puerta el la detuvo.
-Kiyomi. Ha habido algo que quise decírte desde hace un tiempo.
Kiyomi se sonrojó ante lo que le estaba diciendo.
-Kiyomi.... yo.... yo quisiera....
-¿Si?
Gaara tragó duramente saliva y continuó.
-Quería invitarte a la inauguración... Sí, eso. A la inauguración del nuevo kazekage.
-Oh. ¿Quién será el nuevo kazekage?
-Yo.
Kiyomi abrió los ojos de sorpresa. Miró a un tímido y tierno Gaara. Terminó asintiendo y él sonrió. Cuando ser retiró, Kiyomi suspiró antes de cerrar la puerta, como si estuviera esperando algo.
La inauguración fue dos meses después.  Había muchas chicas presentes. Los del consejo se encontraban en la parte superior y Gaara dos escalones abajo de ellos. Kiyomi se encontraba aun lado de Kankuro, los tres estaban en primera fila. Fue emotivo, fue impresionante, Kiyomi no podía esperar ver la ceremonia de Naruto en el futuro.
Dos años pasaron volando, Kiyomi no paraba de pensar en Sasuke y Naruto. No hablaba de ellos, todo lo guardaba en silencio. Cuando alguien lo mencionaba o preguntaba por ellos, ella no respondía.
-Admite que lo extrañas- dijo Mamoru mientras comía un dangos salado. Kiyomi solo suspiró. En eso Jun aparece entrando al restaurante con una caja en sus brazos.
-Sabia que los encontraría aquí.  Nunca avisan donde van a estar.
-Has estado ocupado con Usagi sensei- dijo Mamoru sonriendo- algo me dice que no quieres que te interrumpan.
Jun se sonroja y golpea la cabeza de Mamoru.
-Deja de meter ideas ridículas. Por cierto Kiyomi, llegó esta caja para ti. De un tal Jiraya.
Kiyomi se levantó de golpe dejando aun lado su dangos y abrió la caja. Una vez abierta los dos chicos quedaron extrañados.
-¿Es un uniforme?-preguntó Mamoru.
-¿Que colores son esos? Puedo ver que ese tal Jiraya no conoce tu estilo- dijo Jun.
Kiyomi sacó lo que parecía ser una chaqueta de color naranja y negro, después sacó una especie de falda short de color naranja. Hasta el final había una carta sellada firmada por Naruto.

Querida Kiyomi,
¿Como has estado, pequeña? Espero que bien. Han pasado casi dos años desde la ultima vez que nos vimos. Espero volver antes de que se termine el plazo de nuestro trato, no quisiera que me recibas con una paliza.
¿Cómo está Sakura, han mejorado su comunicaciónSaludame a Kakashi sensei.
Aun recuerdo nuestra promesa. Estoy emocionado por volver y volvernos familia. Jiraya me dijo que te enviará algo especial para ponerte. Ese sabio pervertidos sabe que te quedará muy bien, no quiero saber como. No quiero golpearlo porque se que me ganaría. En fin, no vi que fue lo que te envío pero estoy seguro que se te verá muy bien también.  (Si es un traje que no te agrada te doy permiso de que lo quemes)
Llegaré muy pronto. Sigue esperándome y deberás darme un resumen de lo que pasó en Konoha.
Te quiero.
-Naruto

Solo pudieron salir lágrimas de los ojos de Kiyomi, acercó la carta a su rostro y sonrió tranquilamente. Al día siguiente, Kiyomi se probó el uniforme. Le quedaba perfecto. Jiraya tenía  buen ojo, la verdad era incómodo admitirlo.

Medio año después, Naruto llegó. En ese entonces, Kiyomi paseaba por la aldea apoyando a los ancianos y terminando de comer los dangos que le regalaron. Su equipo estaba disperso. Mamoru consiguió un nuevo maestro y Jun estaba postulandose para ser ANBU. Todos estaban ocupados, incluso muchos cambiaron, Kiyomi no sólo había crecido, su cabellera se algo de su espalda hasta sus rodillas. Su vida cambió desde que la aldea supo su nuevo nombre. Las voces que solía escuchar comenzaron a cambiar de agresivas a tranquilas y respetuosas. Aun tenía las pesadillas de ese sharingan persoguiendola pero ya no eran tan frecuentes.
Ese día parecía ser normal. Cielo despejado, clima agradable, nada parecía ser diferente, hasta que escuchó la voz de Sakura gritar y golpear algo. Ella giró para ver que fue lo que terminó bajo sus pies y al notar la presencia de alguien especial, sus mejillas se sonrojaron. 
-¿Naruto?
Primero hizo un gesto de dolor, después la miro a los ojos y sonrió dulcemente.  Kiyomi lo ayudó a levantarse y ambos comenzaron a sonreír y reír de la felicidad. Kakashi, Sakura, Jiraya y otros comenzaron a rodearlos,  se sentían felices de verlos juntos pero... había algo extraño en sus atuendos.
-Um... chicos- dijo Sakura.
-Jiraya...- Tsunade lo miró seriamente- esto de seguro fue idea tuya.
-Yo creo que se ven bien así. No parece molestarles.
-Chicos. Están vestidos con el mismo uniforme...-continuó Sakura incómoda.
Naruto y Kiyomi finalmente se dieron cuenta de eso. Tanto Sakura como Tsunade esperaban una reacción negativa a ello pero no. Fue lo contrario, ellos comenzaron a festejarlo. 
-Oye linda chaqueta- dijo Naruto guiñando un ojo.
-La tuya igual. Nada mal.
Jiraya sonrió y miro a Tsunade.
-¿Lo ves? Están muy felices.
Tsunade suspiró. Sakura no comprendió nada, solo los miró, notaba su felicidad y su conexión.  Por más que ella deseaba que ambos fueran pareja, algo le detenía de seguir creyendo que su relación podría ser romántica.  El aura que reflejaban ellos era más de hermanos aun sin tener lazos de sangre que los conectara, eso creía.

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-Itachi- Mikiyo salio de la cueva- Deidara me contactó. Dijo que él hará el primer movimiento acercándose aura la aldea de la arena. Es el punto perfecto para saber donde podremos atacar a la Rosa de Fuego.
Itachi sólo miraba al horizonte. 
-Vamos Itachi. Responde. 
-No es tan fácil, Mikiyo.
-¿Porqué? 
-La Rosa de Fuego no se destruye con cualquier arma. Debo hablar con alguien antes. Después,  tu y yo continuaremos con el plan.

Ninja Secrets- El Nuevo Secreto (Naruto Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora