Capitulo 2

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19 de abril de 1988

Sarah caminaba por el parque, era uno de sus más grandes pasatiempos. Pero amaba hacerlo en especial cuando se sentía confundida o triste, y en esta ocasión era ambas. Su madre Nancy ya había fijado fecha para la boda "7 de Mayo" y es que desde que su padre murió, su madre quedo con demasiadas deudas y coloco en Sarah toda la responsabilidad de la familia, de ella dependía salvar a sus hermanos menores y el nombre de su familia. A Nancy la enseñaron solo para ser buena esposa y ella no sabe cómo ganar dinero, solo generaba más gastos y deudas, así que dio a matrimonio a su hija al heredero más rico de América: Raphael Clayton. El cual desde que se comprometió con Sarah pago todas las deudas de la familia Wood y ve por Sarah, su madre y sus hermanos.

En la mañana Raphael fue a la casa Wood a llevarle un lujoso regalo a su prometida, unos pendientes de diamante y a fijar la fecha de la boda. A Sarah se le ordeno sonreír, ser cortes y estar junto a él en todo tiempo, a ella no le molestaba hacerlo pero tampoco le agradaba, realmente le daba igual "Supongo que casarse por amor es un lujo que muy poco se pueden dar" Pensaba Sarah.

Así que fue a caminar a pensar en que en 17 días se estaría casando con este hombre. El cual era de cabello rubio, ojos claros y pintaba como un hombre muy serio aunque solo le llevaba unos cuantos años a Sarah. Por lo que lo volvía loco la estatura de Sarah, su cabello rojo, ojos azules, mirada de niña inocente y unos grandes labios y pómulos. Mientras que Sarah caminaba no se fijaba en nada lo que sucedía a su alrededor, pero un fuerte pito de un automóvil la saco de sus pensamientos y la ubico en la mitad de una calle, el auto venía a toda velocidad y estaba solo a pocos metros, Sarah quedo quieta mirando el auto, no hizo nada solo cerro los ojos.

Cuando abrió los ojos estaba en la acera siendo abrazada por un joven, parecía de 25 años, pero en ese momento se dio cuenta que era el hombre más hermoso que jamás había visto, tenía el rostro de un dios, no había imperfección en este, sus ojos y su cabello eran oscuros y su piel tan blanca que parecía porcelana. Sarah se quedó mirándolo y el a ella, lo que pareció segundos fueron minutos, abrazados en la calle mirándose el uno al otro.

- Gracias – Dijo Sarah cuando por fin pudo emitir palabra

- Ten más cuidado – Dijo el, de una forma dulce sin dejarla de mirar a los ojos

Ella de repente se incomodó y volteo la mirada y lo soltó.

- Owen – Dijo el – Mi nombre es Owen

- Sarah – Dijo ella y sonrió

- Bonito nombre Sarah – Comento él y ambos sonreían

- Gracias – Algo de Sarah quería estar cerca de Él pero no sabía cómo, no quería dejarlo ir, pero tampoco quería pasar por imprudente

- ¿Estas ocupada? – Dijo el

- No ¿y tú? – Respondió Sarah

- ¿Quieres ir a tomar un café? – Pregunto Owen

- Claro.

Hay comenzó la historia entre Sarah y Owen, fueron a el café más cercano, él le pregunto acerca de ella y todo el tiempo hablaron de ella, de su gusto por la moda y de sus hermanos menores. Quien los hubiera visto desde afuera juraría que eran un par de enamorados y no estaba equivocado, el corazón de ambos desde el momento que se conocieron le perteneció al otro. Ella se reía y el la observaba, observaba cuando se pasaba su cabello por detrás de la oreja, cuando mordía sus labios, como usaba sus dos manos para tomar café. Cupido cumplió su misión.

Inhumano. [En proceso]Where stories live. Discover now