AVISO (NUEVAMENTE) CONTENIDO ERÓTICO, ASÍ QUE... POR FAVOR, SI ERES MENOR, BAJO CONSECUENCIA
Marcus me miraba de reojo en una expresión seria, como un profesional, repartiendo las capsulas para la cena. Le sonreí como siempre hacía, no iba ahora a dejar de hacerlo sólo por un polvo.
Terminé mi revuelto de verduras dejándome caer en el respaldo de la silla. Mi cabeza no paraba de darle vueltas al listo de mi nuevo doctor, de alguna manera, aunque me cabrease en un principio, debía admitir que me encantaba ese carácter que parecía decirme que si no follaba con él, no lo hiciera con nadie más... ¿acaso había tenido un ataque de celos? Sonreí tontamente para mis adentros, sólo había firmado un contrato, pero tampoco es que él lo hubiese cumplido, prometió darme lo que quería y tan sólo había tenido preámbulos y además cortos. Crucé mis brazos pensativa, si pudiese le demandaba por inclumplimentar dicho contrato que él mismo señalaba.
- Tus pastillas, Emma.- la voz de Marcus me trajo a la realidad, lo miré como si no hubiese pasado nada tomando el vasito donde estaban mis dosis.
- Gracias.- respondí sacándolas para tomarlas.
- Que descanses.
- Eso espero, - me aproximé rápida a su oído.- Me encantaría que me dieses las buenas noches y arropases.
Marcus se alejó, noté cómo sus ojos brillaban.
- Puedo meterme en un lio con esto, lo sabes.
- Sé guardar secretos.- sonreí pilla.- Y sé adonde señala la cámara, siempre hay huecos que no llega.- me incorporé hablándole bajito.- ¿No me deseas?
Me alejé victoriosa al oír como tragaba saliva.
Becca me llamaba con su mano, me aproximé dejando a Marcus atrás que continuó con su tarea.
- Hola querida.- me saludó.
- Hola, Becca.- dije alegre.
Ella me observó estudiándome.
- Pasó algo bueno, puedo intuirlo. ¿Mereció la pena?
Tomé sus manos.
- No sabes cuánto.
Becca sonrió dándome palmaditas leves entre sus manos.
- No sabes cuánto me alegro, si yo tuviera tu edad, quisiera ser como tú; hay que disfrutar de cada instante de la vida, y eso que tanto te gusta a ti, es de los mejores manjares después del chocolate y las fresas.
Reí.
- La próxima vez intentaré traerte algo especial de la cocina, creo que nuestro cocinero me ve con buenos ojos.
- ¿Quién no te vería? Eres una mujer preciosa.
- Gracias.
- ¿Una partida al mus?
- Claro.
Tomó la baraja sacándola de la caja, movió y repartió.
- ¿Qué jugamos esta vez?- le pregunté.
- ¿Qué te parece a que no eres capaz de conseguirme las fresas con sirope de chocolate?
La miré tácita.
- Sabes que lo conseguiré, sólo quieres comer esas fresas y sabes que tú no puedes conseguirlo.
- Voy a ganarte tres partidas, tendrás que hacerlo.
- No es necesario que ganes, sabes que lo haré, será divertido.
Becca soltó una carcajada que hizo a algunos mirarla. Se tranquilizó mientras echaba mi carta sobre la mesa.
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Incomprendida
RandomHe huido de todos, de aquellas personas que me rodeaban, de mis padres que me sobreprotegían... sobre todo de ella que hizo que la odiara, de él... de ellos... que me maltrataron con sus gestos... sus palabras y acciones... Pero nadie entiende. Mir...