╰E x t r a 4╮

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“Mami...

Mis tobillos duelen, no puedo quejarme, me harán descansar, pero quiero ayudar al abuelito.
Nee~ Mami ¿Esto va acabar?
¿El abuelito mejorará?
Ya no quiero estar solo en este lugar...
Mami...”

Los entrenadores se miraron entre sí, dejando la libreta donde estaba. Llenos de culpa no pudieron seguir leyendo, ya que con cada palabra su corazón se iba encogiendo.

—Nada de lo que leimos saldrá de aquí— Ordenó Yakov, saliendo.

Todos asintieron mientras iban saliendo, desde ese momento, Yuri Plisetsky solo quedaría como un recuerdo.

¡Hey, Mami!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora