William Bruce Bailey se encontraba parado en la única estación de autobuses a las afueras de Lafayette, su pueblo natal. El joven alzó un poco la manga de cuero de su chaqueta para poder ver su reloj. Las 12:03 am. Soltó un suspiro de aburrimiento, faltaban todavía unos minutos para que pasara el último autobús del día que lo llevaría hacia su destino soñado desde la infancia. Nueva York. Una metrópolis, un hormiguero mejor dicho, el sueño y fantasía de cualquier persona, una de las ciudades en esa selecta lista de lugares que uno tiene que pisar antes de morir, junto con París, Roma, Tokyo, Venecia y Beijing. Y estaba solo a unas cuantas horas de llegar, al lugar prometido, las cosas iban a mejorar, recargó en un faro de luz su cabeza cubierta con un paliacate azul, y así, comenzó a recordar las historias que sus hermanos le habían contado cuando era pequeño sobre cómo era Nueva York.
-Will, ¡No creerás los grande que es! ¡hay edificios de hasta 150 pisos! ¡Si no es que más! -Le decía casi a gritos su hermana mientras le pasaba una revista de lugares turísticos para que el pequeño Axl la hojeara con cuidado.
-¿De verdad? ¿150? -Axl se imaginó dentro de su mente de infante un edificio con esa magnitud, y sintió vértigo, como si la construcción fuera a caerle encima en cualquier instante. Y siguió mirando la revista.-
-Sí, observa, las calles tienen hasta cuatro carriles en un sentido y otros cuatro en otro, y además, están todas llenas de taxis. -Comentó Ashley con entusiasmo al tiempo que señalaba los autos de color amarillo impresos en papel lustroso.
-Cielos... Es... ¡Increíble! Y... ¡Y mira! ¡Mira! -Dijo Axl tomando en tomo en señalando con su dedo raspado por el pavimento, joyerías lujosas y numerosas tiendas de marca sobre la acera.-
-¡Cuántas tiendas! Y muy bonitas, son joyerías casi todas, se ve que todo lo que está ahí es muy caro. -Repuso el chiquillo rascándose la cabeza con una mano-
-Así es Will, todo es muy costoso, ahí se hayan muchas tiendas de diseñadores de ropa y joyería por montones, como en Milán o en París...
-¡Qué bonito! -Suspiró Axl mirando las fotografías, y luego, giró la vista hacia su hermana y me dijo:
-Sabes... Cuando seamos grandes, te llevaré a vivir a Nueva York, tú y yo como los mejores hermanos. Y Ashley empezó a reír cubriendo su cara con el tomo de revista.
-Aww.... Will, eres muy tierno, gracias, de verdad, ya nos veo ahí tomando taxis y comiendo en lugares muy ricos, comprar ropa, como la gente rica.
William y su familia estaban lejos de ser ricos, apenas y les alcanzaba para vestir, reciclaban año tras año los útiles de colegio y ya ni se diga de tomar taxis o ir a algún restaurante. Pero como siempre,la esperanza es lo único que se pierde, y mucho más en los niños, con sueños a anhelos como ese par.
-Eso es, Ashley, ¡Seremos cantantes! En un coro, una banda o algo y nos haremos famosos allá.
-Seguro que sí Will.....Seguro que sí.... -Respondió su hermana acariciando los cabellos del pequeño, sabiendo dentro de su cabeza... Que sería imposible cumplir ese sueño junto con él.¡Hola de nuevo lectores! Bueno, este fue el primer capítulo de la historia, espero que lo hayan disfrutado, sí así fue, apóyenme con un voto y sus comentarios. :)
Por cierto, lamento que fuera tan corto, trabajaré por más detalles y duración.
Los quiero un montón. ♥
Atte: Bocchan-Sama
ESTÁS LEYENDO
Bienvenida a la banda.
FanfictionLas cosas para Kath y para Axl nunca habían sido tan complicadas y perfectas a la vez. Desde que se vieron por primera vez en ese concierto en Florida con el reciente estreno de "Apetitte for destrution" todo en sus vidas cambió para dar paso a una...