03 | Peter Hale, aterrador desde joven

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  —Buenos días —me saluda Laura sonriente una vez me ve.

Dormí en la habitación de invitados; Talia me remarcó que podía quedarme el tiempo que quisiera, gesto bastante lindo y solidario siendo que ahora mismo no tengo lugar alguno al que ir en el mundo.

Toda la familia ahora se encuentra en la gigante mesa de madera del comedor, desayunando para lo que seguramente será un largo día de escuela para Derek, Laura y Cora.

Aún no puedo creer que esa pequeña dulzura sentada a un lado de su hermana y frente a su hermano, la misma que se encuentra sonriendo de la forma más tierna, linda y pura que jamás he visto, esa que ríe animadamente gracias a las bromas de su tío, se la misma Cora que conocí.

O bueno, a la que voy a conocer.

Lo cierto es que mientras más amabilidad me demuestran, aún peor me siento por ellos. Cuando miro a Talia, o a Laura, no puedo evitar ver a dos cadáveres andantes; no dejo de imaginarme la lujosa sala incendiada o como podría ser el eco de los gritos rebotando en las paredes hasta el punto que pareciese que fuesen éstas las que gritaran. Y ni hablemos de Peter, aún no he hablado con él, pero cada vez que lo miro, por muy lindo que me resulte (dios, creo que tengo arcadas por el asco) no puedo dejar de ver a ese alfa monstruoso fuera de control que dejo varios heridos.

  —¿Quieres unirte? —propone Derek sonriente y entonces alzo levemente ambas cejas para luego asentir.

Finalmente bajo el último escalón de la escalera principal y, en vez de dirigirme a la derecha donde se encuentra la sala repleta de bibliotecas con cientos de diferentes detalles, libros, adornos y cuadros, la gran pantalla bastante moderna para esta época, la chimenea y los rojizos y cómodos sillones con cortinas a juego, avanzo por la izquierda, directo hacia el comedor.

  —¿Tú eres Teva? —pregunta curiosa la pequeña y tierna Cora logrando que sonría y su hermana suelte una risita.

  —Eva, Cora —la corrige Laura.

Cora me estudia con su mirada, analizándome de pies a cabeza; es entonces cuando noto algo, tal vez en su mirada ya más seria u simplemente en la forma en la que parece estar criticándome en su mente, pero al fin y al cabo algo que me indica que, en efecto, se trata de la misma Cora que yo conocí con dieciséis u diecisiete años.

  —Eres linda —suelta haciendo que me sonroje.

  —Gracias —agradezco algo avergonzada mientras tomo una tostada.

  —Mantente alejada de mi hermano —suelta de repente paralizándome completamente.

La mesa estalla en carcajadas; con mis ojos abiertos de par en par busco refugió en Derek, quien también está sonrojado y simplemente se dedica a mirar a su hermanita menor con reproche.

No puedo evitar verme atravesada por una punzada de dolor; en verdad eran una linda familia, y no necesito más que lo poco que llevo junto a ellos para asegurar que también era una muy unida.

  —¿Tú no vas a la escuela?

La pregunta de la pequeña Cora logra centrar las miradas de sus hermanos mayores sobre mi, por mi parte muevo mi cabeza incomoda y luego relamo mis labios en un intento por conseguir tiempo bajo la atenta mirada de la pequeña para responder.

  —No por ahora—formulo al fin sonriente y la pequeña frunce el ceño.

  —¿Por qué no?—pregunta confusa.

  —Porque tiene unos asuntos que resolver Cora—responde rápidamente Derek por mi parte, cosa que le agradezco con una mirada—. Y, hablando de escuela, ahí está la tuya—el chico señala al edificio detrás de la chica quien sonríe para posteriormente despedirse de sus hermanos con un beso en la mejilla y luego alejarse.

Paradox ↯ Teen WolfWhere stories live. Discover now