Las cartas

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Donghae un chico con facciones finas, altura ideal y piel aterciopelada una persona poseedora de gran belleza. Tendría a una larga lista de chicos y chicas esperando por el claro. ¿Quién desaprovecharía toda esa atención? y es que siendo una persona popular por su apariencia, no sorprende que su circulo de "amigos" tengan características similares.
Sin embargo había algo que faltaba algo que el deseaba intensamente, una persona sincera.

Donghae se había dado cuenta de que en su vida hacia falta sinceridad, en las palabras de otras personas sinceridad en las acciones y sinceridad consigo mismo.

Es verdad que el tenía cosas que muchos quisieran y era ese detalle en particular el que lo condenaba a una vida donde las personas siempre se acercaban con segundas intenciones

Un claro ejemplo eran las citas. Una comida en un pequeño lugar o el ir al cine nunca estaban acompañados de intenciones puras siempre era cuestión de ego y vanidad sin contar la infinidad de veces en las que, los intentos de propasarse se presentaban sin previo aviso.
Había personas a las que no les pasaba ese tipo de cosas "personas normales" decían sus amigos, tu no eres normal así que es común que esas cosas solo sucedan.

¿En verdad era común que eso pasaría durante toda su vida? ¿Ese era su destino? que vació tan profundo sintió al pensar eso, mientras esas ideas agobiaban su mente un escuálido muchacho al final del pasillo lo observaba discretamente .

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El semestre transcurría y la vida glamorosa y divertida de Donghae se había convertido en monótona y aburrida. Hasta que un día de su casillero cayó una carta.
Donghae recibía muchas cartas la mayoría en persona o puestas en su banca discretamente pero recibirla en el casillero era algo nuevo.
Pensó en que aquel acto parecía tan discreto íntimo y antiguo que la curiosidad le picó ¿Quién dejaría aquella carta? Un sobre blanco sin sellar, una hoja amarilla cuadrícula escrita con bolígrafo azul.
Parecía más una nota de algún restaurante que una carta de amor.
Una sonrisa se asomó por la comisura de su boca pero rápidamente esa pequeño gesto se transformó en una gran sonrisa, Una carta de amor ¡si claro! Aquello no era eso precisamente más bien parecía parte de un diario una charla o confesión poco atinada.

Querido Donghae: me gusta cuando te quedas viendo el cielo.
Me pregunto ¿Qué cosas pensarás?
Ayer me quedé horas mirando el cielo, pero no pude pensar en nada solo veía lo bellas que son las nubes
¿Acaso eso es lo que vés!?

Que carta más peculiar pensó pero sin duda alguna destacó de todas las que había recibido porque aquella carta parecía tan sincera sólo estaban plasmados los sentimientos de esa persona justo en el momento de escribirla.
Que clase de persona la escribo que clase de persona tan singular y original.

Las Mil Y Una Historias Del Eunhae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora