En un mundo donde los sueños parecen inalcanzables, Min YoonGi, conocido por su faceta fría y calculadora como Suga en la agrupación coreana más famosa del momento; BTS, enfrenta sus demonios más personales mientras navega por el éxito. Pero, ¿qué s...
YoonGi caminaba con pasos rápidos por la acera, ajustándose la gorra mientras el viento nocturno rozaba su rostro. La ciudad seguía viva, iluminada por los neones de los letreros y el murmullo incesante de la gente que pasaba a su lado. Un par de fans lo reconocieron en la distancia, pero no se detuvieron. Su figura se mezclaba con el resto de los peatones, y eso le daba cierto respiro.
El restaurante no estaba lejos. A través de la ventana podía ver a su hyung esperando en la entrada, con los brazos cruzados y la mirada perdida en el movimiento de la calle.
—Hey, viniste muy rápido. ¿Por qué? —preguntó en cuanto YoonGi llegó a su lado.
—Estaba en la otra calle —respondió con indiferencia, encogiéndose de hombros.
No había necesidad de decir más. Ambos ingresaron al local, donde el cálido aroma de las especias y la carne a la parrilla envolvía el ambiente. El restaurante tenía una iluminación tenue, con lámparas colgantes que daban una sensación acogedora. Sonaba una suave melodía jazz de fondo, lo que contrastaba con la agitada vida en el exterior.
—Bienvenidos —saludó uno de los meseros con una leve reverencia en cuanto cruzaron la puerta.
—Tomaremos estos asientos —indicó YoonGi, señalando una pequeña mesa junto a la ventana. Desde ahí se podía ver la ciudad, las luces reflejándose en el cristal empañado por la diferencia de temperatura.
Su hyung asintió y lo siguió. Un mesero se acercó de inmediato con una libreta en mano, esperando la orden.
—Uhm, tomaremos dos porciones de chuletas de cordero —dijo YoonGi sin dudar.
El mesero asintió, anotando con rapidez antes de retirarse. YoonGi apoyó los codos sobre la mesa y entrelazó los dedos, pensativo. Por un momento, solo observó la textura de la madera bajo sus manos, como si estuviera reuniendo las palabras correctas antes de hablar.
—Este mixtape que hice... no lo lancé bajo el nombre de Suga de BTS. Quise mostrar otro lado de mí, uno de los muchos que tengo. Fui capaz de hacer mi música porque tú realmente creíste en mí.
Hizo una pausa, levantando la mirada hacia su hermano.
—Hablé sobre eso con Yankie hyung y Suran noona antes... les dije: "La razón por la que soy capaz de hacer música ahora es porque mi hermano creyó en mí". Y, pensándolo bien, tener a alguien que realmente cree en ti... es algo increíble.
Su hyung se inclinó ligeramente hacia adelante, dejando su vaso sobre la mesa. Su sonrisa no era solo de orgullo, sino de certeza.
—Desde tus días de trainee, e incluso ahora que eres exitoso, siempre creí en ti —afirmó, con una calidez que YoonGi pocas veces escuchaba en palabras.
YoonGi exhaló lentamente y, por primera vez en mucho tiempo, sintió que ese éxito no era un peso solitario.
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