CONOCIENDOTE...

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El día para Carol era muy estresante había tenido que estar acomodando unos productos que sabía que nadie compraría, pero todo aquello era por órdenes de su Jefa que esperaba el milagro de que se vendieran, los habían acomodado como unas cien veces en toda la tienda con el fin de que se vendieran pero nada más ninguno salía. Incluso los habían rebajado, pero Carol le parecía imposible que se vendieran y ella sabía el verdadero motivo, pero ese era su secreto.

- ¡Ya quedo Sra. Stuart! Me marcho hasta mañana-

-Hasta mañana Carol descansa bien-

Termino su turno y se marchó a su departamento que no estaba muy lejos de la tienda, al llegar saludo al portero.

-Hola Billy, ¿Adivina que te conseguí?-Saco de su mochila una donas glaseadas-Ten la Sra. Stuart las puso en los caducados pues le falta ya una semana para que caduque y podemos tomarlos, recordé que te gustan-

-Oh niña no tenías que hacerlo, pero gracias...tienes varia correspondencia te lo puse en tu buzón de tu departamento-

-Oh gracias, bueno me iré necesito descansar...nos vemos-

-Carol gracias nuevamente por las donas, se las llevare a mi esposa a ella también le encantan-

-Para mí es un placer nos vemos más tarde-

Llego hasta su departamento, ella vivía sola. Había pensado alguna vez tener una mascota pero no era muy buena cuidándolos, y tenerlos dentro de un departamento no era muy buena idea. Vivía en New Jersey desde ya hace 6 años desde que emigro desde Canadá, para ser más preciso donde salió huyendo de su Familia y de su prometido, pero esa es otra historia para otro momento. En parte vivía sola pues no le gustaba compartir departamento con nadie se sentía más cómoda sola. Se cambió rápidamente de ropa, se preparó algo de comer pues no había tenido tiempo de comer algo en su trabajo, miro un poco de televisión mientras comía, al terminar de comer saco su violín para practicar un poco es lo que solía hacer durante su tiempo libre, comenzó a tocar una melodía de Yiruma a ella le encantaba ese pianista, más la canción llamada Maybe. Al estar tocando tenso mucho la cuerda que esta termino por romperse, provocando que parara de repente, miro la cuerda y le causo gracia. Pues últimamente eso le pasaba pero no se desanimó al contrario solo rio.

-Pero bueno...ya que, tendré que ir por una nueva cuerda nuevamente-Respiro de manera calmada mientras terminaba de guardar el violín en su estuche, Carol siempre intentaba ser positiva con su vida, siempre intentaba verle el lado bueno a todo. Tomo su mochila y sus llaves para salir del departamento, le tomaría caminar seis cuadras a la tienda de música, estaba por salir pero regreso por su patineta, amaba andar en ella cuando tenía oportunidad.

- ¿Saldrás nuevamente Carol?-

-Si...debo comprar nuevamente una cuerda que se reventó del violín, ya sabes el drama de estos últimos días-

-Creo que es una mala racha, ya se te pasara-

-Eso espero...me voy a quedar pobre si sigo comprando las cuerdas...Nos vemos en un rato-

-Si vete con cuidado, está empezando a ventear un poco...ponte esa sudadera-

-Si eso hare-

Al salir del edificio se puso su sudadera y el gorro, comenzó a rodar por la calle sobre la patineta, hasta que diviso la tienda. Era amiga del dueño pues siempre iba a esa tienda pues las demás quedaban lejos, y para ello debía tomar el metro, y ella odiaba hacerlo.

Abrió la puerta de la tienda y se percató que su amigo Jerry estaba embobado viendo a una chica que estaba sentada, Carol no era muy alta así que tuvo que brincar un poco para darle un zape a su amigo, al sentir el golpe se volteo molesto.

A TRAVEZ DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora