Al dia siguiente, por primera vez en mucho tiempo, me desperté antes que Hinami, por lo que decidí darle una sorpresa.
Rápidamente, preparé un completo desayuno: huevos, arroz, unas salchichas que corté en forma de pulpitos, como a mi hermanita le gusta y dos tazas de té verde, el suyo con mucho azúcar.Tras comprobar que todo estaba listo, asentí y me dirigí al cuarto de Hinami, a despertarla, pero, cuando me acerqué...
No estaba.
La puerta, abierta, la cama, deshecha, ella, no estaba.
Me recorrió un sudor frío. Entré en pánico.
Frenético, me puse a buscar en su habitación algo que me indicase qué había ocurrido, y lo encontré.
Bueno, más concretamente, me encontró.-Nee, Saito, hermano pervertido, ¡Que haces rebuscando en mi habitación idiota! (Empezó a caminar hacia mí enfadada, pero se sorprendió cuando de un salto me levanté y la abracé con fuerza).
-Hinami...(dije sollozando). Pensé que habías desaparecido, yo... cuando ví que no estabas...(dos lágrimas rodaron por mis mejillas). Me entró el pánico.
-Saito...(me rodeó con sus brazos). Solo había ido al baño...(apoyó su cabeza en mi hombro). Perdona por gritarte.
-Perdóname tú por fisgar sin tu permiso.(Me sequé las lágrimas y me separé de ella). Bueno... ¿desayunamos?. (Le dediqué una torpe sonrisa).
-¡Sí vamos, ya vi el desayuno de camino!.(Se le iluminó la mirada, noté una breve vacilación en su mirada, y me dió la mano, acto seguido, nos dirijimos juntos a la cocina).Una hora más tarde, ya estábamos los dos listos para asistir a nuestras respectivas clases, cuando Hinami se acercó a mí y me dijo con tono cómplice:
-Oye, Saito, yo esta tarde quedé un rato con mis amigas, por lo que la casa estará sola...(me guiña un ojo). Y si cuando llegue, aún está Akane... recordaré que hay que ir a comprar...
-(Me puse rojo hasta las cejas). Hermana pervertida, no voy a traer a Akane a casa, por lo menos aún no...
-(Se rió) Tampoco esperaba que lo hicieses tonto, me estaba metiendo contigo.
-Bueno, pero vuelve pronto eh, y cualquier cosa llámame, yo quedé para estudiar con Kobayashi y los demás.
-¿Irá Akane?
-Sí, irá, pero antes de que comentes nada, te recuerdo que yo soy quien hace la cena... (la miré con los ojos entrecerrados, le sonreí y le dije adiós con la mano, dejándola pensando en todos los platos que no le gustan podría hacer).Sonó el timbre por fin, hora de comer.
Al salir al pasillo, me encontré a Akane, que se dirigía a mi aula, y juntos nos fuimos a comer.
Cuando nos estábamos sentando, en un banco situado en una esquina del jardín, algo salió de repente de un seto, y pegué un gritito, cosa que hizo reír a Akane.
-Solo es un gato, Saito, no te comerá. (Comentó mientras se secaba una lágrima).
-No te rías, me sorprendió, nada más. (Abochornado, me acerqué al gato, y lo acaricié distraído) Oye, Akane, no te enfades por lo que voy a decirte pero, me siento igual que cuando no salíamos, es decir, no te veo como alguien diferente, sigues siendo tan genial como siempre a mis ojos.
- (Suspira abriendo su almuerzo). Me pasa lo mismo, pensé que me notaría distinta.
-¿Eso quiere decir que siempre estuvimos saliendo? (dije con una sonrisa)
-Eres tonto, Saito (se rió).
-Quizás un poco, Hinami también me lo dice a veces.
-(De repente se puso seria) Ven.
Con un poco de recelo me acerco a ella, me siento a su lado como me indicaba con la mano, y acto seguido, me besó.Tras unos segundos de sorpresa, le correspondí en el beso, me acerqué mas a ella y la tomé por la cintura, acercándola más a mí, disfrutando del suave terciopelo que formaban sus labios...
Hasta que me di cuenta de que tenía público.
Me separé un poco de Akane y se lo susurré al oído, y ella entre irritada y avergonzada escudriñó a su alrededor, hasta que vió sobresalir de un arbusto un pelo reconocible a kilómetros.
-Nomiya, serán doscientos yenes por el espectáculo.
Unas risas salieron del arbusto, y Nomiya, con su teñido pelo fucsia, se acercó a nosotros.
-Perdonad por molestaros chicos, se os veía... entretenidos, y no quería molestaros, por eso me escondí (Se le veía el arrepentimiento en la mirada). Por cierto, ¿como me descubristeis?
Le señalé el pelo, y ella nos miró sin comprender, y Akane y yo nos empezamos a reír, e instantes después, Nomiya se rió con nosotros.Después, los tres empezamos a comer, manteniendo una animada charla sobre los pelos que no valen para el espionaje.
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Te amo, onii-chan
RomanceHinami y Saito son unos hermanos como otros cualquiera: van a la escuela, van a sitios a comer, ven peliculas..., hasta que ese dia cambio sus vidas para siempre.