Capítulo 6

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-Buenas noches, Kobayashi (dije cuando este me abrió la puerta de su casa) ¿vamos a dar un paseo?
-Pues claro, Saitu
-¿Saitu?¿Has estado demasiado con Nomiya ultimamente?
-No, pero me dijo que a ella le pusiste un mote, cosa que a mi aún no me has hecho, te lo digo como un leve reproche, para que tras el "paseo" vayas pensando uno para mi. Por cierto, ¿como está Hinami?... (dijo ahora ya mostrando preocupación)
-Mejor de lo que podía haber sido, ahora duerme...
-Y tu... ¿cómo estás? (dijo con cuidado)
-Bueno... he estado mejor (dije mirando a los ojos a Kobayashi y sonriendo de lado, mientras las lágrimas me salían sin poder detenerlas más)

-¿Como los encontraremos? (me preguntó Kobayashi mientras caminábamos)
-Fácil, me hice pasar por una chica y les mandé un mensaje solicitando vernos esta noche en el parque, y los muy enfermos aceptaron sin saber siquiera quien era.
-¿Sabe esto Hinami? (Kobayashi formuló la pregunta intentando no mirarme, pero se le veía preocupado)
-No, no lo sabe, y es mejor así. Sabes que se enfadaría muchísimo. (suspiré) Sin embargo, aún sabiendo que le parecerá mal, tengo que hacerlo, tu me comprendes, ¿cierto Kobayashi?
-Por supuesto amigo, esos cabrones, deben sufrir por lo que hicieron. (me miró con una media sonrisa, a lo que yo sonreí también).

Bien visto, éramos dos locos en busca de venganza.

-Hola chicos, buenas noches, ¿que hacéis por aquí? (me dirigí a los chicos que apalearon a Hinami con una sonrisa) es muy tarde.
-Esperamos a una chica. (dijo orgulloso el teñido)
-¿Ah si? Que afortunados seríais si fuese una chica la que fuese a venir (dijo Kobayashi con sorna, a lo que yo me reí)
-¿Que quieres decir? (dijo el rubio)
-Pues que ninguna chica sufrirá más hoy por vuestra culpa. (dije fríamente, esta vez ya sin ocultar mi asco hacia ellos)
-No te metas donde no te llaman, esa lo andaba buscando, vivir con un supuesto hermano mayor sin padres a los que dar explicaciones, ¿quien se puede creer eso? fijo que es una puta que-. (dijo el teñido, pero antes de terminar la frase, el puño de Kobayashi había colisionado contra su nariz, partiéndosela)
-Dios, que asco, casi hubiese preferido acariciar una mierda de perro antes que tener la sangre de este en mi puño (comentó Kobayashi limpiandose a su camisa)
-¡¿Que cojones haces?! (dijo el teñido agarrándose la nariz mientras se retorcía como el gusano inmundo que era)

No nos dió tiempo a contestar, los otros dos se nos abalanzaron encima. Kobayashi se movía como pez en el agua, por algo es de los mejores luchadores de judo de la ciudad. Sin embargo, a mí me costaba más.

El rubio me lanzó un puñetazo directo a la cara, el cual esquivé sin dificultad debido a la distancia a la que nos encontrábamos. Sin embargo, el segundo, no conseguí esquivarlo lo suficiente, evitando un impacto contra mi boca, pero recibiendo un duro golpe en la ceja, de la que noté como un líquido emanaba. Será mejor que me limpie antes de volver o Hinami se enfadará más todavía. Mientras pensaba eso, conseguí acertar a dar una patada lateral, con tan buena suerte de que el rubio, al parecer inexperto en artes marciales o combate callejero, puso el brazo para defenderse de la patada, el cual partió como una ramita.
El rubio soltó un rugido y se abalanzó hacia mí con el otro brazo, el cual no pude esquivar. Al principio no noté nada, pero después sentí un dolor agudo, como comenzaba a hincharse y sangre. Me había partido el labio superior.
Me relamí la sangre y miré a mi contrincante.
Sonreí.

Con una agilidad que no tenía desde hacía años cuando aún entrenaba Hapkido, esquivé dando un paso en la misma dirección que la patada que me ofrecía mi rubio contrincante, así evitando casi toda la fuerza impresa en ese golpe, por lo que cuando atrapé su pierna solo la fricción la movía. Apoyé su tobillo en mi rodilla, y con todas mis fuerzas lancé el codo hacia abajo.

Al principio, solo se escuchó un leve crujido, después, un pequeño grito de dolor, sin embargo, me sorprendí cuando me dí cuenta de que el grito provenía de mí, y no del rubio, que se había desmayado.

Lo solté y me examiné, sorprendido al encontrar una pequeña navaja escondida en mi abdomen. Me reí. Miré a mi alrededor, descubriendo al teñido, con la cara ensangrentada mirando hacia mí y hacia la navaja, alternativamente. Intenté dar un paso hacia él, pero las fuerzas me fallaron, y caí en un plácido sueño del que no sabía si despertaría.

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2018 ⏰

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