Capítulo 3

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Sonó el timbre que marcaba la salida. Akane, Nomiya, Kobayashi y yo íbamos caminando juntos hacia la biblioteca municipal, con un par de horas de estudio en mente debido a la proximidad de los exámenes finales.

Durante el trayecto, Kobayashi no dejó de meterse con el nuevo color de pelo de Nomiya, pero esta, orgullosa, se mantuvo firme. Tanto Akane como yo nos reímos de las bromas de Kobayashi, lo que nos hacía sentirnos un poco mal por Nomiya, aunque ella parecía llevarlo bien.

Finalmente llegamos, pero cuando nos plantamos delante de la puerta, un cartel anunciaba el cierre por reformas. Yo recordé que Hinami hoy no estaría, y ofrecí mi casa como sustituto de la biblioteca, y todos estuvieron de acuerdo.

Media hora más tarde, estábamos sentados en mi salón, estudiando, y siendo ayudados por Nomiya. Pese a su carácter infantil y su apariencia alocada, era una persona muy inteligente, y siempre acabábamos recurriendo a ella para que nos explicase lo que no entendíamos. Kobayashi, a menudo le hechaba alguna que otra mirada a Nomiya, que, siendo sinceros, era muy guapa, y a pesar de las bromas sobre su pelo que todos hacíamos, lo cierto era que le favorecía.

Estaba yo absorto en mis pensamientos, observando a Nomiya, cuando me di cuenta de que todos me miraban expectantes.
-Perdonad, ¿que decíais?
-Saito-kun, me parece bien que te quedes mudo ante mi belleza, pero Akane se podría celar (Nomiya sonrió y miró a Akane, la cual se sonrojaba).
-E-eso no es verdad... (Akane se puso roja como un tomate). bueno, un poco si... (murmuró)
-JAJAJAJA (se empezó a reir Kobayashi) eres todo un casanova, Saito.
-Cállate, baka (dije mientras me sonrojaba) ahora en serio, ¿qué me decíais antes?
-Te preguntábamos si nos podemos quedar a cenar contigo y con Hinami-chan, y así estudiamos más tiempo (dijo Akane mientras me sonreía).
-Ah, por supuesto, voy a ver qué os puedo ofrecer... (dije mientras me levantaba para ir a la cocina).
-Gracias, Saito-kun (me guiñó un ojo Nomiya y sonrió, y noté como Akane fruncía levemente el cejo)

Decidí huir a la cocina, y mientras buscaba algo para cenar, llegó Hinami.

-¡Buenas tardes, onii-chan! ¿Qué cenaremos hoy? (vió a mis amigos y se sonrojó levemente) Ho-hola, buenas tardes. (casi corrió a la cocina a junto mía) Saito, ¿se quedarán a cenar con nosotros?
-Sí, ¿por qué?
-Ah, por nada, por nada (un amago de sonrisa apareció en sus labios, pero rápidamente se esfumó) y luego, tenemos que hablar, a solas...
-Desde luego, ¿te ocurre algo? (la miré preocupada)
-No, no te preocupes, tú haz curry para cenar, me apetece hoy (me da un rápido beso en la mejilla y se va a su habitación, donde la escucho revolver entre sus cosas, y corriendo vuelve a la sala, con mis amigos)

Yo me quedé haciendo curry, aunque un poco preocupado por lo de hablar con Hinami, solo me pedía hablar de esa forma cuando algo la preocupaba.

Una hora más tarde, estábamos todos cenando y riendo, bueno, más bien ellos reían y yo lo aguantaba todo, rojo como un tomate, ya que lo que Hinami rebuscara era un álbum de fotos mías desde pequeño, donde parecía que sólo habían sido puestas fotos vergonzosas mías. Sospechaba que Hinami lo había hecho para ocasiones como esta, por lo que me decidí a vengarme por esta jugarreta, pero mientras pensaba en cinco maneras distintas de llevar a cabo mi venganza contra ella, Akane me tocó el hombro.
-Saito, nosotros nos tenemos que ir, ya es tarde, y gracias por la comida, estaba deliciosa (me dió un beso en la comisura de los labios porque estaban Hinami y nuestros amigos delante)
-Eso eso, nosotros nos vamos ya, que yo aún tengo que hacer el trabajo de historia (suspiró Kobayashi)
-Eso te pasa por vago (suspiró Nomiya) pero es cierto, la cena estaba riquísima, si cocinas así, no me importaría hacerte mi hombre (rió, y al ver las miradas de Akane y Kobayashi rápidamente agachó la cabeza roja) es broma hombre, no os lo toméis tan en serio, ah, y me encantaron esas fotos, Hinami-chan.
-Tengo más, venid cuando queráis (dijo mi hermanita con un tono Maquiavélico)
-Gracias chicos, cuidado en el camino de vuelta, volved cuando queráis.

Instantes después, nos quedamos Hinami y yo solos en casa, y sabía lo que venía ahora, lo que me llevaba rondando toda la cena por la cabeza.

-Saito, verás, tenemos que hablar. (me dijo seria Hinami)

Te amo, onii-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora