Capítulo 4

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Hinami me guió hasta el salón y me indicó que me sentase en el sofá, y acto seguido lo hizo ella. Yo me senté a su lado.
-¿De que querias hablar, Hinami? (le dije dejando notar mi preocupación).
-Sobre lo de esta mañana... (se puso tensa y desvió la mirada).
-Esta... ¿mañana?
-Si, cuando no me encontrabas... (se revolvió en su sitio)
-Ah ya veo, sobre eso. (Me pasé una mano por el pelo). Cuéntame, ¿que te preocupa?
-¿Porque llorabas tanto y parecías tan desesperado? (se sonrojó levemente) ¿tanto... te importo?.
-Me importas eso y más, Hinami, eres lo más importante que tengo en esta vida. Tú eres mi única familia, lo eres todo para mí, por eso perderte me parece mi peor pesadilla...
-Saito... (me mira con ojos llorosos y me da la mano) gracias...
-Gracias a ti peque (sonreí y la abracé, y tras un segundo de sorpresa, me correspondió)
-Eres el mejor onii-chan, te quiero.
-Yo también te quiero Hinami (le di un beso en la frente) y ahora a dormir, que ya es tarde y mañana hay clase.
-Siiii señor (se burla de mi volviendo a su actitud de siempre) mañana te despertaré mas fuerte (sonrie)
-Atrévete baka (me río y me levanto). Hasta mañana Hinami, descansa.
-Tú también Saito (se marcha a su habitación)

Yo, tras escuchar su puerta cerrarse, suspiré pensando en todas las emociones de ese día, y me di cuenta de lo cansado que estaba, por lo que me fuí directo a mi cama.

Al día siguiente, lo primero que sentí fue un cuerpo caer de golpe sobre el mío.
-¡Buenos días onii-chan, es hora de levantarseee!
-Hinami baka, no me despiertes así (sonríe y le acaricia la cabeza) buenos días.
-Hoy te tengo preparada una sorpresa (me dijo incapaz de contener la emoción) ven ven.
-Te sigo.

Lo que me encontré me sorprendió gratamente. Había un desayuno bastante completo sobre la mesa, y Hinami tenía una mirada inquisitiva dirigida a mí.

-¿Esto lo preparaste tu?
-Sí, ¿está mal? (se le ve la duda en la mirada)
-No Hinami, es genial, estoy sorprendido, muchas gracias.
-(Se le iluminó la mirada) Si ya lo sabía yo, todo lo que hago es perfecto (sonrió)
-(me reí también) Bueno, pues no se diga más, que aprovecheee (corrí a sentarme y espere a Hinami para empezar).

-Oye Hinami... (dije mientras dejaba la taza) ¿porque se te dió por hacer hoy el desayuno?
-Queria darte una sorpresa.
-Y... ¿Por qué? (la miré)
-¿Eres estúpido? Hoy es tu cumpleaños. (me miró como si fuese idiota) Felicidades, Saito.

Era verdad, se me había olvidado.Hoy cumplo diecisiete, lo que quiere decir que Hinami cumplirá quince y por lo tanto, el año que viene iremos juntos al instituto.

-Saito, ¿me pasas de una vez el té? (me miraba molesta)
-Sabes Hinami, tengo muchas ganas de que empiece el curso que viene. (le dije mientras le pasaba el té)
-¿Por qué?
-Porque el año que viene iremos juntos al instituto, y lo hechaba de menos, como en el colegio. (sonreí nostálgico)
-Saito eres un idiota (dijo sonrojada Hinami)
-Idiota tú, ahora preparémonos o llegaremos tarde (dije recojiendo la mesa)

Ya en clase, nuestro tutor nos mandó reorganizar los asientos, porque tal como estábamos armábamos demasiado alboroto, aunque me da la sensación de que la mitad de ese alboroto lo causaba Nomiya.
-Saituuu (me dijo Nomiya en ese instante mientras me abrazaba el brazo) habla conmigo, me aburro.
-Nomiya, debes atender.
-Saito eres un aburrido. (de repente se puso seria) y sigo sin comprender por que a Kabayashi y a mí nos sigues llamando por el apellido.
-La costumbre. (sonreí) Además, me gusta tu apellido, es bonito.
-Gracias, pero no sigas o me conquistarás. (sonrió y me guiñó un ojo) Pero podrías ponerme aunque sea un mote cariñoso, así de amigos, como yo cuando te llamo Saitu, o como cuando llamo Koshi a Kobayashi. (De repente se sobresaltó) Ahora que lo pienso, todos llamamos a Kobayashi por su apellido.
-¿Ves? Es la costumbre (sonreí triunfante y le dí con un dedo en el lóbulo de la oreja).
-¡Au! Saitu eres un tonto. (Puso pucheros).
-Perdona, pero ahora que seremos compañeros... tendrás que hacerme más caso, por lo menos cuando te diga que nos van a regañar, porque mira, ahí viene la bronca Noyi.
-(Se le iluminó la mirada) ¡Saitu me has puesto un mote!
-¡Guarden silencio ustedes dos! (nos gritó el tutor).
-Siii (dijimos al unísono).

Te amo, onii-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora