Una llamada fue atendida a las dos de la tarde, una voz retenida y distante se dejó escuchar, el corazón de Jaebum sintió congelarse pero con una bocanada de aire su voz correspondió a JinYoung quién esperaba que hablara.
-Quiero que nos vemos, necesito hablarte-.
Jeabum se sentía bastante avergonzado, desde que despertó esa mañana venía preparando un discurso explicando todo lo que estuvo reflexionando para al final terminar diciendo seis palabras sueltas, deseaba que JinYoung accediera.
Por su parte JinYoung aún se debatía si estaba preparado para lo que vendría, moría de sólo pensar en verlo, en intentar hablar, de caminar a su lado, si bien seguía sin superar aquel beso no pudo detener a su imaginación, no pudo evitar pensar que al verlo lo primero en querer hacer es degustar sus labios, que Jeabum lo envuelva entre sus brazos y que el aroma a frutos secos se le impregne en la piel para llevarlo con él toda la vida.
- A las siete frente al bar-.
Quería con desesperación cortar la llamada, su cuerpo temblaba no permitiéndole tener control de su voz, de como formar una oración decente, de planear lo que realmente quería decir, tenía mucho que ensayar.
El paso de las horas consumía a ambos chicos, les hacía sentir cosquillas en todo el cuerpo, que sus piernas no se cansaran de ir y venir por los pasillos de sus casas, que los suspiros se desvanezcan y los cabellos sean revueltos a cada segundo, una ducha fría paralizó la ansiedad por un corto tiempo, asegurarse que todo esté en orden logró que los últimos veinte minutos se consumieran más rápido pero la inseguridad en ambos no disminuyó en ningún momento.
El sol mantiene caliente las calles y cuando las nubes se atreven a ocultarlo, el viento se desata por un breve segundo para sacudir los corazones de algunos y dar un respiro de los rayos del sol a otros, ni bien Jeabum sintió la brisa del atardecer un sentimiento de tranquilidad se instauró en el preciso momento en que JinYoung invadió su campo visual y supo que era ahora o nunca, era inhalar tanto como pueda, adelantarse, no permitir que JinYoung hable y dejar que su cuerpo actuara, hacer lo que tuvo que hacer aquella madrugada.
JinYoung no fue capaz de siquiera levantar la vista y decir hola porque sus labios recibieron los suaves labios de Im Jeabum, recibió un dulzor invadir su boca, tanto para volverlo adicto, tanto para seguir consumiendo y no cansarse nunca, de no tener la fuerza para separarse aunque ansiaba ver los ojos de Jaebum, de acariciar su rostro y dejar escapar su felicidad a través de una sonrisa enorme y unas cuantas lágrimas juguetonas, y claramente infaltable el en dejar descansar su rostro sobre el hombro de Jaebum, sabiendo que van a tener tiempo suficiente para compartir sus sentimientos, más allá de los fines de semana.
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Amigo ocasional. BNior
FanfictionJaebum necesita contemplar el cielo para poder despistar de su mente a Park JinYoung.