Sólo mía. [Kirinon]

DESCANSO

[En el capítulo anterior]

Kazuto miraba ruborizado a Asada. Adoraba verla sonreír de esa manera, y se notaba que no era el único.
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El profesor les indicó que ya era hora de que fueran a sus habitaciones. Todas las chicas dormirían en una habitación y todos los chicos en otra.

Cuando entraron todos a las habitaciones, los chicos dejaron las maletas sin importarles nada, y algo parecido pasó con las chicas. Al parecer sus respectivos novios o amigos las esperaban en la puerta, y casi todas salieron de inmediato, aunque todas habían elegido sus camas, dejando a Asada con la última, la única que estaba sola.

La verdad tampoco es que fuera lo peor, de hecho lo preferia a estar con alguien que le resultara molesto.

Apoyó la maleta en su cama y ordenó todo un poco. Sacó sus libros, sus cascos y su reproductor de música y guardó algo de comida en el cajón de su mesita de noche correspondida.

Desde fuera, dos curiosos chicos la observaban mientras esperaban por ella.

Momentos después, la chica salió, se encontró con ellos y bajaron a que los maestros les explicaran las normas.

Lo único que les explicaron fueron las normas de las habitaciones, al fin y al cabo, se graduarían pronto, ya podían ser independientes y aprovechar estos días como prefirieran.

H: Y bien? Donde vamos ahora chicos?? - Dijo Hajime entusiasmado.

K: Yo no iré a ningún sitio, estoy algo cansado del viaje y prefiero descansar.

S: Lo mismo digo. Que os parece si mañana vamos a la playa? Por hoy prefiero descansar. -dijo Asada con una cálida sonrisa.

Asada se despidió momentáneamente de ellos y entró a la habitación. Esta estaba abarrotada de chicas, tanto de su instituto como el de Kazuto. Todas armando escandalo y moviéndose de aquí para allá.

Este era un clima muy incómodo para Asada para descansar, así que decidió salir de allí y buscar algún lugar calmado de entre los grandes jardines del lujoso hotel.

Cojió uno de sus libros, su reproductor de música y sus cascos, los metió en un pequeño pero cómodo bolsito y salió de la habitación. Casi todas las chicas miraban raro a Asada, pero eso era algo que a ella no le importaba.

Caminaba entre los frondosos jardines y le pesaban los ojos, se sentía realmente cansada. Hubiera sido buena idea dormir en una cama, pero con aquel escandalo no dormía ni un sordo.

Encontró un pequeño refujio entre toda la vejetación. Habia un banco y una mesita, y estaban rodeados de sakuras por todos lados.

La chica admiraba todo con curiosidad, como si fuera una niña. Al fin y al cabo nunca perdemos al niño que hay dentro de nosotros, no?

La chica se sentó en el banco y se recostó un poco, sentándose de manera cómoda. Así de cansada estaba que se quedó dormida bajo los los preciosos cerezos que la cubrían y protegían. Por un momento se acordó de Kazuto al sentir este cobijo.