5

9.4K 1.1K 233
                                    

La profesora Byul tapó su boca sorprendida ante el trabajo hecho por la pareja formada por su adorado alumno Park Jimin y...su menos adorado, Jeon Jungkook.

Era perfecto.

Todo, en general, su trabajo era comparable al que hubiese podido hacer un adulto.

—¿Quien...quien ha hecho la disección? Jungkook, has sido tú, ¿verdad? -dijo mirándole a los ojos.

He sido yo. -dijo Jimin alegre. - Jungkookie ha hecho el dibujo. Dibuja muy bien, ¿a que si?

La mujer miró por, al menos quinta vez, aquel dibujo nombrando cada órgano, músculo y hueso del pequeño ratoncito perfectamente diseccionado.

—Sí, sí...y tú...tú cortas muy bien, Jimin...

—¡Gracias, señorita! -dijo mostrando una alegre sonrisa - ¿Cree que podemos ganar ese punto?

Byul miraba confundida a Jimin, algo mareada.

—Sí...por supuesto, Jimin. Habeis sido los mejores con diferencia.

—¡Genial!

Jimin abrazó a Jungkook, tomándolo totalmente por sorpresa.

Aquella sensación era algo totalmente para Jungkook.

Jimin se separó enseguida de él, sin borrar su radiante sonrisa ni un segundo.

—Deberíamos trabajar siempre juntos, ¿no crees, Jungkookie?

Jungkook iba a responder cuando el señor Mordisquitos comenzó a hacer ruido en su jaula, alarmando a Jimin, quien fue corriendo a por él para tomarlo en brazos y acariciarlo suavemente.

—Conejito lindo, tranquilo, ya estoy aquí, shh, shh...

Jimin besó el blanco pelaje de aquel conejo y siguió acariciándolo.

Jungkook miraba con repulsión a la criatura.

—No sé como puedes besar tal cosa. Es repugnante.

Jimin lo miró triste.

—¿Por qué odias tanto a los conejos? Vivimos con ellos, son nuestros mejores amigos, y son bonitos.

Jungkook torció su boca.

—Quizás por esas mismas razones.

Jimin dejó a Mordisquitos de nuevo en su jaula, no sin antes darle una zanahoria.

La campana que señalaba el final del día sonó y Jungkook se marchó el primero de clase, sin ni si quiera despedirse de Jimin, lo cual entristeció al alegre pequeño.

Jungkook volvía a su casa caminando entre la maleza del campo.

Se encontraba un maldito conejo cada dos pasos, saltando alegremente por ahí, reproduciéndose, comiéndose las verduras de la huerta.

Eran una plaga, y sólo Jungkook parecía darse cuenta de ello en aquel pueblo que vivía de aquellos animales.

Había notablemente más conejos que personas.

"Aunque la mitad desapareciesen o muriesen, no pasaría nada en absoluto" pensó Jungkook antes de pasar de largo tras ver a un conejo agonizando por haber quedado atrapado entre unas zarzas.





Jump, little bunny《Kookmin/Jikook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora