Dos días después, él fue a pedir la mano de ella.
Ella se aferró a su brazo con todas sus fuerzas temiendo la respuesta de sus padres.
Y su miedo estaba justificado.
Cuando su padre se negó sin ningún rastro de duda, ella supo que dijera lo que dijese Catriel, ella jamás podría estar con él.
Abandonando todas sus esperanzas dio un paso al frente.
La mano de su madre se estrelló en su mejilla.
Y ella con el dolor de su alma lo aceptó.
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¿Estaremos Juntos?
Short StoryCuando el profesor Catriel entró aquel día por la puerta, tal vez habría sido mejor que Ania no lo hubiera mirado y tal vez habría sido lo correcto que él no se percatara de la presencia de la joven. Pero el destino es caprichoso. Y siendo el joven...