Capítulo 30: ¿Feliz año nuevo?

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Diciembre 31, 11:50 p.m.

Estaba sentada en el balcón de mi hotel, la vista no era la mejor pero miraba los pocos carros que pasaban y una parte de la ciudad encendida. Tenía solamente una copa de vino que había pedido al room service. Sólo eso. Mi única compañía de año nuevo sería una copa y la televisión de la habitación que había prendido con música.

Yo me había buscado todo ésto, y lo sabía. Nadie en el mundo lo merecía más que yo.

Suspiré al beber un poco de lo que nunca me había atrevido a tomar en exceso, pero esa noche lo haría, no quería recordar nada por una noche al menos. Y funcionó, porque después de unas copas no recuerdo nada.

Al día siguiente la ventana del balcón seguía abierta dejando entrar la luz del sol. Miré la televisión que seguía encendida y la hora que marcaba era las once cincuenta y cinco.

Era primero de enero, un nuevo año, y yo estaba hecha un asco. Ahora más que nunca me sentía en una soledad profunda, y admito que hasta un poco de depresión me estaba llegando.

Me levanté con sólo un ojo entre abierto y la mano en la cabeza. Me metí en la ducha y salí con una simple pijama para después pedir room service, con algo para desayunar. Estaba hambrienta. La señora de servicio pasó y me puso todo sobre una pequeña mesita de noche. Le dí una propina y se fue después de sonreírme y desearme un feliz año.

Puse el canal de noticias, estaba cansada de buscar una película que fuera de mi agrado, cuando de pronto...

"-¿ESTRENA NUEVO ROMANCE? -hace la pregunta el conductor-. Todos sabemos del reciente amor acabado de James Maslow, primer día del año y el chico ya está dando de qué hablar. Se le vió el día de hoy saliendo de un bar muy reconocido de la ciudad con una nueva chica detrás de él, el magnate y heredero de la fortuna Maslow está demostrando qué ya olvidó por completo a la hija del difunto Robert... Por cierto, ¿Dónde está ella?".

Apagué la tele rabiosa. ¿De verdad que James tenía una nueva conquista? Y si es así, ¿No que me amaba tanto?... Aunque, tampoco puedo culparlo, sé que no le gusta la soledad, y que, además es libre, no tiene porque guardarme ningún tipo de ''luto''.

Así estaba comenzando el año, en pijama, en la cama de un hotel, sola, acompañada solamente de una duda que rondaba mi cabeza... ¿Será verdad que James ya me olvidó?

Admito que estaba demasiado celosa del solo hecho de pensar que mi chico puede besar a otra mujer que no sea yo. Era demasiado, no podría soportarlo, por eso mejor decidí cambiarme por algo mas sport y salir a correr un poco. Ya estando en el parque dando unas vueltas por la orilla del mismo, el aire helado me pegaba en la cara haciéndome estremecer. Después de unas vueltas, decidí volver al hotel de nuevo con mi soledad. Nadie estaba en calle antes del medio día, admito que todo esto solo me hacía sentir peor, admito que siento que estando con James las cosas fueran muy diferentes justo en este preciso momento. Tal vez aún estaríamos en cama por el cansancio de ir a festejar que terminamos el año juntos en un bar, o tal vez en otro país o ciudad, despertando después de ver lo fuegos artificiales y cerrar e iniciar el año con un beso tan largo tanto el aire de nuestros pulmones lo permitieran. Sí, sí me arrepentía, pero ahora ¿qué más da? Él seguro con todo lo que dicen en televisión, está contento con su nueva ''conquista'', y si así fuera, entonces está en todo su derecho.

Tantas cosas me invadían mientras yo miraba por el balcón de la habitación de mi hotel como pasaban dos personas cada cinco minutos, la ciudad se veía muy sola, demasiado para ser tan transcurrida todos los días del año.  No sabía que más hacer, el día corría lento y en la mayoría de los lugares era asueto o cerraban temprano, así que decidí dejar caer mi cuerpo en la cama y ver películas por lo que restaba del día.

Se llegó la noche y entonces me ví en el espejo, tenía demasiado odio en mis ojos, parecía que era otra persona, no era yo, no era como mis padres me habían educado. No era la chica dulce y buena a la cual su viejo todas las noches le decía que estaba orgulloso, y eso me lastimaba. Me lastimaba el creer que no estaba siendo lo que ellos querían que fuera. Que estúpido, ¿no? Creer que haces algo bien pero entonces darte cuenta muy tarde que no eres lo que esperaban de ti. Que cuando estás haciendo lo que tanto querías te das cuenta que no era lo que realmente deseabas. Y ya ni siquiera sé que estoy diciendo, solo que caí en una profunda soledad por no poder estar con James el primer día del año, sentirme pésimo por haberlo abandonado y darme cuenta que lo que realmente quiero no son todos los millones que Robert se había ya gastado. Todo eso realmente trajo algo bueno, James era el final feliz, y yo sólo lo arruiné, y ahora estoy como estúpida frente aun espejo de rodillas llorando. Llorando por lo que pudo haber sido y no es por mi maldito rencor, sin saber que esperar de mi misma, o que hacer ahora que todo lo que quiero está en San Francisco...

Mi propiedad. |James Maslow|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora