Sólo si eso es lo que quieres {Yoongi x Tu} Terminada ✓

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La obra de teatro tuvo muchísimo éxito y junto con el director habían decidido que recorrerían el país con ella. La última función acababa de terminar, te disponías a volver a casa, estabas demasiado cansada y querías llenar una copa con el mejor vino que tenías, llenar la tina con agua tibia, sales de baño y espuma, y tomar un largo baño rodeada de velas aromáticas y música suave de fondo. Al salir, lo encontraste de pie esperándote.

-¿Tienes algo pensado para esta noche?

Todos tus planes estaban a punto de irse por la borda, pero ¿Qué más daba? No podías negarte a pasar una noche con él.

-Mh... Déjame pensar – Dijiste mientras te acercabas a él, odiaba que hicieras eso, las vueltas no eran algo que él se tomara del todo bien.

-Si tienes que pensarlo tanto mejor me voy. – Estaba volteándose para irse.

-Contigo no se pueden hacer bromas.

-Ya sabes como soy, no me gustan las bromas y menos cuando son sin sentido.

-Pero siempre te ríes de las bromas de Hobi.

-¿Es enserio?

-No son celos, pero quisiera que te rías conmigo como lo haces con él.

-JA JA JA.... ¿Contenta?

-¡Ay ya! Vayámonos de aquí

De camino a casa ninguno de los dos hablo, ya no se sentían incomodos los silencios entre ustedes, ninguno de los dos era de muchas palabras, aunque cuando discutían no había quien los pare.

Estabas recostada en el sillón mientras él estaba en la cocina preparando unas sabrosísimas brochetas de cerdo, ya las había preparado en alguna otra ocasión y ese día después de muchas veces que le rogaste, accedió a prepararlas. Te acercaste a la cocina, serviste dos copas de vino blanco, el más dulce que tenías y le entregaste una a él.

-El vino y tú no son una buena combinación.

-Hasta donde puedo recordar, eso termina beneficiándote a ti.

-¿Qué te parece si demuestras que tan beneficiado puedo salir con eso? – Comenzó a decir al tiempo que caminaba hacia ti, haciéndote retroceder lentamente, pero te chocaste contra la mesada. –Podríamos empezar ahora mismo. - Echaste tu cabeza hacia atrás, y reíste fuertemente.

– Que mal chef eres, se va a quemar el cerdo si sigues sin prestarle atención. – Extendió su brazo y apago el fuego.

-Puedo seguir con eso luego.

Se pegó tanto a ti que podías sentir el calor de su cuerpo, incluso con la ropa interponiéndose, tomó tu rostro con ambas manos y esta vez el beso no fue para nada suave, tomaste sus caderas respondiendo con la misma pasión, lo atraías más y más a ti, deslizo sus manos por todo tu cuerpo, te tomo de las piernas y te sentó sobre la mesada, tu vestido se había subido y tu piel se estremeció al sentir el frio tacto del mármol, eso te excito aún más, recorrías toda su espalda frenéticamente al tiempo que besabas su cuello y el metía sus manos dentro de tu vestido e intentaba desabrochar tu sujetador.

-Está al frente. – Dijiste entre respiraciones cortadas.

Sentiste que tu cabeza daba vueltas y esta vez no era por el vino. Logró liberar tus pechos y bajó el cierre del vestido dejándolos a la vista, bajo a ellos dejándote pequeños besos en el camino y comenzó a besarlos salvajemente, lo rodeaste con tus piernas y lo atrajiste fuertemente hacia ti, sentiste la dureza de su pasión presionándote, soltaste un gemido, el cual quedó ahogado en un salvaje beso, entre delirios oíste su celular sonando, -No atiendas, déjalo sonar. – Dijiste, pero siguió sonando, quien sea que este llamando en ese momento no se rendía.
-¡Maldita sea! – Exclamó al tiempo que te soltaba y metía su mano en el bolsillo para agarrar su celular, te pusiste de pie y comenzaste a arreglar tu ropa, acomodaste tu cabello, viste que su expresión se volvía seria, algo había sucedido, corto el teléfono.

-Mike, mi asistente acaba de tener un accidente, debo ir al hospital. – Te dio un beso algo apurado y dijo – Esto no se terminó acá.

-Mañana me voy de la ciudad, así que confórmate con eso por un tiempo.

-Existen las comunicaciones telefónicas para eso. – Dijo al tiempo que salía por la puerta.