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Estabas sentada delante del televisor mirando una película y comiendo toda clase de chatarras, te habías pasado todo el día haciendo lo mismo, los viernes eran tu día, nadie tenía permiso de molestarte, si el timbre sonaba simplemente subías el volumen y que se vaya al diablo quien sea que esté del otro lado de la puerta. Pero ese día no podías concentrarte en nada, solo podías pensar en lo que pasaría al día siguiente, la exposición de tu amiga y "¿Qué sucedió con la invitación a Yoongi?" pensabas, él dijo que le gustaban las fotografías, pero no dijo explícitamente que iría contigo, ni tampoco se había comunicado para preguntar cuándo y a qué hora era, pero no pensabas rebajarte a mandarle un mensaje diciéndoselo, así que te fuiste a dormir maldiciendo en su nombre.

Eran las 19:00hs y ya estabas lista para salir así que tomaste lo que debías y abriste la puerta. ¿Qué era lo que veías justo frente a tus ojos? ¿Era real?... Si, en efecto lo era. Min Yoongi se encontraba parado a pocos metros de ti con ¿Un ramo de flores? No, eso era demasiado cliché para él, lo que sostenía con ambas manos no era un ramo, era ¿Una lámpara? Si, ese era su estilo, original y sin nada de romanticismo, al menos no del que se ve en las películas, pero por ahora lo que más te importaba no era la lámpara ni su originalidad, sino el que estuviera ahí, así que caminaste unos pasos y le preguntaste.

– ¿Qué haces aquí? – ¡Mierda! Sonaste enfadada, pero lo que querías expresar en realidad era sorpresa.

-Hasta donde recuerdo tú me dijiste que vaya contigo – hizo una leve pausa y te observo - se supone que en las citas suelen regalarse flores pero me parece demasiado inútil, así que traje esto. - Extendió sus brazos para entregártela.

¿Era una cita? Al observar la lámpara de cerca no pudiste evitar enamorarte de ella, era tan hermosa. La pantalla era de una fina y traslúcida tela azul nocturno, estabas segura de que al encenderla parecería ser una pequeña recreación de un bosque mágico, desde la base hasta el final un bronce avejentado fingía ser el tronco de un árbol, abrazado por unas finas ramas, las cuales sostenían una hermosa mariposa tallada en ¿Jade? Tu mente se nubló, ¿Realmente quería decir lo que vos creías?, hasta donde sabías cuando una persona le regalaba una mariposa de jade a otra, era para obtener ¿Su amor?, la curiosidad te gano, en momentos asi tu interés por la simbologia de las distintas culturas al rededor del mundo se tornaba en tu contra.

-¿Esto es jade? - Preguntaste mirándolo directo a los ojos.

–Si. – Respondió, sonó algo extraño, cauteloso, con nerviosismo y lo supiste, no necesitabas hacer más preguntas, de todas formas seguramente lo negaría, sabias que era tan orgulloso como tú, pero aún había algo que sí debía responder.

-¿Cómo supiste cuando y a qué hora venir si no hablamos de eso? - Esa sonrisa volvió a surgir de sus labios.

-Internet, no tenía intenciones de preguntártelo a ti, así que recurrí esa magia. - Dejaste escapar una risa irónica.

–Voy a darle electricidad a la lámpara.

Esas fotografías eran hermosas, había valido la pena insistirle a tu amiga, en parte también porque gracias a eso estabas en una cita con el hombre que te volvía absolutamente loca. Pero estabas confundida, no sabías si realmente querías eso, si estabas preparada para llevar una relación adelante

-El piano es algo mágico, ¿No crees? - Estaban detenidos frente a una hermosa imagen que capturaba la esencia de un pianista dejando fluir su alma junto a la música.

-Siempre quise aprender a tocarlo - Sentiste que su mirada se clavó en ti.

-Puedo enseñarte. - Dijo casi en un susurro, no lo podías creer, siempre pensaste que el piano era para románticos empedernidos y por eso te negabas a aprender, ¿Cómo era que alguien como él supiera tocarlo?

-¿Tu sabes tocar piano? - Peguntaste incrédula, y tu tono debió ofenderlo porque siguió observando las fotografías sin responder.

De regreso a casa estabas sumida en tus pensamientos, caminabas sin mirar el camino y por eso fue que tropezaste con una roca y rompiste tu tacón, el enfado se apodero de ti, te quitaste los zapatos y lo arrojaste lejos.

-¿Estás loca? - Preguntó él con un tono sereno, suspiraste fuertemente.

-Sigamos. - Exclamaste, pero cuando ibas a comenzar a caminar nuevamente sentiste su mano tomándote del brazo, todo tu cuerpo se agitó, tu corazón parecía estar a punto de salir corriendo, y en el momento más inoportuno para tu salud mental, esa voz ronca habló

– Espera. - Cuando te volteaste estaba quitándose el calzado.

-Y la loca soy yo, ¿Qué haces? - Colocó sus zapatos delante de tus pies descalzos.

- No pienses que voy a cargarte en mi espalda hasta tu casa y no debería dejar que camines descalza en la calle, así que póntelos y no digas nada. - No tenías opción, para ti era una idiotez pero no parecía ser una persona con la que se podía discutir cuando tomaba una decisión, así que preferiste dejarlo pasar por una única vez, aunque al mismo tiempo sentiste que tu corazón dejaba de intentar huir y se derretía poco a poco, "una primera cita para nada normal", ese era tu estilo. Y sí, "primera cita" pensaste, porque en ese momento te diste cuenta de que no querías seguir huyendo.

Sólo si eso es lo que quieres {Yoongi x Tu} Terminada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora