Sólo si eso es lo que quieres {Yoongi x Tu} Terminada ✓

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Uno de los clientes de Yoongi daría una fiesta para estrenar la nueva decoración de su casa y le dijo a él y a Mike que llevasen a quien ellos quisieran, así que su asistente iría con su novio y él te invito a ti. Era la primera vez que irían a una fiesta como esa juntos, aceptaste sin pensarlo demasiado.

Se acercaba la hora en la que pasaría por ti y ya estabas casi lista, un vestido no muy formal, pero tampoco demasiado provocativo, solo lo justo y necesario, en un tono gris topo y detalles en plata, unos zapatos verde esmeralda que combinaban con una delicada pulsera, llevabas el cabello recogido, dejando escapar algunos mechones. Sonó el timbre.

-Tan puntual como siempre. -Pensaste mientras te acercabas a la puerta y al abrirla lo encontraste justo frente ti, estaba tan hermoso, todo vestido de negro, haciendo contraste con su piel pálida y resaltando el verde menta de su cabello, te miraba de una forma misteriosa de arriba abajo, pensaste en si habías elegido el vestido incorrecto.

-Pensándolo mejor, si no vamos nadie va a notarlo. -Dijo acercándose a ti.

-Si no vamos, todos lo notaran, gracias a ti es esta fiesta y seguro que el Sr. Lee tiene planeado un gran discurso en tu nombre, debemos ir.

-El perfume que te pusiste hoy... puedo enviarle un mensaje y decirle que ocurrió algo de improviso y que lo lamento mucho pero que no podré asistir.

-¿Mentirle? ¿En serio? ¿Cuántos años tienes? Debemos ir, seguramente habrá mucha gente interesada en hablar contigo.

-No me faltan clientes y si tan interesados están pueden comunicarse conmigo luego.

-Min Yoon Gi.

-Okey, okey. Pero te falta algo.

-¿Qué? -Preguntaste mientras te veías y pensabas que era lo que te faltaba. Se acercó rodeándote, quedando detrás de ti, pasó sus manos por tu cuello desnudo y sentiste como dejaba caer algo frio sobre tu piel, pasaste tu mano buscando que era lo que habías sentido y te encontraste con una delicada cadenita plateada, de ella colgaba un dije, era una pequeña mariposa de jade con un hermoso brillante en el centro, fuiste hacia el espejo más cercano y observaste como lucía en ti, de pronto él apareció detrás de ti en el espejo, te abrazo al nivel de tu cintura y poso su mentón en tu hombro.

-Estas perfecta ahora.

-Si sigues regalándome mariposas de jade no podrás deshacerte nunca de mí.

-Siempre supiste lo que significaba. -Dijo acariciando tu cuello con la punta de su nariz.

-Pero tenía miedo de que solo sea mi imaginación.

-Tu imaginación no estaba equivocada.

Estaban mirándose fijamente a los ojos a través del espejo.

-Llegaremos tarde si no nos vamos ahora.

Llegaron a la enorme mansión y apenas entraron comenzaron las presentaciones, todo el mundo se acercaba a él para hablar de su trabajo y lo emocionados que estaban por que aceptara ser su diseñador también. Todas las miradas estaban puestas en ustedes y lo notaste. La noche pasó entre charlas de trabajo, halagos y algunas copas de vino, se disponían a volver a tu casa, estaban agotados de tanto hablar con gente desconocida, ninguno de los dos era muy sociable y esas horas rodeados de gente se habían hecho eternas. Tomaron el primer taxi, tenías algo de sueño así que apoyaste tu cabeza sobre su hombro y te adormeciste durante el viaje.

-Ya llegamos. -Dijo con voz suave mientras te daba unas palmadas en el brazo.

-Quédate conmigo esta noche.

-No tenía pensado irme para ser sincero.

Una vez dentro te quitaste los zapatos, comenzaste a desabrochar tu vestido, miraste sobre tus hombros directo a donde estaba el.