- Aún no podía llegar a entender que demonios hacía el ahí, cuando firmó el divorció creyó dejar claro que no quería volver a verlo en su vida, pero ahí estaba, muy paradote en la chimenea, con ese garbo que le caracterizaba y esa sonrisa burlona que la había derretido la primera vez que lo vio. Ahora miraba en su dirección, sintió su vista en ella, y la incomodidad fue máxima, solo él sabía como mirarla para que se pusiera de esa manera. Esquivó su mirada, y posó sus ojos en su pareja... Pablo, era guapo, si, estaba dentro de los cánones de "belleza" masculina, también era tierno y... y nada más. En cambio Christopher era... era todo lo que una mujer podía llegar a desear, era fuerte, serió, pero sabía cuando reír y cuando lo hacía, que Dios ayudara a la pobre mujer que estuviera cerca de el para no desmayarse, y además de todo eso, era infiel. Pablo era... Pablo era Pablo tan simple como eso
Dulce: (carraspeó y habló al oído de su acompañante) ¿me esperas unos minutos?, tengo que hablar con alguien
Pablo: claro mi amor, aquí te espero
Dulce: (le regaló una sonrisa y se acercó con paso decidido hasta donde Christopher se encontraba) ¿se puede saber que demonios haces aquí?
Chris: hola Dulce, pues fíjate que muy bien y a ti cómo te va
Dulce: no te hagas el chistosito conmigo y responde lo que te pregunte
Chris: (suspiró) Dulce, Dulce.... En estos tres años haz perdido por completo tus modales. Vine, porque me llegó una citación, ni modo que viniera porque si, ¿no crees?
Dulce: viniendo de ti me esperaría cualquier cosa (dijo mirando en otra dirección, verlo a los ojos la ponía, aun, nerviosa)
Chris: (con la punta de sus dedos, alzo la barbilla de la chica, para que lo mirase) ¿buena o mala?
Dulce: (¿Por qué sentía que la facilidad de hablar se había esfumado? Ninguna palabra salía de sus labios, estaba más que claro que Christopher seguía ejerciendo ese poder sobre ella, y lo odiaba por eso) suéltame (dijo, en apenas un susurro)
Juez: podría tomar asiento por favor, procederé a leer el testamento
- Dulce se alejó lo más rápido que pudo de Christopher, ese hombre era la perdición. Se acercó a Pablo y lo tomó de la mano, para que se sentaran en la primera fila, mientras que Chris, tomaba asiento en la última con aire despreocupado
Juez: (carraspeo) procedo a leer
Yo, Hila Acosta, a la edad de 74 años, dejo la mitad de todos mis bienes a mi nieta Dulce María Espinoza, sea dicho, cuentas bancarias, autos, casas y de mases. La mitad restante, pertenecerá a su ex esposo Christopher Uckermann por legítimo derecho.
Para que mi nieta, o bien, su esposo, puedan retirar lo que les corresponde, deben vivir al menos 1 mes, juntos en mi propiedad de Puebla.
En caso de que cualquiera de los dos, se niegue a cumplir mi deseo, todo quedará en manos del otro y si cabe la posibilidad de que ambos se nieguen, todo quedará en manos del estado- De seguro el juez seguía leyendo, pero Dulce ya no escuchaba más. Los oídos se le habían tapado y sentía como iba a explotar en cualquier segundo, se giró levemente y miró a Christopher, este también la observaba pero con su imborrable sonrisa burlona. Volvió a quedar de frente, con ganas de morir, su abuela estaba loca, con el perdón de los locos. Cómo era posible que quisiera que ella y Christopher vivieran juntos de nuevo, Dulce le había contado todo el calvario que había vivido junto con el... No daba crédito a lo que acababa de escuchar, a menos... a menos que Christopher haya tenido algo que ver en el asunto. ¡Claro! De seguro el la obligó, su abuela era tan inocente, a pesar de la edad que tenía, que Christopher pudo haberla engañado con cualquier artimaña...
Pablo: Quiero pensar que no vas a aceptar esa ridícula condición (dijo cuando el juez termino de leer el dichoso testamento)
Dulce: (suspiró) no lo se Pablo, tengo que hablar con Christopher (se levantó con disimulo y fue hasta donde el se encontraba, se sentó despacio y lo miró a la cara) ¿Qué le dijiste?
Chris: (soltó una carcajada) ¿perdona?
Dulce: qué le dijiste para que pusiera eso en el testamento
Chris: yo no le dije nada, no es mi culpa que tu abuela me haya querido tanto (le sonrió)
Dulce: no digas beep... Algo tuviste que hacer para que ella hiciera semejante locura
Chris: no hice nada... Y si no quieres cumplir, es tan fácil como que todo por lo que ha luchado tu abuela y tu familia quede en mis manos
Dulce: eres un maldito
Chris: (volvió a sonreírle) ya lo sabía
Dulce: algo tengo que hacer para no tener que vivir contigo
Chris: lo siento dulcecita, pero no hay nada que puedas hacer
Dulce: no vuelvas a decirme así
Chris: ¿dulcecita?
Dulce: (lo golpeó en el hombro, lo más fuerte que pudo, pero el apenas se movio) eres un imbécil (se levantó y fue hasta donde Pablo se encontraba)
Chris: (sonrió negando con la cabeza... Dulce era una loca de remate y una muy histérica, pero la amaba con locura. Nunca se había perdonado por haber firmado el divorcio, pero al parecer la vida le estaba dando una segunda oportunidad, para amarla, respetarla, cuidarla, pero sobre todo, para explicarle lo que había pasado hace 3 años.... Todo gracias a esa viejita adorable)